STEFAN ZWEIG “EL MUNDO DE AYER. MEMORIAS DE UN EUROPEO” (Reseña #2015).

Reseña Cultural: 2015 // Reseña Literaria: 504
Reseña actualizada. Publicada el 1 de abril del año 2011 en Lux Atenea.

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Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: ACANTILADO
ISBN: 84-95359-49-9
Edición: 2001 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 546

STEFAN ZWEIG EL MUNDO DE AYER MEMORIAS DE UN EUROPEO

“Quien en tiempos de entusiasmo es menospreciado por débil y pusilánime, en el momento de la derrota suele demostrar ser el único que no sólo la soporta, sino que también la domina.”

Publicada por primera vez en el año 1944 tras su muerte, “El Mundo de Ayer” es el título de la autobiográfia del ilustre escritor austriaco Stefan Zweig (1881-1942) donde narraría los radicales cambios políticos y sociales que afectarían a Centroeuropa en las primeras décadas del siglo XX. En “El Mundo de Ayer”, los cultos lectores de Lux Atenea encontrarán arte literario de primer nivel intelectual en páginas de las cuales emanan los anhelos de seguridad y estabilidad que el imperio austro-húngaro garantizaba a sus ciudadanos, y marcaría la época que vio nacer a este escritor. Cuando, tras la Primera Guerra Mundial, el derrotado imperio austro-húngaro desaparece, su territorio termina siendo dividido en varios países en función de los intereses políticos y económicos de las potencias europeas vencedoras. La libertad social aparecería en Europa en los felices años veinte llevándola a un incontrolable desenfreno que, unido a la profunda crisis económica con la que acabaría aquella década, provocarían la consolidación política del conservadurismo en varios países europeos durante la década de los treinta. En el caso en particular de Stefan Zweig en Austria, tras la subida al poder de Hitler en Alemania, la creciente presión política nacionalsocialista en su país terminaría llevándole finalmente al exilio. Por tercera vez, Stefan Zweig se quedaba sin patria y con la incómoda y no aceptada sensación de haber vivido varias existencias completamente distintas en una sola vida.

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“Los jóvenes, que por instinto siempre desean cambios rápidos y radicales.

La juventud constituía un obstáculo para cualquier carrera y tan sólo la vejez se convertía en una ventaja.”

La magna obra “El Mundo de Ayer” es una visión pacifista y humanista totalmente incompatible con los vientos intensos y violentos que soplaron en Europa durante aquel periodo de tiempo, reflejando con fidelidad los motivos que llevaron a Stefan Zweig a una espiral de desánimo y de absoluta desilusión ante el futuro, y que desembocaría finalmente en su suicidio en la ciudad brasileña de Petrópolis (23 de febrero de 1942). Con la presencia en estas páginas de Nietzsche, Strindberg, Kierkegaard, Verlaine, Rimbaud, Mallarmé, Stefan George, Rainer María Rilke, Hofmannstahl, Walt Whitman, William Blake, el conde Keyserling, Romain Rolland, Shakespeare… nadie podrá negar la amplia y selecta cultura atesorada por Stefan Zweig. Pero, en esta obra, lo que verdaderamente el lector podrá sentir con realismo es la falta de enraizamiento con una época, con una tierra, con una nación cuyo estatus político había cambiado radicalmente a lo largo de la vida de este escritor hasta el preciso momento en el que presenta esta obra autobiográfica. Influido por la contemplación del creciente poder hegemónico del nacionalsocialismo y del fascismo en Europa, y a los cuales Stefan Zweig veía gobernando el mundo entero en un inminente futuro, su oposición absoluta a los nacionalismos potenciaría su visión pesimista del destino de la Humanidad en las siguientes décadas. Una falta de ética y de moral que, como característica fundamental del nacionalismo en su visión de la patria tras heredar el legado cultural de la revolución industrial, en la actualidad ha evolucionado en la sociedad postindustrial con un nuevo dinamismo político en esta Europa del siglo XXI. Si a Stefan Zweig ya le impactó la esencia industrial nacionalista en su origen inicial, no me puedo hacer una idea sobre cuál sería su opinión y su estado de ánimo si viviera en estos tiempos de cambio social donde las leyes, y únicamente las leyes, están tratando de controlar esta deriva moral social y esta ética política.

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“Casi parece una malévola venganza de la naturaleza contra el hombre el que todas las conquistas de la técnica –gracias a las cuales le ha arrancado las fuerzas más secretas- le destruyan el alma.”

Por inteligente que una persona sea, es obvio que no puede anclar su mente a un pasado tras ser sobrepasado inexorablemente por la realidad del presente. Aunque no le guste lo que suceda durante un periodo determinado de su existencia, con esos pensamientos siempre correrá el riesgo de caer en manos de la melancolía, y de la melancolía a la desesperación solamente hay un paso antes de caer en el suicidio, como así sucedió en el caso en particular de Stefan Zweig. La sensación de aislamiento, de soledad absoluta, de desasosiego, de asfixiante ansiedad por la ausencia de objetos materiales personales procedentes de ese pasado que anhela con fuerza por su mitificación mental y psicológica, harían que su herida existencial se hiciera más profunda e incurable, transformando su presente y futuro en un estado de mortal amenaza para su persona. Además, su visión benévola, inocente, e irreal de la burguesía judía europea se verá también afectada, observando cómo va siendo progresivamente eliminada de prácticamente toda Europa por la poderosa nación alemana bajo la dirección política nacionalsocialista de Hitler. Un líder que Stefan Zweig vio como un coloso invencible y que, paso por paso, iba poniendo el mundo a sus pies sin que nada ni nadie pudiera pararlo. “El Mundo de Ayer”, las memorias de un ilustre intelectual superado por la dura realidad política que no supo valorar en su justa medida. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“La guerra del 39 tenía un cariz ideológico, se trataba de la libertad, de la preservación de un bien moral; y luchar por una idea hace al hombre duro y decidido. La guerra del 14, en cambio, no sabía de realidades, servía todavía a una ilusión, al sueño de un mundo mejor, justo y en paz. Y sólo la ilusión, no el saber, hace al hombre feliz.”

STEFAN ZWEIG - EL MUNDO DE AYER MEMORIAS DE UN EUROPEO

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

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