Reseña Cultural: 1794 // Reseña Literaria: 318
Reseña actualizada. Publicada el 3 de junio del año 2010 en Lux Atenea.
Publicado por: MIRAGUANO EDICIONES, S.A.
ISBN: 84-7813-224-4
Edición: 2001 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 216
“¿Cómo no criticar los erróneos senderos difundidos por estos falsos maestros?”
Con este libro, la editorial Miraguano publicó por primera vez esta obra del maestro zen Ikkyû Sôjun (1394-1481) traducida al idioma español, convirtiéndose en otra de sus joyas literarias incluidas dentro de la colección “Textos de la Tradición Zen”. Un libro que abrirá la mente de más de un lector de Lux Atenea a la Sabiduría oriental nacida en tierras japonesas, debido a las cualidades especiales y casi únicas que formaron parte de la personalidad de este maestro zen, alejado totalmente de esas pautas más propias de eremitas. Para Ikkyû Sôjun, la asimilación de las enseñanzas zen dentro de la propia persona no ha de llevarle a apartarse definitivamente de la sociedad, ni ha de llevarle a vivir al margen de ella o a desconectarse. Es verdad que para un maestro zen, la vida cotidiana dentro de la sociedad puede llegar a parecerle bastante complicada, ruidosa, y sin armonía alguna, pero la evolución mental de la especie humana se ha venido acelerando desde el nacimiento de las ciudades y de los Estados, y mantenerse alejado de ello supone también perderse esa experiencia y aprendizaje contenidos en su dinámica social. Por este motivo, el maestro Ikkyû Sôjun me dejó sorprendido al plantear y resolver estas cuestiones con una naturalidad y un trasfondo absolutamente real que me impresionaron. Cuando los bibliófilos lectores de Lux Atenea lean y analicen esta obra, escrita en el siglo XV, comprobarán cómo el maestro Ikkyû Sôjun no tiene problema alguno al decir las cosas por su nombre, aunque algunas de sus frases, experiencias, y conclusiones no sean del agrado de algunos budistas y seguidores de la filosofía Zen. En “Zen Hilo Rojo” nos habla de los tratos de favor de los monjes con algunos jóvenes a cambio de favores carnales (una visión real que quedará contrastada con la idílica imagen que los occidentales tienen de los monasterios budistas), nos habla sobre la corrupción existente en la propia organización budista en Japón, nos habla sobre la importancia de los sentimientos amorosos en la vida de una persona con orientaciones religiosas, nos habla del idealismo en su mirada al Amor a través de unos conceptos muy cercanos a la visión sacra de la figura femenina propia del Romanticismo, nos habla de la Verdad como eje principal de la persona para llegar a ser completamente honesta consigo misma… en definitiva, sus palabras aparecen ante nuestros ojos con la brillantez propia de una mente privilegiada que dejó a un lado los absurdos roles que se consideran propios de un monje, dedicándose a vivir y a sentir la belleza que nos ofrece la propia existencia.
La filosofía Zen tiene y seguirá teniendo una presencia muy especial dentro de la selección cultural que estoy realizando en Lux Atenea para los lectores interesados en esta temática. Creo que Occidente ha agotado todas sus energías filosóficas y espirituales en los últimos tres siglos y, en el futuro, irá encontrando más y más armonías espirituales en equilibrio con su particular mirada al mundo, según se vaya expandiendo la sabiduría Zen y taoísta dentro de los segmentos más importantes de la sociedad en este siglo XXI. El budismo Zen tiene ese punto disciplinario y, a su vez, muy sensitivo con la belleza que lo convierte en una conducta perfecta para los europeos, potenciando una gran parte de nuestras virtudes como miembros de esta antigua civilización que exige realizar un gran cambio, y no dejar a un lado nuestro influyente y rico pasado. El budismo Zen ofrece proyección y perfeccionamiento espiritual, desarrolla las capacidades intelectuales de la persona, invita al autoanálisis y a la transformación interior, y establece una conexión muy especial del individuo con la armonía, con el equilibrio, y con la elevación del plano existencial para ampliar la mirada existencial. “Zen Hilo Rojo”, poesía, experiencia, y religión transformadas en este filosófico camino para sentir la vida en su plenitud. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Nuestra mente real no tiene principio ni fin,
Así que no imagines que hay –nacimiento- y –muerte-.
Si la dejas a su antojo,
la mente campará por sus fueros,
pero si la dominas,
te habrás liberado del mundo.”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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