FRANZ KAFKA “DESCRIPCIÓN DE UNA LUCHA” (Reseña #2174).

FRANZ KAFKA, OBRAS COMPLETAS I.

Reseña Cultural: 2174 // Reseña Literaria: 647
Reseña actualizada. Publicada el 22 de enero del año 2007 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information :
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por : EDICOMUNICACIÓN
ISBN : 84-7672-152-8
Edición : 1999 (EDICIÓN COMPRADA)

La idea de escribir una serie de reseñas hasta completar la obra completa de Franz Kafka aparece en mi mente como un paso necesario para poder abordar otras reseñas culturales que iré publicando. El universo Kafka es fundamental para poder entender a otros grandes genios literarios en cuyas obras se pueden observar influencias de los conceptos artísticos de este mítico escritor. Como muestras de su fértil y creativa imaginación, estas obras maestras de Franz Kafka (1883-1924) extraen su esencia de la misma fuente psíquica donde sumergió su mente para desarrollar una realidad aparentemente alejada de la realidad que percibimos. La Real Academia de la Lengua Española define lo kafkiano como “Dicho de una situación: Absurda, angustiosa”. Pero Franz Kafka también es lo metafísico, es lo irónico, es lo frustrante, es lo desasosegante, es lo desconcertante, a parte de sus inconfundibles aires claustrofóbicos, ansiosos, oscuros, absurdos, ocultos, y un tanto espectrales. Como los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán ir comprobando, sus personajes se sienten perseguidos. Viven en un mundo donde los individuos son arrastrados por la incontenible fuerza de la corriente social, y frente a esa deriva sobrehumana, tan solo en un punto intermedio situado entre la ensoñación y la lucidez tratan de hallar una puerta mental que les permita salir de esa atracción fatal y demoníaca que oculta lo represivo. Además, la influencia paterna es una clave importante con la cual descifrar una parte de sus escritos más enigmáticos.

En esta serie de reseñas no voy a escribir sobre su vida, y no voy a entrar en algunas de sus vivencias. Tan solo quiero escribir el análisis de cada una de sus obras y, precisamente en este acto de interpretación y de escritura de los mensajes y sentimientos aparecidos en mi mente durante la lectura de sus obras, trataré que mis palabras sean un punto desde el cual el bibliófilo lector de Lux Atenea pueda abrir su mente a otros universos literarios. Quisiera que cuando estén leyendo esta serie de reseñas, estén preparados para comprender otras perspectivas definidas y configuradas por otros creadores en diferentes ramas del arte literario. Sin Franz Kafka, esos libros nunca habrían existido tal y como los conocemos en la actualidad, y no traten de buscar una lógica en aquello cuyo trasfondo va mucho más allá de la Razón. Franz Kafka trasciende lo aparentemente real. Y no olvidemos nunca dar las gracias a su gran amigo Max Brod por no haber hecho caso a Franz Kafka, ya que le había ordenado quemar toda su obra cuando él falleciera. Si podemos tener en nuestras manos estos libros, es únicamente gracias a él, a su desobediencia, a que Max Brod no hizo caso a Franz Kafka porque no siempre el compromiso ha de transformarse en la sinrazón de la destrucción cultural. La armonía no se puede romper justificándose en lo prometido.

Descripción de una lucha.

El personaje principal de esta obra esconde a un ser desorientado tras esa aparente inocencia de un individuo de confianza. Una persona atada a la soledad pese a querer la pertenencia al grupo, pese a querer conseguir la integración en la masa social en la cual vive. Pero sus miedos le atan, le atenazan, le aterrorizan, esperando a aquel o aquella que le sacará de esa angustiosa situación de la cual es incapaz de salir, escudado en una supuesta superioridad de su ser respecto al resto de personas. En el fondo, anhela su fusión, su disolución entre aquellos a los que cree inferiores, a los que cree faltos de su sabiduría y conocimiento. Y cree que los demás le necesitan porque se ve como un ángel salvador, cuyas palabras y actos sacarán del agujero a aquel que se le acerque porque los demás viven vidas hundidas en la desesperanza, y él sabe cómo darles luz. Solamente exige que se le acerquen, que se aproximen para poder fascinarlos con la generosidad mostrada en su verbo. Aparentemente es dador, pero los bibliófilos lectores de Lux Atenea irán viendo que en el fondo es egoísta porque salva para ser salvado. Aconseja para experimentar con los sentimientos de los demás y así, de forma absolutamente cobarde, solamente apostar por aquello que ha funcionado, dejando los errores o lo inservible en lo ajeno. Un individuo que se encuentra apartado, pero quiere ser exaltado por los demás porque necesita sus palabras de alabanza, sus gestos de admiración hacia su persona al ser un adorador del dios de la Vanidad. Lo necesita con la misma urgencia con la cual necesita el oxígeno para seguir viviendo, y no le preocupan los contras. Tan solo ve los pros, y si no son pros, ya se encargará su imaginación de taparlos utilizando sus pensamientos irracionalidades como palas que arrojarán tierra convertida en falsas conclusiones incuestionables. Viendo su vida como una condena, identifica su existencia con la de un presidiario abandonado en una isla perdida en el océano, y él quiere salir de allí, pero sin pagar ese precio en valentía tan necesario. Ese pago lo trata de evitar creyendo en la existencia de ese alguien que lo integrará, que lo encumbrará entre la masa ciega cuyos ojos él destapará y hará ver la luz.

Pensamientos. Su vida es eso mismo, pensamientos. En vez de vivir, imagina, y en los mismos mundos ficticios que crea, trata de convertirlos en su confortable hogar mientras espera su momento. Esa expansión personal que cree inexorable e irresistible para los demás. Es más, no concibe cómo el mundo puede seguir existiendo sin su aportación, sin sus reveladores pensamientos, y si la realidad se opone a su fantasioso mundo, lo adaptará, lo asimilará siguiendo patrones victimistas. Cuando la realidad se le opone es porque él es la víctima, el héroe incomprendido. Además, él mismo se cree inofensivo, pero es un manipulador nato al querer ser parte de lo que le rodea, pero destacando y no siendo parte, sino el eje de todo. La columna central a la que admirar. Cree que no hace el mal, pero no es sensible a los sentimientos ajenos, ya que verdaderamente sólo existe él, el especial, el guía, el centro de todo. Viviendo en su supuesto e imaginado futuro porque vivir el presente exige valentía, cuando se presenta sensible a lo que le rodea, sólo obtiene temor porque no controla ni domina lo que siente, desconfiando de todo lo que no ha sido pasado por el tamiz de sus sueños de grandeza. “Descripción de una lucha”, el individuo que no ama ni sabe amar, porque en su mundo sólo existe su Yo, y el Otro es solamente el pedestal donde apoyarse para situar su Yo aún más alto ya que únicamente él ve más allá. Los demás, no. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

Deja un comentario