WILLIAM SHAKESPEARE “TITO ANDRÓNICO” (Reseña #2146).

WILLIAM SHAKESPEARE, OBRAS COMPLETAS IX.

Reseña Cultural: 2146 // Reseña Literaria: 620
Reseña actualizada. Publicada el 12 de octubre del año 2007 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por : RBA
ISBN : 84-473-2935-6
Edición : 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

WILLIAM SHAKESPEARE TITO ANDRONICO

“Aun siendo muchas, mis heridas dan fe de la justicia y verdad de mis palabras. Pero callo ya.”

“Tito Andrónico” es el título de la primera obra trágica escrita por el ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616), destacando especialmente por haber reflejado en sus páginas escenas de tal crudeza y brutalidad que impresionarán a los bibliófilos lectores de Lux Atenea durante su lectura. En esta impactante obra quedarán profundamente sorprendidos al encontrar tales actos bárbaros, sangrientos, y macabros que prácticamente podíamos clasificarlos como gore, resultando un poco difícil de asimilar que esta cruel historia fuera escrita por William Shakespeare en aquella época. Una temática literaria que, desde una perspectiva moderna o posmoderna, al lector del siglo XXI le resultaría más fácil situar en el tiempo a principios del siglo XX, ya que “Tito Andrónico” bordea las fronteras del estilo literario weird menace, recomendando la lectura de la reseña del libro “Los Hombres Topo Quieren Tus Ojos y otros relatos sangrientos de la Era Dorada del Pulp” (leer reseña). Increíblemente, la impresionante obra “Tito Andrónico” fue escrita varios siglos antes.

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“Que la muerte permita a la vida llevar su nombre cuando la vida no tiene más interés que respirar.”

Este escenario está situado en la era del Imperio Romano y el personaje principal que da título a esta obra, Tito Andrónico, representa al romano forjado con el fuego del valor y de la lealtad. También presenta una intolerancia absoluta a la injusticia y un desprecio total a la corrupción y a las actitudes interesadas egoístas, e, incluso, Tito Andrónico se muestra humilde al rechazar la gloria de sus victorias, ofreciendo orgullosamente esa aura dorada de gloria a la ciudad que ama: Roma. Además, su hermano Marco Andrónico es el ejemplo más claro y representativo del romano ética y moralmente justo al servicio de la sociedad, tras haber alcanzado el cargo público de tribuno. Pero este brillante y exitoso entorno no evitará que, en el futuro, Tito Andrónico deba beber el amargo sabor existencial del héroe no aclamado, ya que en realidad es un mártir a la espera de sus inminentes infortunios. La tragedia marcará su destino de forma sangrienta, llevándole ese devenir inmisericorde y dramático a tener que cortar una de sus manos para poder salvar a sus hijos, ignorando que ya habían abandonado esta vida. Su hija Lavinia será violada y mutilada salvajemente por Demetrio y Quirón, hijos de la reina Tamora, y llevando su sentimiento de fidelidad al extremo, Tito Andrónico mata a uno de sus hijos por no seguir las órdenes del César porque, para él, el respeto y la obediencia a la máxima figura del Estado se encuentra muy por encima del individuo y de los intereses de la propia familia. Un angustioso dramatismo que será constante a lo largo de esta historia y, tras la atenta y analítica lectura realizada, destacaría la siguiente escena porque creo que define perfectamente este impactante despliegue gore en el escenario de la acción: Tito Andrónico avanza agarrando la cabeza de uno de sus hijos con la única mano que le queda, mientras su hija Lavinia le acompaña llevando en la boca la mano de su padre recién cortada. Y los bibliófilos lectores de Lux Atenea se preguntarán… ¿por qué Lavinia tiene esa mano en su boca? Porque su lengua y sus manos fueron cortadas previamente por los hijos de la reina Tamora. Como pueden comprobar, el espectáculo más macabro fluye literariamente en las páginas de este libro.

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“Ven, vamos a cegar a tu padre, pues ante tal visión, un padre ha de cegarse.”

Otro personaje a destacar en la obra “Tito Andrónico” es Tamora, reina de los godos, habiendo sido creada con la sulfurosa arcilla de la venganza y recubierta con el brillante esmalte de la astucia, porque su capacidad de manipulación es letal para aquel que se encuentre en su mirada como centro del objetivo. Además, para llevar a cabo sus planes, Tamora no duda un segundo en hacer lo que sea para que se hagan realidad. Su culto al maquiavélico lema de “El fin justifica los medios”, le sirve para llevar a término sus más crueles instintos con absoluta frialdad porque la reina Tamora no sólo busca la derrota de su enemigo: lo que más le alegra es contemplar su humillación en vida y provocarle una terrible existencia entre dolores y sufrimientos. Como es obvio, con la reina Tamora no se juega ni en broma, y un simple despecho, una amenaza lanzada al aire, una desobediencia por banal que sea, o cualquier gesto que suponga un reto o un desprecio hacia su persona, hace saltar de forma inmediata su sed de venganza como un resorte vigorosamente activado en su inconsciente. Uno de los hijos que la reina Tamora más quiere es Alarbo y, su muerte aprobada por Tito Andrónico se convierte en el desencadenante de su sangrienta, letal, e implacable furia.

