MADELEINE BOURDOUXHE “LA MUJER DE GILLES” (Reseña #2101).

Reseña Cultural: 2101 // Reseña Literaria: 581
Reseña actualizada. Publicada el 2 de febrero del año 2008 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: EDICIONES SIRUELA
ISBN: 84-7844-660-5
Edición: 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

MADELEINE BOURDOUXHE LA MUJER DE GILLES

“Y ahora estaba ella allí, sola, sentada en un montón de piedras, cansada y aterida, con un amor que pesaba algo más de la cuenta.”

Relaciones sentimentales, relaciones amorosas, deseo, pasión, Amor, todo en este universo sentimental y emocional humano es complejo, diverso, enigmático, cambiante, tenso, embriagador, y doloroso. Llevado al escenario que presenta la obra “La Mujer de Gilles”, adquiere esa densidad emocional dramática y tortuosa donde los roles han de analizarse pensando en la sociedad en la cual fue escrito este libro. En estas páginas, los bibliófilos lectores de Lux Atenea van a encontrar a lo masculino reflejado como lo vital, la fuerza, el carácter, el desafío del reto a superar, pero adentrándose en este universo femenino con tal ímpetu que acaba convirtiendo su paso en una extensión de sus dominios y posesiones, pese a no ser suyos. Cuando la tentación y los deseos carnales se presentan fuera del círculo amoroso establecido, hasta la más insignificante porción de aire que se respira en ese nuevo ambiente va a estar cargado de mentiras y de miradas que ocultan la realidad, mientras todo empieza a presentar grietas emocionales y sentimentales imposibles de ignorar o de tapar para que no se vean. Por este motivo, en manos del ser humano, es mucho más fácil convertir el paraíso amoroso en un completo infierno que controlar los impulsos en pro de compartir, de seguir consolidando, y de avanzar y evolucionar juntos. Todo esto ultimo, en “La Mujer de Gilles” es pura utopía. Es pura fantasía ante la colosal e inmisericorde realidad.

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“Duerme mal cuando no está él.”

Dentro de la literatura, debido a mi búsqueda de novelas con un trasfondo psicológico profundo, los libros que han sido creados artísticamente por escritoras me resultan de lo más interesantes y reveladores, y una de estas magníficas obras que más me ha cautivado ha sido “La Mujer de Gilles”. Escrita por Madeleine Bourdouxhe (1906-1996) y publicada en el año 1937 en Bélgica, su país de origen, “La Mujer de Gilles” es una novela que nos narra la trágica historia de Élisa, mujer apasionadamente enamorada de su marido. Por desgracia, en esta vida lo amorosamente idílico suele tener una corta duración en el tiempo en la mayoría de los casos. La cruda realidad siempre acaba imponiéndose en este mundo, y el corazón roto de Élisa provocado por estar en medio de un triángulo amoroso sin desearlo, llevará a tomar una decisión inexorable y radical sobre su vida. Como los cultos lectores de Lux Atenea habrán ya adivinado, Gilles es el nombre del marido de Élisa. A Gilles le resulta cómoda y sencilla la relación que mantiene con Élisa como típico hombre unido a una mujer, pero su pasión y su deseo se desatarán de forma incontrolable al conocer a Victorine, la hermana menor de su mujer. El triángulo se establece quedando Gilles situado entre los sentimientos transformados en costumbre en su relación con Élisa, y su irresistible pasión a satisfacer a través de Victorine. Amor y pasión. Mientras Élisa los considera Un Todo cerrado en su relación, Gilles ha decidido separarlos tratando de convertir esa dualidad en un supuesto mundo perfecto de sensaciones vitales en el cual moverse según le plazca. Unidad versus Dualidad. Élisa versus Gilles. Aceite y agua tratando de fusionarse en un presente existencial imposible de establecer.

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“¡Y qué más le darán la salvación de su alma y el espectáculo de su vida futura! Lo que esperaba era una ayuda para reconstruir su vida terrenal”

La llama del espíritu romántico, la magia del Amor, todo se rompe en cuanto la apasionada Élisa toma consciencia de ese triángulo amoroso que ni comprende ni desea. Es más, lo toma como un puñal clavado en lo más profundo de su corazón. La muerte de su ideal de amor, y sin ese amor… ¿qué sentido tiene la vida? ¿Qué sentido tiene su relación con Gilles? Si la vida ha ennegrecido tan cruelmente a la pureza del Amor… ¿cómo podrá de nuevo amar sin esa pureza amorosa tan deseada? El jarrón del Amor se ha roto, y ni el mejor de los restauradores emocionales y sentimentales volverá a devolverle su belleza, su brillo casi celestial, y ese resplandor que lo hacía único y especial en el Universo, iluminando a aquellos que lo sienten con humildad e inocencia. Gilles oculta a Élisa la relación secreta que mantiene con Victorine pero, como hombre sin mucho conocimiento y experiencia con la mujer, ignora el poder del sexto sentido femenino. Ese sexto sentido femenino que desvela lo oculto, que señala claramente observando simples actos y gestos aparentemente insignificantes. Un sexto sentido femenino que siempre habla con absoluta franqueza y sinceridad al interior, al Yo, y aunque el Yo no siempre quiera creer ni saber aquello que le es revelado. En esta situación, Élisa pasará de vivir en una dulce nube junto a Gilles a arder en el terrible infierno del desamor y, a partir de ese momento, la palabra Amor siempre la verá escrita con la tinta roja del Dolor. De la pureza que ofrecía las cristalinas aguas pasionales y espirituales del Amor, Élisa solamente tendrá en su presente el salado sabor acuoso de las lágrimas del sufrimiento interior.

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“Se avergüenza de su debilidad”

En sus relaciones amorosas, los seres humanos suelen realizar acciones sin tener consideración alguna hacia los sentimientos de la otra persona, quebrando ese destino común. Cuando la pasión se desborda y se desata la atracción, ya lo quiere poseer sin pensar en las consecuencias de tal acción egoísta porque está dirigida por el Ego, siempre insatisfecho con todo. El mundo, los placeres… todo ha de estar disponible si el Ego lo desea. El Ego, la búsqueda de la satisfacción al eternamente insatisfecho se le dé lo que se le dé, y para rizar aun más el rizo el Ego se quejará de la falta de autenticidad que aparece con el tiempo en todo aquello que posee. El Ego quiere que todo siempre sea tan intenso como al principio, pero sin hacer nada para que ello sea así. Quiere ser eternamente el líder, el rey poderoso que es venerado intemporalmente con la mirada del ser poseído, pero racionalmente traiciona a aquellos ojos que lo endiosan, e irracionalmente exige ser considerado como justo pese a traicionar. En el caso de Élisa, lo que se le exige es imposible, y no se puede tirar la piedra y esconder la mano en una relación de confianza y entrega sin pagar por ello. Todo tiene un pago existencial en este mundo. Esta vida humana ha sido así creada y todo lo demás son falsos conceptos, prejuicios, fantasías, perspectivas irracionales que conducen al vacío interior con el paso del tiempo. En la casa del Amor, estas acciones siempre serán pesadas piedras lanzadas contra su tejado, antorchas sentimentales lanzadas a sus estancias más queridas que son consideradas como refugio seguro ante los vaivenes y los infortunios de la vida. Acciones que van principalmente en contra de la armonía del propio ser. “La Mujer de Gilles”, la tragedia del Amor traicionado por ese fugaz acto de placer tan pasional, tan irracional, tan corrosivo en las relaciones sentimentales. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Estás sola ante el mayor dolor de tu vida.”

MADELEINE BOURDOUXHE - LA MUJER DE GILLES

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

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