Reseña Cultural: 1899 // Reseña Literaria: 407
Reseña actualizada. Publicada el 26 de noviembre del año 2014 en Lux Atenea.
Quiero dar las gracias a la editorial GEDISA por su cortesía al enviarme este promocional físico.
Publicado por: EDITORIAL GEDISA, S.A.
ISBN: 84-9784-299-0
Edición: 2014 (RECIBIDO COMO PROMOCIONAL)
Páginas: 480
“El deísmo, y posteriormente hacia el ateísmo, integraban buena parte del paquete original de cambios llevado a efecto por los padres de la Iglesia en la filosofía que heredaron.”
Lo secular, como definición de todo aquello situado al margen de lo religioso, da sentido intelectual y profundidad analítica a la magna obra “La Era Secular” escrita por el filósofo canadiense Charles Taylor, y cuyo primer tomo ha sido publicado por la editorial Gedisa. Un interesante viaje a nuestro pasado de la mano de este experto analista de la modernidad, y que los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán también disfrutar adquiriendo un ejemplar de esta edición cuyo segundo tomo está previsto que sea publicado a principios de 2015. En este siglo XXI, en Occidente seguimos viviendo la era secular aquí mencionada como continuación en el tiempo de la revolución social iniciada con la Reforma protestante, según el autor de esta obra. La corriente social y espiritual judeocristiana, dominante en Europa desde los tiempos del emperador romano Constantino hasta la caída del Imperio Romano, y posteriormente durante la Edad Media, vio sus pilares seriamente afectados con el progresivo protagonismo de la Ciencia y de la Razón en la sociedad en un impulso débil pero constante que, a través de los siglos, se convertiría en la punta de lanza de un movimiento social basado en el cuestionamiento de ese tipo de sociedad cristiana. La Iglesia era un poder omnipresente en aquella época en prácticamente todos los estratos sociales, no sólo como poseedora de una riqueza económica imposible de alterar y como sostenedora política de una élite formada por nobles y aristócratas, sino también como guía espiritual del pueblo. Su inamovible firmeza en cuestiones basadas únicamente en sus dogmas, cuyo cuestionamiento podía suponer la pérdida de la vida en quienes así lo plantearan públicamente, provocaría aquel cambio social alimentado además por los excesos y por los abusos observados en esos mismos dirigentes religiosos. Cuando la brutal represión se convirtió en el único baluarte para poder mantener sus privilegios, el principio del fin de la sociedad cristiana acababa de iniciarse.
“La transición que dio como resultado esta nueva cultura era considera en parte en términos económicos y políticos: la ampliación del comercio, viajes más largos y descubrimientos, el surgimiento de Estados más fuertes que podían forzar a los nobles beligerantes a disolver sus fuerzas irregulares y mantener la paz; pero también se la veía como un cambio de perspectiva: una ampliación de la mente, un refinamiento de la sensibilidad, un mayor interés en las ciencias y la filosofía.”