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“¡Qué festín para mí la sola idea de esta villanía! Que los locos hagan el bien y los justos pidan gracia.”

La reina Tamora es una persona sádica que sabe cómo llevar una afable máscara ante quienes la contemplan, presentando una imagen en público totalmente opuesta a su verdadera naturaleza. Solamente un reducidísimo círculo de personas de su confianza verdaderamente conocen sus despiadados instintos pero, como suele sucederles a las personas cegadas por su propia venganza insatisfecha, Tamora acabará enredándose en esa traicionera red tejida por ella misma. Entre la reina Tamora y Tito Andrónico se encuentra Aarón, una persona que se mueve en la vida únicamente por el interés propio, por los placeres mundanos, y en pro de la satisfacción de su propio Ego, sin importarle lo más mínimo las consecuencias que sus decisiones puedan tener sobre otras personas. Para Aarón, la clemencia es un signo de debilidad; la caridad, una ofensa; y la gratitud hay que transformarla en un reto hacia quien le ha ofrecido su favor, ya que él lo interpreta como un sibilino insulto. Cree que la providencia es la confirmación más clara e irrefutable de la excepcionalidad al tener una posición de privilegio y al ostentar una elevada posición social. Los bibliófilos lectores de Lux Atenea comprobarán cómo Aarón no tiene una vara con la cual medir las cosas, creyendo firmemente que con el aura del poder se puede salir siempre de cualquier dificultad que el destino le tenga reservado. Para Aarón, la realidad del presente tiene su razón de ser en la satisfacción de sus deseos, y no en la justicia o en la prosperidad de las personas, y es precisamente esta ausencia de base moral o ética alguna lo que hará inevitable su caída cuando se enfrente al valeroso, a quien con ojos inyectados en sangre de venganza, ha visto ultrajada su inamovible e incorruptible fidelidad hacia la figura imperial.

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“Vive en la fama aquel que murió en la virtud.”

Retornando a Tito Andrónico versus Tamora, o sea, a la civilización frente a la barbarie, también representan simbólica y metafóricamente a la civilización que termina necesitando hacer uso de la violencia para sobrevivir, tras verse sometido a la agresión constante de quienes quieren acabar con las bases que lo sostienen. Y bajando a un plano existencial más directamente relacionado con el individuo, en la extraordinaria obra “Tito Andrónico” también encontrarán la tortura, la humillación, la carnicería, la degradación de la belleza y de sus valores, la perversión de los sentimientos… cuando el ser humano se ha convertido en un animal depredador que nunca ve convenientemente saciada su mente con la contemplación placentera del sufrimiento del enemigo, de ahí que este libro destile esos efluvios demoníacos que surgen y se extienden sobre la faz de la tierra cuando el ser humano es el lobo del propio ser humano (homo homini lupus). Tras la lectura y análisis de este libro, y un periodo de reflexión posterior, como analista cultural me pregunto: ¿podemos señalar a la reina Tamora como el personaje más maléfico de esta obra? La verdad es que tengo mis dudas. Aunque en un lado de la balanza tienen mucho peso las crueldades por ella orquestadas, en el otro lado también tienen peso sus razones, ya que si a ella le matan un hijo y de la forma en la cual esa muerte se produce, ¿por qué no va a tener ella el mismo derecho de venganza que Tito Andrónico cree tener cuando posteriormente va a por ella y a por sus hijos? Creo que sí que se puede hablar de desproporción en los actos de venganza de Tamora sobre Tito Andrónico, violando y mutilado a su hija, matando a sus hijos, y llevando a Tito Andrónico incluso a automutilarse. Pero creo que también hay que tener en cuenta que no es la reina Tamora quien inicia esta sangrienta deriva, sino que es la cruel y macabra consecuencia de una acción violenta anterior. Y lo más impactante de todo llegará al final de esta obra como macabro colofón literario, provocando divagaciones profundas sobre esta inolvidable trama. Precisamente son estas cualidades artísticas en William Skakespeare lo que provoca la reflexión en el lector, engrandeciendo aún más su ilustre legado cultural. “Tito Andrónico”, sin duda alguna, la obra trágica de William Shakespeare más brutal, extrema, y radical. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Llevo la venganza en el corazón, la muerte en la mano, la sangre y la revancha martillean en mi cabeza.”

WILLIAM SHAKESPEARE - TITO ANDRONICO

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

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