Reseña Cultural nº: 10 // Reseña Literaria nº: 4
Reseña actualizada. Publicada el 12 de octubre del año 2006 en Lux Atenea.
Publicado por : La Poesía, señor hidalgo
ISBN : 84-95976-04-8
Edición : 2002 (EDICIÓN COMPRADA)
El impresionante libro “Lo más importante es saber atravesar el fuego” es una contundente muestra de los instintos autodestructivos que definieron la vida del maestro de la literatura estadounidense del siglo XX Charles Bukowski (1920 – 1994), tras ser esculpidos, cincelados y pulidos artísticamente con todo lujo de detalles por este poeta inmortal en su máquina de escribir. Así de intenso y vital fue el día a día para Bukowski. Marcado por la sensibilidad, su perspectiva existencial encuentra siempre a la realidad cotidiana propia de la modernidad harto dura y cruel para su ser, y lo siente como un entorno hostil que lo somete constantemente a una presión injusta y desproporcionada. Con estas malas cartas en su mano servidas para ser jugadas en el póker de la vida, vicios como el alcohol y el sexo fueron los que finalmente le permitieron seguir adelante con un plus de energía vital que diera continuidad a su vida a la espera del momento ineludible. Incluso su afición por las apuestas en las carreras de caballos, para él siempre fue un riesgo controlado que le proporcionó sorpresas de lo más sustanciosas en lo económico. Charles Bukowski fue un incansable rebelde en la defensa de su propia causa, pero su causa es la causa del marginado, del inadaptado, del solitario, del perdedor, del individualista, del vividor, del existencialista, del filósofo, del observador, del analista… en definitiva, del individuo no domesticado por la sociedad moderna. Un poeta muy especial para los outsiders, para las personas situadas fuera de los muros de la modernidad. Poseedor de una personalidad indomable desde muy joven, ni la violencia que mostraba su padre contra él pudo sofocar su rebeldía, como tampoco las palabras lapidarias de su familia pudieron hacer mella alguna en su firme determinación, ni la enfermedad o la debilidad física llegaron a ponerle de rodillas. Las traiciones o el despecho no hicieron que bajara su firme mirada al horizonte, ni las dificultades económicas o la pobreza lograron apagar su llama vital y su esperanza en un futuro mejor para él y, lo que es más importante: el contacto directo con el éxito literario y sus dulces frutos económicos no llegaron a contaminar su alma con los terribles venenos psicológicos de la vanidad y de la arrogancia. La propia vida no lo encadenó ni lo sedujo con la atrayente fuerza mental de lo obvio y de lo palpable, y ni tampoco la incertidumbre que anuncia la llegada de la muerte mermó lo más mínimo sus ganas de abandonar el barco en este océano de la vida en el que nunca se sintió feliz, o seguro, o comprendido. Una empatía hacia la vida cotidiana socialmente establecida que estuvo total y absolutamente ausente en su interior porque ese no era ni su entorno ni su mundo.
Paradójicamente, el alcohol enseñó a Bukowski cómo debía moverse en la vida, dándole esa energía y ese valor tan necesarios para no quedarse paralizado. El placer carnal le dio a probar esa fruta prohibida cuyo dulzor hacía que este mundo cruel y desalmado dejara de existir temporalmente. La soledad le permitió respirar profundamente en un mundo moderno obscuro y contaminado que oprime y angustia al espíritu. Hasta las apuestas hípicas le enseñaron que, en esta vida, la Rueda de la Fortuna rueda y rueda dejándonos unas veces arriba y otras abajo, unas veces nos atrae y otra nos repele, unas veces somos guías y otras los guiados, unas veces somos reyes, y otras, esclavos. Como analista cultural non-mainstream, invito a los cultos lectores de Lux Atenea a experimentar y sentir la visión urbana de este poeta leyendo “La luna llena”. Deja que tu mente se pierda con su “La danza de la vida”, y sé selecto, sé duro, sé drástico mientras laten en tu cerebro las intensas palabras de “Sigue la disputa”. Observa el fondo real del espíritu humano en las palabras de Bukowski que dan forma a “¡Victoria!”, y disfruta de la fragancia que emana de la Música Clásica en “Unas notas sobre Bach y Haydn”. Comprende que todo en esta vida es fugaz leyendo “El perro blanco”, aprende los roles sociales en “Gatito”, y quémate con la cruda realidad de “Un voto a favor de la cálida luz”. Siente el mordisco de la vida en tus carnes en “Un desperdicio”, y mira cuál es tu destino en clave poética en “Dejarse llevar”. Mira el ocaso en el horizonte con “El cigarrillo del Sol” y déjate seducir con “Demencia”, para luego comerte la realidad a mordiscos leyendo “Manual de combate”. Gira tu cabeza hacia arriba mientras “La crisis (2)” se disuelve en el aire con el viento, dejando salir tu sonrisa más auténtica durante la lectura de “Nadie sabe los líos que he tenido”, dejando tu experiencia vital a flor de piel en “Las señoras peligrosas”. O aprende a comportarte en “El capitán Goodwine”, abriendo las ventanas al inconfundible olor urbano de “Ahora mismo en esta ciudad” para luego, situarte al borde del abismo para escuchar el eco de “Tira los dados” mientras lo recitas. Una última apuesta literaria: un sueño llamado “Mariposas”. Sin ningún género de duda, con sus más de ochocientas páginas, “Lo más importante es saber atravesar el fuego” es uno de los libros más completos y fascinantes que se haya publicado sobre la ilustre obra poética de Charles Bukowski. Como interesante apunte, esta edición es bilingüe, y se agradece enormemente si el idioma inglés no ofrece problemática alguna a quien lo lee ya que te permite sentir y entender el estilo y el mensaje de Charles Bukowski con total autenticidad. “Lo más importante es saber atravesar el fuego”, una edición de auténtico lujo que engrandece culturalmente a una buena biblioteca. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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