La Reforma protestante es clave en todos estos cambios cuyos efectos sociales se consolidarían durante la Ilustración. A nivel económico, el cambio que provocó la Reforma protestante en su estructura en Europa es de esencial estudio y comprensión para poder conocer el éxito del capitalismo durante los siglos XIX y XX. De la misma forma, su progresivo aperturismo hacia la innovación científica y la vanguardia intelectual también empezó a crear grietas imposibles de tapar o arreglar en el edificio social cristiano que, con la llegada de la Revolución Industrial y sus grandes cambios estructurales, llevaría de la decadencia a la crisis interna y externa a la Iglesia hasta prolongarse y agravarse esta situación en el siglo XXI con la posmodernidad. Pero, centrándonos en este primer tomo de la obra “La Era Secular”, es el periodo comprendido desde la Reforma hasta la Ilustración el que protagoniza sus más de cuatrocientas páginas en las cuales es todo un placer sumergirse. Páginas destinadas a que el lector comprenda el origen social y conceptual de esta era secular que estamos viviendo, y donde el individuo cada vez va ganando mayor importancia en la sociedad como vertebrador esencial de su transformación y progreso. De un individuo común del medievo condicionado por dogmas religiosos, por una ética y una moral absolutamente inamovibles, y por una estructura social estratificada que quedaba definida únicamente por el nacimiento, la revolución vendrá cuando, a partir de la Reforma, los dogmas sean cuestionados por la Lógica y la Razón por su evidente y demostrable realidad. La ética y la moral quedan seriamente afectadas en su credibilidad al ser los miembros de la élite religiosa los primeros en mostrar su incumplimiento, y luego, con la Revolución Industrial, al quedar definitivamente rota la inamovible estructura social tradicional con la aparición de nuevos poderes económicos y políticos. A partir de aquí, la decadencia cristiana en la sociedad es inexorable. De la estructura social tradicional basada en estratos formados por el pueblo en labores agrarias y ganaderas, un reducido número de artesanos, una pequeña burguesía dedicada al comercio, una acaudalada aristocracia con nobleza y realeza, y una élite religiosa como cúspide del poder político y económico real, con el triunfo de la Reforma todo evolucionará progresivamente hacia otra estructura social provocada por el creciente peso económico de la burguesía de base religiosa protestante que potenciará el desarrollo científico y tecnológico a nivel social. Tras la aparición de la Ilustración y la posterior Revolución Industrial que será clave, todo desembocará en otra estructura social formada por un decreciente peso económico de los agricultores y ganaderos, una nueva clase trabajadora empleada en fábricas y en procesos productivos, una creciente y poderosa burguesía de gran poder económico, y una élite política de gobernantes.
“Había una amplia brecha entre la teoría y el imaginario social de las élites políticas y los de las clases menos instruidas, o las pertenecientes a las áreas rurales.”
Como los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán comprobar en esta obra, de una sociedad donde prima lo espiritual y lo religioso, y donde el destino del individuo está marcado por el estatus social donde nazca, tras el triunfo de la Reforma y de la Ilustración se pasa a otra sociedad donde lo económico es lo que mueve al individuo independientemente del estrato social donde haya nacido, salvo en el caso de la nobleza y de la realeza que siguen definiéndose y caracterizándose por los derechos que conlleva el nacimiento dentro de ella. Indiscutiblemente, para el individuo, el margen de libertad de movimiento dentro de una sociedad secular, sus oportunidades para cambiar su estatus económico o para labrar su propio futuro que ofrece este nuevo tipo de sociedad, hace que sea mucho más atractiva para aquellos que nacen en situaciones de precariedad económica, o que quieran ver mejorada considerablemente esa situación. Por estos motivos tan contundentes y entendibles, es lógico e inevitable que la sociedad tradicional basada en el poder religioso, colapsara ante el empuje de la creciente sociedad secular, y, en estas páginas, ese proceso ha sido descrito y explicado de la mano de este ilustre filósofo. Páginas en las cuales el lector va comprendiendo cómo surgió esta era secular en Occidente, tomando consciencia de que nada de lo que vivimos en la sociedad actual es porque sí, sino que existe una evolución con fundamentos serios y muy sólidos. La pérdida progresiva de la espiritualidad que abarca desde el espacio social hasta el ámbito personal y privado de cara al individuo, mantiene una evolución que seguimos observando hoy día de forma inexorable. “La Era Secular”, en el siglo XXI, esta obra de Charles Taylor en clave filosófica y sociológica es de imprescindible lectura y análisis. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“El ímpetu de ganar dinero se considera una pasión calma. Cuando echa raíces en una sociedad, puede ayudar a controlar e inhibir las pasiones violentas. O, para decirlo en otro lenguaje, ganar dinero sirve a nuestro interés, y el interés puede contener y controlar la pasión.”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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