WILLIAM SHAKESPEARE “CORIOLANO” (Reseña #2151).

WILLIAM SHAKESPEARE, OBRAS COMPLETAS X.

Reseña Cultural: 2151 // Reseña Literaria: 625
Reseña actualizada. Publicada el 17 de octubre del año 2007 en Lux Atenea.

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Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por : RBA
ISBN : 84-473-2932-1
Edición : 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

WILLIAM SHAKESPEARE CORIOLANO

“Dame un beso largo como mi destierro, dulce como la venganza.”

Si el culto lector de Lux Atenea quiere encontrar una obra del ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616) con una trama intensa, tanto en hechos como en escenarios, el libro seleccionado será “Coriolano”, la historia de un laureado y valiente militar romano que acaba sufriendo la injusticia a manos de los mismos ciudadanos a los que defendió. En la obra “Coriolano” el combate se mostrará impetuoso, viril pero sin picardía, y sin esa visión maquiavélica que lo podría convertir en crucial, en invencible. Un combate que podría encumbrar hasta alcanzar el poder para no abandonarlo jamás porque Coriolano es la fuerza interior poderosa y desmedida, imparable, pero cuyo centro de gravedad puede ser manipulado por agentes externos en pro de su perjuicio personal. De por sí, en “Coriolano”, el refrán “más vale maña que fuerza” estará siempre presente durante todo el desarrollo de la trama. Es verdad que Coriolano es un héroe y, como buen militar romano, demuestra su culto al valor y a la valentía. La retirada, la derrota, y el deshonor no tienen cabida en su enérgico ser, pero en una persona de su posición y con su poder, un orgullo tan hinchado suele conducir al irremediable fracaso futuro. Un aspecto de su personalidad que queda más acentuado todavía al no ser magnánimo, ya que Coriolano es el orgullo extremo que no acepta oposición ni sombra, y siempre siente la clemencia como un intento de humillación. Coriolano también es una persona con grandes virtudes, y la codicia no lo tienta porque no es esclavo de lo material. La ambición tampoco osa decir su nombre porque en sus principios no tiene refugio, y la adulación o la pleitesía son rechazadas por su fétido olor. Coriolano es íntegro y noble, pero insensible al dolor que provoca la verdad que sale de sus labios y cae debido a su negativa a no decir la verdad porque, como hombre virtuoso que es, como héroe, desprecia la mentira. Por este motivo, termina despreciando al populacho por su falta de principios y se convierte en una persona solitaria enfrentada a una multitud hostil cuando, en realidad, deberían mostrar respeto y agradecimiento a Coriolano por los siglos de los siglos.

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“Mejor quiero servirlos a mi manera, que mandar sobre ellos.”

Existe un nexo de unión entre Timón de Atenas y Coriolano: su pueblo y sus gentes los han despreciado y los han humillado. A Timón de Atenas (leer reseña) negándole una caridad de sobra merecida, y a Coriolano expulsándole de una ciudad que tantas veces había defendido y salvado de la catástrofe. Ambos casos son ejemplos claros del súmmum de la ingratitud. Coriolano es franco y muy claro como Timón de Atenas, dice las cosas que piensa sin importarle lo que la gente opine sobre ellas, y para Coriolano, las personas están con él o contra él, y no existe el término medio. Las cosas son blancas o negras, y los seres grises le parecen de lo más despreciable. Además, a la plebe le gusta ver caer a aquellos que poseen principios férreos e inamovibles, y oponen el victorioso peso de su número a la frágil perfección de la Bella Virtud. Coriolano desprecia lo plebeyo y le gusta someter a la plebe, y esta conducta tiende a irritarla y volverse en su contra. Desprecia la opinión pública y, si viviera en la actualidad, los bibliófilos lectores de Lux Atenea no tendrían ninguna duda de que sería considerado como “hombre políticamente muy incorrecto” y tildado de fascista hasta la médula. En esta extraordinaria obra también podemos ver el reflejo del inmenso poder de la palabra, capaz de derribar a la persona más poderosa si no lo tiene en cuenta ni atiende a sus provocaciones y desafíos. Por este motivo, Coriolano acaba siendo la valiente oveja rodeada por el rebaño de lobos disfrazados de tiernas y dulces ovejitas. El héroe cae derrotado ante tal avalancha opositora porque el héroe no ha nacido para vivir entre seres humanos, sino para tener su existencia en el Universo Celestial al lado de seres brillantes y cristalinos como él. Un heraldo del Poder Omnipresente, y la derrota en la tierra de los seres humanos se convierte en la garantía para entrar en lo divino. Lo terrestre tan solo es una prueba, la última y más dificultosa prueba antes de entrar en el Reino Sagrado de la Pureza y de lo Eterno.

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“Nunca ha sido mi intención pedir limosna a los pobres.”

Coriolano es el personaje más cercano al pensamiento de William Shakespeare, caracterizado por el rechazo absoluto a la muchedumbre y al rebaño humano. Destellos de misantropía ante una unión humana basada en aspectos de lo más inhumanos, de lo más bajo, repugnante, y rastrero. La civilización siempre estará representada por el individuo brillante, especial, y poseedor de dones que permiten cambiar y evolucionar a la plebe porque el vulgo es en sí, caprichoso, degenerado, corrupto, y decadente. Si no fuera por los héroes y por los auténticos líderes, la existencia humana ya se habría podrido entre tanta suciedad mental y abandono existencial. Pero Coriolano también tiene su punto débil al ser muy fuerte su pasión, y al dar un valor exagerado a la familia, institución que incluso limita su independencia porque Coriolano es leal a la familia por encima de todo. Otra de sus debilidades es su ignorancia del amor, su nula caridad dada con nobleza, no ver y sentir el amor con la pureza de la inocencia, y no ofrecer su amabilidad ante lo justo, ante lo trabajado, ante lo que ha merecido esa recompensa por el esfuerzo realizado. Coriolano suele cegarse con la victoria, comportándose con los demás con unas formas muy despóticas y fuera de lugar, y esta ausencia de ecuanimidad se convertirá en el peor de los venenos para su persona con el paso del tiempo. En definitiva, Coriolano no ha aprendido que la masa humana es una veleta que gira siempre a favor del viento más fuerte, que no tiene memoria, que acostumbra a pasar rápidamente página a la hora de olvidar lo magnífico y lo extraordinario, y los vítores hacia su persona se evaporarán con la misma ligereza que fueron ofrecidos porque, en la masa humana, hasta lo perenne se acaba convirtiendo en caduco. “Coriolano”, lean apasionadamente este libro y… ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“La adversidad es la escuela de las almas.”

WILLIAM SHAKESPEARE - CORIOLANO

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

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