Reseña Cultural: 416 // Reseña Literaria: 44
Reseña actualizada. Publicada el 16 de diciembre del año 2006 en Lux Atenea.
Publicado por : Siruela
ISBN : 84-7844-160-3
Edición : 1993 (EDICIÓN COMPRADA)
Toda mente gótica ha soñado alguna vez con pasear por un bosque frondoso, y encontrar allí un camino no transitado que condujese a un viejo caserón, o a una vieja ermita abandonada, o, como en el caso del protagonista de este grandioso libro, a un imponente y majestuoso castillo. Pero este castillo no está precisamente abandonado, ni tampoco descuidado. Este castillo esconde en su interior un esquivo misterio que atraerá a Albert, personaje principal de esta novela, conduciéndolo por unos caminos de corte psicológico que, disfrazados de filosofía y esoterismo, provocarán en él reacciones que han sido perfectamente calculadas y calibradas por la maléfica mente de un ser llegado de las mismas profundidades del Reino del Mal. Albert es el joven vástago de una familia noble y rica, cuya educación en escuelas y universidades de alto nivel le han enriquecido culturalmente de la forma más amplia y variada. Albert es una persona con inquietudes filosóficas y místicas muy profundas, y ese interés en el Conocimiento le ha llevado a una vida dedicada a la observación, al estudio, y a la Razón, apartándole de los roles característicos de su privilegiada condición social, los cuales no le satisfacen en absoluto. Tomando como uno de sus ejes existenciales el alejamiento personal de esas dinámicas sociales marcadas por la risa fácil y sonrisa forzada, cuya imagen refleja la más pura perdida del sentido de la vida, la muerte en vida la mayoría de las veces se disfraza en forma de fiesta, de jolgorio y de diversión. Una preciosa caja de regalo bellamente decorada, en cuyo interior no hay absolutamente nada. El vacío existencial. Ante semejante panorama, Albert decide comprarse una casa en la campiña bretona como inicio de su alejamiento social, y como vía que le conduzca a unas metas de satisfacción personal que le hagan sentirse vivo, y que acentúen su también su sensibilidad espiritual más placentera.
Pero los bibliófilos lectores de Lux Atenea que adquieran esta lujosa edición publicada por Siruela, comprobarán que el castillo de Argol es la trampa convertida en belleza. En uno de sus paseos por los alrededores de la casa, Albert se interna en un tupido y angosto bosque en cuyo interior vislumbra un camino que traspasa esa maraña de árboles, arbustos y plantas, y decide seguirlo embargado por un sentimiento de curiosidad y de emoción ante la aparición de lo oculto, de la sorpresa implícita unida al misterio. Como no podía ser de otra forma, al final del camino se encuentra el castillo de Argol. Ante los ojos de Albert se presentará solemnemente la inmensa estructura granítica del castillo pero, gracias a su reflexiva mirada, rápidamente cae en la cuenta que esa mole de piedras labradas no es en absoluto normal. El escaso número de ventanas, la base irregular de su planta, la sobriedad que presenta su cara exterior… todo ello contrasta profundamente con la decoración interior extremadamente cuidada que caracteriza a cada una de sus salas, habitaciones y pasillos, en los cuales se respira ese mensaje difuso y racionalmente opaco que los dueños del castillo desean enviar a su invitado. En esta novela, o cuento gótico según gustos, quisiera destacar muy especialmente la exaltación de la magnificencia que el autor del libro impregna en toda la obra. El oportuno uso del simbolismo, el exquisito uso de la metáfora, el delicado uso de las palabras en frases destinadas al refinamiento en forma de lectura para quienes somos amantes del hedonismo literario y de la sensibilidad descriptiva. Desde luego, toda la obra es un compendio de belleza, de ingenio y de correcta elección del espíritu gótico plasmado en escritura. Todo este comentario aparentemente forzado en esta reseña, tiene como único fin el poder realzar estas cuestiones en las descripciones expuestas en el libro.
En sus páginas, los cultos lectores de Lux Atenea también comprobarán que Herminien y Heide son la oposición viviente. En los alrededores del castillo, Albert se encontrará con un mayordomo que le invita a pasar a su interior. Pero, curiosamente, dentro no encontrará a sus dueños. Después de explorar y de observar detenidamente cada uno de los rincones del castillo, decide instalarse en una de las habitaciones esperando poder conocer a los dueños de tan fantástico edificio. Su espera no será en vano y, pasado un tiempo, uno de ellos hará acto de presencia en el castillo: Herminien. Sorprenderá y hechizará a Albert gracias a su exquisita cultura y a su fluida erudición, pero no estarán solos durante mucho tiempo, apareciendo Heide poco tiempo después. Poseedora de una belleza femenina sin parangón, cuya celestial imagen absorbe el pensamiento de Albert conduciéndole a experiencias y situaciones nunca antes imaginadas, Heide conquista el corazón de Albert pero no su cabeza, la cual permanece siempre alerta ante la aceleración de los estímulos y del opaco halo de realidad que envuelve cada uno de los momentos que está viviendo, tanto en el castillo como en sus alrededores. La sombra de la sospecha nunca desaparece en la mente de Albert, y su afán de Conocimiento y su irresistible curiosidad no le permiten cortar con el vínculo que se establece entre ellos. Poco a poco, el castillo de Argol se va perfilando como una fortaleza arquitectónica de corte Esotérica, y hasta aquí voy a llegar en la descripción de la esencia de esta obra. Como me gusta decir en muchas de mis reseñas literarias, si el culto lector desea conocer el extraordinario final de este magnífico libro de esencia gótica, no tiene más que adquirir este libro tan bello y leerlo.
Esoterismo. Tanto en la Revista Cultural Gótica ATIS&NYD, como en Shadow’s Garden, y, desde 2006, en Lux Atenea, he venido comentando cuestiones relacionadas con los conceptos filosóficos, científicos y literarios que envuelven la cultura gótica desde hace siglos. ¿Por qué digo esto? Porque en este libro vuelven a aparecer referencias de libros fundamentales ppara profundizar en esta cultura. Baste como ejemplo la reseña que el propio autor realiza sobre el rey Anfortas (próximamente publicaré una reseña sobre el excelso libro “Parzival”), y esta es una de las múltiples referencias que los lectores puede encontrar en estas páginas. Los conceptos y las enseñanzas de corte gótico se trenzan fuertemente sin apelmazarse o enredarse, conformando el tejido que envuelve el Pensamiento Cultural Gótico. El Movimiento Cultural Gótico que conocemos en la actualidad existe desde hace algunas décadas, pero cuando uno se sumerge en las bases culturales que dan vida y forma a esta perspectiva existencial, comprueba cómo estas raíces se van hundiendo más y más en el pasado y, aunque sigamos desenterrando con vigor y tenacidad en busca de ese origen primigenio donde la chispa existencial gótica permitió el nacimiento de otro mundo o época, la cruda realidad siempre se nos muestra cada vez más diversificada, inconexa, y dividida como si perdiera su eje, su columna principal, y todo haya sido una confluencia de perspectivas existenciales marcadas por la belleza siniestra, la muerte, la espiritualidad, y el esoterismo místico. “En el castillo de Argol”, lo gótico perfumando cada una de estas páginas escritas por el ilustre escritor francés Julien Gracq. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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