WILLIAM SHAKESPEARE “OTELO” (Reseña #2121).

WILLIAM SHAKESPEARE, OBRAS COMPLETAS III.

Reseña Cultural: 2121 // Reseña Literaria: 596
Reseña actualizada. Publicada el 12 de febrero del año 2007 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por : RBA
ISBN : 84-473-2928-3
Edición : 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

WILLIAM SHAKESPEARE OTELO

“¡Qué pobres diablos son los hombres impacientes!”

¿Qué puede ser más trágico para una persona que convertirse en el asesino de su amor? Esta es la historia de Otelo, el drama de aquellos que se dejan llevar más por las apariencias circunstanciales de las personas, que por su trasfondo real. Otelo ha sido protagonista de gestas militares cuyo prestigio le han abierto las puertas que le dan acceso al círculo de poder del Estado Veneciano, y en ese entorno de poder conocerá a Desdémona, hija del senador Brabancio, que se terminará convirtiendo en su esposa hasta disfrutar de una aparente felicidad conyugal. Pero el destino les tiene reservado un trágico final. La sangre real corre por las venas de Otelo, y su violenta e incontrolable ira unido a sus enfermizos celos, obscurecerán terriblemente el devenir de los días que habrá de sufrir condicionado por sus propios pensamientos negativos y por sus terribles suspicacias. Además, Otelo es una persona que tiene complejo al ser un moro viviendo entre venecianos, posición que le hace sentirse inferior entre aquella gente poderosa con la cual se mueve en su vida cotidiana. Pero, lo que más les sorprenderá a los bibliófilos lectores de Lux Atenea durante la lectura de esta excelsa obra literaria escrita magistralmente por William Shakespeare (1564-1616), es la desconfianza que siempre muestra Otelo ante lo puro, defendiendo radical e irracionalmente lo corrupto y lo malintencionado por su apariencia benévola. Dejándose guiar en la vida únicamente por lo que observa, por lo visual, Otelo cree firmemente que una persona que parezca un santo, ya lo es per sé, por lo que no sabe distinguir al honesto del hipócrita, al mentalmente enfermizo del virtuoso, o a quienes verdaderamente le quieren respecto a quienes le envidian, siendo fácilmente manipulable por personas sibilinas y malintencionadamente inteligentes. Su experiencia militar y las aclamaciones por sus victorias le han engordado el Ego de forma superlativa y, en realidad, Otelo no conoce el mundo ni la vida porque no se conoce ni a sí mismo, creyendo en el ser humano de forma infantil a través de una visión existencial muy alejada de la realidad. Cree que la vida es como el campo de batalla donde aquí están los buenos a los que hay que defender y aquí los malos a los que hay que eliminar, y esta forma tan equivocada de vivir le va a conducir a un final trágico más que merecido, y sobradamente ganado por la gravedad de sus acciones y por las consecuencias que traen consigo sus pensamientos en esta historia. Si a ello le unimos su carácter violento, el drama está servido al ser Otelo un hombre que ama el honor, defendiendo esa integridad ética y sus valores morales matando.

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“Los celos son monstruos que nacen y se alimentan de sí mismos.”

En esta triste historia, los cultos lectores de Lux Atenea podrán observar cómo Otelo es culpable por sus retorcidos e infundados pensamientos hacia Desdémona, y despreciable por su debilidad de carácter, por su inmadurez, y por su enfermiza desconfianza. Una persona desagradecida e irracional al cual la vida le ha obsequiado con lo mejor, pero cuya mente únicamente está concentrada en lo que le dicen, en lo que le comentan, en vez de recapacitar y analizar fríamente todo aquello que llega a su conocimiento. Pese a sus éxitos en el mundo militar, Otelo no razona, no piensa, y como mente inmadura cree que todas las maldades existentes en esta vida vienen de cara y enseñando sus motivaciones, sin pararse a pensar que la maldad tiene múltiples rostros y que las más pérfidas intenciones siempre permanecen ocultas, o camufladas como algo benigno o insignificante. La más letal de las maldades suele sonreír ante su víctima, mientras se presenta siempre con el aura de la amistad. Además, aunque Otelo se entrega deseoso al amor, no sabe protegerlo, siendo víctima de unos celos infundados que le llevan a comportarse como una persona alocada, sobresaltada, y ofendida, simplemente queriendo demostrar que es un experto en la pintura de la vida porque identifica tonos y combinaciones de colores existenciales. Para Otelo, si algo o alguien le parece bello o bueno, ya es benigno y admirable para él y lo defenderá hasta el final, y viceversa, siendo un barco a la deriva fácilmente manipulable en este mundo donde las apariencias casi siempre son falsas e irreales para ocultar la cruda realidad. Su esposa Desdémona es una mujer que anhela la aventura, la emociones en la vida, y se enamora de Otelo más por lo que de él se cuenta que por lo que es en realidad. Su imaginación tiene mayor poder en su mente que la cruda realidad y, por este motivo, su instinto siempre termina siendo tapado por su esperanzada ilusión. Como amante de la valentía y de la firmeza en las convicciones, observa a Otelo como la personificación de sus ideales, viéndole como el aventurero que ha de cambiar su destino en esta vida, y sí que lo cambiará pero no en positivo. Desdémona ha perdido el contacto con la realidad y, unida sentimentalmente al inestable y violento Otelo, su anhelado aventurero acabará convirtiéndose en un verdugo.

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“Si en la balanza de la vida la razón no contrapesara a los sentidos, cometeríamos muchas aberraciones.”

En “Otelo”, el personaje de Yago destaca especialmente como uno de sus protagonistas principales al ser el personaje más maléfico que haya creado William Shakespeare en todas sus obras literarias. Un personaje sin escrúpulos, con cierto aire racista, y que visceralmente le repele observar cualquier acto bondadoso. Un hipócrita consumado, inmoral, pero con un gran poder de convicción fruto de su afinado instinto que le permite distinguir a los débiles de mente para poderlos manejar a su antojo. Como envidioso de la dicha ajena, Yago se ha convertido en un maestro de las máscaras y de los gestos, los cuales usa intencionadamente sin remordimiento alguno para parecer un amigo verdadero, para aparentar ser una persona honesta, para ser un amigo de sus amigos… para desgracia de aquel al que haya escogido como presa a abatir. Esta extraordinaria obra atraerá la atención del bibliófilo lector de Lux Atenea al ver a Yago jugando con el destino de Otelo cómo y cuándo quiere, llevándole hasta donde él quiere que vaya en cada momento. Yago es listo, inteligente, metódico, calculador, retorcido, letal… y sabe muy bien cómo tejer tramas aprovechándose de las circunstancias, por aleatorias e imprevisibles que éstas sean. También es verdad que Yago se mueve en medio de una tormenta, pero sabe cómo desviar su fuerza destructora, arrojándosela a todos aquellos a los cuales se acerca. Para Yago, el amor es únicamente sexo porque él no sabe amar, él tampoco quiere amar, sino tan solo disfrutar del goce carnal y nada más. En definitiva, Yago no cree en el ser humano, y por eso no duda en utilizarlo sin remordimiento alguno para poder alcanzar sus más obscuros intereses. Para él, el fin justifica los medios, y sin que tengan importancia alguna las terribles consecuencias que ello ocasione en las personas. “Otelo”, grandiosa tragedia literaria cuyo trasfondo sigue estando al orden del día en la realidad humana actual… y futura. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Llorar por una desdicha pasada e irremediable es el mejor medio de atraerse otro nuevo daño.”

WILLIAM SHAKESPEARE - OTELO

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

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