Reseña Cultural: 1178 // Reseña Literaria: 131
Reseña actualizada. Publicada el 2 de noviembre del año 2008 en Lux Atenea conmemorando el Bicentenario del nacimiento del ilustre escritor francés JULES AMÉDÉE BARBEY D´AUREVILLY (2 de noviembre 1808 – 23 de abril 1889).
Publicado por: ALIANZA EDITORIAL, S.A.
ISBN: 84-206-7302-1
Edición: 2002 (EDICIÓN COMPRADA)
Con esta reseña sobre el libro “las Diabólicas” del maestro de la literatura francesa Jules Amédée Barbey D´Aurevilly, en este blog cultural non-mainstream tengo el placer de conmemorar el Bicentenario de su nacimiento (2 de noviembre 1808). Como ilustre artista del Romanticismo y como máximo exponente del Dandismo, Jules Amédée Barbey D´Aurevilly marcó una etapa dentro de la literatura francesa donde se atravesó esa niebla oscura y tenebrosa que oculta el lado más siniestro del ser humano. Cuando me piden que recomiende un buen libro del siglo XIX, precisamente “Las Diabólicas” suele ser una de mis elecciones literarias preferidas. Una obra maestra bien escrita, bien narrada, detalladamente decorada sin sobrecargar la lectura, y que profundiza en la decadencia moral y ética, en la corrupción de las clases más favorecidas socialmente, y en esa maldad que siempre crecerá en los fértiles campos de la Humanidad. Con este reflexivo trasfondo, difícilmente esta magna obra no podía ser otra cosa que todo un éxito literario, independientemente del periodo histórico en el que fue escrita. Los bibliófilos lectores de Lux Atenea quedarán fascinados con “Las Diabólicas” porque está vertebrado con seis impactantes historias protagonizadas por mujeres perversas, adúlteras, y por infernales ángeles vengadores que se alejan completamente de esa distorsionada figura femenina pasada por el interesado y falso prisma masculino, cuya visión asemeja lo femenino a un ser virginal, inocente, puro, y delicado. De por sí, esta impresionante obra es más bien demoníaca por su trasfondo perverso envuelto en la cruel mentira, que por la presencia del Maligno. Incluso puede causar estremecimiento pensar en el poder que supone en nuestra sociedad, la unión de la inteligente seducción femenina al interesado arte de la manipulación orientado a malvados y terribles fines. De esta forma, la lectura de esta obra cargada de pragmatismo extremo y de esos retorcidos planes enlazados con el sexto sentido femenino, provocará que más de un lector se sienta igual que una bestia llevada al matadero porque en ningún momento lo masculino se observa en este libro como ese irresistible triunfador que todo lo controla, o como aquel que hace y deshace el mundo que le rodea a su antojo y capricho. En este sentido, es posible que se pueda llegar a considerar a “Las Diabólicas” como una obra diabólica, si es tomada como esa flecha lanzada con precisión al talón de Aquiles del dominante espíritu masculino. Un privilegio relacionado con lo divino que se transforma en el eje de la razón de su existencia, pero que es mortalmente atacado mediante un inteligente despliegue de ocultación, de falta de escrúpulos, y de matemática y letal meticulosidad. Con el paso de los años, de las décadas, “Las Diabólicas” se ha convertido en una obra literaria que ha ido ganando más valor y prestigio cultural según ha ido evolucionando la sociedad occidental en el último siglo y en esta recién estrenada centuria que estamos viviendo. Jules Amédée Barbey D´Aurevilly tiene un estilo narrativo un tanto violento, tenso, adrenalínico, entrando de lleno durante su lectura en historias terribles y trágicas llenas de frases diabólicamente irónicas que les ofrecerán esa corrosiva acidez, ese envenenado fruto mortal tan necesario para mostrar crudamente la verdadera personalidad de sus protagonistas. Voluptuosidad, engaños, ese último trago de champagne rosado francés antes de la trágica caída, esa mirada del condenado cuando de repente es consciente de la auténtica realidad y ya es demasiado tarde, todo en este libro se presentará siniestramente humano, diabólicamente femenino. “Las Diabólicas”, obra maestra de la literatura francesa del siglo XIX convertida ya en obscuro fetiche artístico en este siglo XXI. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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