Reseña Cultural: 1870 // Reseña Literaria: 384
Reseña actualizada. Publicada el 25 de abril del año 2014 en Lux Atenea.
Quiero dar las gracias a la editorial LIBROS DEL ZORRO ROJO por su cortesía al enviarme este promocional físico.
Publicado por: LIBROS DEL ZORRO ROJO
ISBN: 84-941645-6-9
Edición: 2014 (RECIBIDO COMO PROMOCIONAL)
Páginas: 72
“Se metió en la bañera. Era consciente de que había transcurrido ya mucho tiempo desde la última vez que había podido disfrutar de un baño. Se bañó con voluptuosidad, se levantó, se volvió a vestir, y entonces ya no supo qué hacer consigo mismo.”
El pasado mes de marzo, la prestigiosa editorial Libros del Zorro Rojo presentó esta lujosa edición ilustrada de la magna obra “La Leyenda Del Santo Bebedor” escrita por uno de los grandes genios de la literatura del siglo XX: el escritor austriaco Joseph Roth (1894-1839). Esta fue su última creación literaria, su canto de cisne artístico, su legado póstumo representado en esta última novela escrita poco tiempo antes de que su adicción al alcohol terminara llevándole a la tumba. “La Leyenda Del Santo Bebedor” es una obra literaria que destila ese desasosiego y esa amargura característica en la ilustre generación de escritores a los cuales la caída del Imperio Austrohúngaro y desaparición de la sociedad tradicional centroeuropea en la que vivían, terminó dejándoles sin una patria, cortando de raíz su vinculación e identificación con una tierra que terminó quedando dividida por fronteras ante los imparables envites geopolíticos de la modernidad y del nacionalismo en Europa. El extraordinario libro “La Leyenda Del Santo Bebedor” presenta ese reflejo metafórico a través de un sueño hecho realidad que acaba haciéndose imposible de materializar debido a que el ideal y la realidad son excluyentes, y no compatibles. Sueños nacidos en un pasado que nunca retornará de igual forma al presente, entremezclándose en su trama las oportunidades, la desconfianza, la suerte, el pesimismo, el espíritu social outsider, y la vida bohemia y decadente soportada únicamente a base de alcohol por su amarga realidad existencial.
Como en todo lo relacionado con el ideal, lo mítico siempre hace acto de presencia y “La Leyenda Del Santo Bebedor” está basada en eso mismo, en una leyenda, en un mito ampliamente difundido en este París bohemio y decadente donde a un marginado se le presenta la oportunidad de salir de su precariedad económica. Andreas Kartak tendrá la ocasión de recibir una gran cantidad de dinero para que salga de su difícil situación. Un momento crucial, único para cambiar su vida radicalmente y salir de su dura y triste existencia, pero irá poco a poco escapándose entre sus dedos debido a la influencia de las personas y de los ambientes que perfilan la cruda espiral cotidiana en la cual se haya envuelto. A Andreas Kartak todo se le volverá en contra, desde sus amistades hasta su relación con las mujeres, pasando por esa dinámica autodestructiva convertida en su vida cotidiana que va consumiendo entre efluvios etílicos, y que se convertirán en esas barreras infranqueables y de gran influencia psicológica destinadas a evitar que pueda salir de esa celda personal en la cual Andreas Kartak se autocondenó. Y no hay peor prisión que aquella en la que se encierra interiormente una persona por voluntad propia. Así de terrible y de realista se presentará su trama a los bibliófilos lectores de Lux Atenea que adquieran esta lujosa edición, magníficamente ilustrada por Pablo Auladell.
El dinero en su carencia suele ser el origen principal de la exclusión social de los individuos, y el dinero abundante llegado de forma repentina como aparente salida de una situación precaria suele terminar viendo anulado el poder del propio dinero para cambiar la vida de una persona de forma radical debido a los miedos internos, a los temores, y a los instintos autodestructivos que son característicos del ser humano. Una puerta de salida abierta incomprensiblemente para el desesperado cuando ya no se esperaba su apertura, y tan imposible se presentará traspasar su umbral hacia una vida social y personal aparentemente mucho mejor debido precisamente a la inseguridad que presenta aquello que no es controlable, aunque presente el futuro más benévolo y salvífico. Por este motivo, el ilustrador Pablo Auladell nos presenta siempre una imagen de su protagonista con la mirada perdida, expresando claramente su desorientación existencial a pesar de su aparente buena fortuna. Un rostro sin brillo vital alguno y que no luce, como si el espíritu se hubiera extinguido en su cuerpo, permaneciendo siempre gris, oscuro, y apagado como si su pasado continuara embrujándole e influyéndole de forma nefasta y a la desesperada en sus decisiones. Además, el dibujo del rostro de Andreas Kartak nos ofrece esta imagen estoica, una máscara transformada en un reflejo visual carente prácticamente de gesto alguno que permita que otras personas puedan percibir o intuir el infierno interior en el cual vive. Un rostro que refleja la inercia del desencanto, de la desilusión, y de la desesperanza, en una serie de instantáneas donde la pérdida del control en su vida es constante y siniestramente lineal en su aciaga trascendencia dirigida con firmeza a un horizonte trágico.
Ilustraciones de estética moderna pero a través de ese estilo característico en la vanguardia artística de la primera mitad del siglo XX, ayudando a la mente del lector a imaginar personajes y escenarios en este entorno cotidiano en aquel París tan mitificado por los artistas que allí encontraron refugio. Y en la vida bohemia y decadente no puede faltar el protagonismo de los vicios, en ilustraciones marcadas por vicios aceptados como vías de escape de la realidad para nuestro protagonista, pero cuyos supuestos placeres no parecen dejar huella alguna en su rostro en estas instantáneas de sus vivencias. Una búsqueda del placer como vía de escape, y que no es disfrutado intensamente debido a la esencia intrascendente en la cual termina sumergido Andreas Kartak. Impactantes ilustraciones de una serie de vicios que se manifiestan, de vicios a los que accede, y de vicios que no aplacan la ansiedad existencial de Andreas Kartak debido a que, tras la forma carnal y material, en el interior no hay más que un vacío, ese mismo vacío existencial del cual trata de huir. Un circo humano de lo banal, de lo trivial, y de lo superfluo que distraerá a Andreas Kartak para que no pueda alcanzar esa trascendental puerta de salida. “La Leyenda Del Santo Bebedor”, excelentes ilustraciones para engrandecer una de las obras literarias europeas más destacadas del siglo XX. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Contempló la película del hombre que atraviesa el desierto quemado por el sol.”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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