Reseña Cultural nº: 1735 // Reseña Media nº: 88
Reseña actualizada. Publicada el 8 de septiembre del año 2014 en Lux Atenea.
Director: JOHN GILLING
Guión: JOHN GILLING y LEON GRIFFITHS
Actores principales: PETER CUSHING (Dr. Robert Knox), JUNE LAVERICK (Martha Knox), DONALD PLEASENCE (William Hare), GEORGE ROSE (William Burke), JOHN CAIRNEY (Christopher Jackson), BILLIE WHITELAW (Mary Patterson), RENEE HOUSTON (Helen Burke), DERMOT WALSH (Dr. Geoffrey Mitchell), MELVYN HAYES (Jamie)
País: REINO UNIDO Año: 1959 Productora: TRIAD PRODUCTIONS LTD.
Duración aprox.: 94 minutos
Publicado en España por: CINEMA INTERNATIONAL MEDIA, S.L.
Año: 2013 Formato: DVD (EDICIÓN COMPRADA)
Este largometraje no es una película de terror más. Es cine británico de culto. Rodada por el director inglés John Gilling (1912-1984) en el insustituible y cautivador celuloide en blanco y negro, “La Carne y el Demonio” es una película que, por su lúgubre y escabrosa temática, me ha hecho recordar el inolvidable relato corto “Los Ladrones de Cadáveres” incluido en el libro “El Diablillo de la Botella y otros relatos” de Robert Louis Stevenson (ya reseñado en Lux Atenea Webzine). Cuando, a principios del siglo XIX en Reino Unido, los médicos y científicos empiezan a necesitar cadáveres para sus investigaciones, se crea un lucrativo negocio encargado de abastecerles de cadáveres. Durante los siguientes años, la necesidad de cubrir esa demanda llevará a los conocidos como ‘ladrones de cadáveres’ a multiplicar sus acciones, y a extender una psicosis entre la ciudadanía debido al considerable incremento de robos de cuerpos de fallecidos de sus propias tumbas que se empieza a detectar en los cementerios de todo el país. A tal extremo llegará esta psicosis y el miedo de la gente a que roben el cuerpo del familiar muerto que, incluso, llegarán a poner jaulas con fuertes barrotes en las tumbas para que los ladrones de cadáveres no se los puedan llevar. Por lo tanto, cuando vean una de estas tumbas con jaula en persona o en imagen, piensen que ésta no se instaló porque el fallecido fuera un vampiro como he llegado a escuchar decir (o incluso leer) a algunos fantasiosos expertos en medios de información, sino que realmente se construían para que no fuera robado el cuerpo del fallecido por los ladrones de cadáveres en aquella época. Cuando la demanda llega a ser tal que los precios que se pagan por los cadáveres son desorbitantes, algunas personas dedicadas a este macabro comercio no dudaron en llegar al asesinato para poder satisfacer ese mercado, contando siempre con la complicidad de los compradores que no solían preguntar nunca el origen de ese cuerpo entregado, aunque creo que estos mismos compradores acababan conociendo la verdad sobre su muerte en cuanto tuvieran conocimientos médicos o forenses, y observaran y analizaran el cadáver. Una sangrienta historia de terror y misterio en la cual está basada la trama de este largometraje de culto dentro de este género cinematográfico, y que los cinéfilos lectores de Lux Atenea podrán visualizar en esta magnífica edición de la película en formato DVD publicada por Cinema International Media en 2013. Sin duda alguna, “La Carne y el Demonio” es una clara muestra del mejor cine británico de horror con ese arte y ese estilo inconfundible que le caracterizó a la hora de rodar tan magnas y siniestras escenas.
La trama de “La Carne y el Demonio” está basada en los hechos reales ocurridos en la ciudad de Edimburgo en el año 1828, lugar donde el doctor Robert Knox llegó a comprar para sus investigaciones médicas algunos cadáveres de personas que habían asesinado William Burke y William Hare para hacer este tipo de negocios. Una historia que comienza con la tenebrosa e impactante escena de la llegada de los ladrones de cadáveres al cementerio donde, tras dirigirse a una tumba, proceden a excavarla para sacar al fallecido. La fuerza visual de la cruz como silencioso testigo del robo del cuerpo, envía con macabra nitidez al espectador ese vandálico y repudiable acto de sacrilegio en una tumba con el único móvil del beneficio económico. Un contraste absoluto entre la visión sagrada del mundo de los muertos y el impulso materialista donde todo es válido con tal de ganar dinero. A continuación, aparecerá la aparente normalidad con la llegada de Martha Knox (actriz June Laverick) a la Academia de Anatomía del doctor Knox en Edimburgo, y su encuentro con el doctor Geoffrey Mitchell (actor Dermot Walsh). Tras presenciar el discurso del doctor Robert Knox (interpretado por el legendario actor Peter Cushing) ante sus alumnos, tío y sobrina se ven tras la larga temporada vivida en la ciudad de París pero Martha desconoce algunos terribles secretos que allí se ocultan. La trama irá desarrollándose poco a poco en torno a los dos ladrones de cadáveres con William Hare (actor Donald Pleasence) como desalmado cerebro que no deja pasar una ocasión para conseguir dinero, y William Burke (actor George Rose) como ayudante con un coeficiente intelectual un tanto limitado. Sus ansias de conseguir dinero fácil les llevará a cometer un asesinato tras otro, y ese sangriento círculo vicioso de muerte, dinero, y cuerpos humanos para la investigación empezará a implicar al propio doctor Knox al encubrir la actividad de estos dos asesinos, vertebrando en una trama que se cerrará con este espectacular e inquietante final. Una historia de horror que se vuelve absolutamente creíble a los ojos del espectador gracias al extraordinario nivel de interpretación mostrado tanto por sus actores principales como por los secundarios, creando la conexión mental y la ambientación perfecta para alcanzar esta magia artística y emocional que fundamenta la esencia del cine como espectáculo inigualable.
Visualizar esta película es una experiencia difícil de olvidar por la tenebrosa belleza de sus imágenes, rodadas en blanco y negro con el formato panorámico del sistema Dylascope, proyectando una ambientación tan lúgubre en sus escenas más siniestras que fascinará a los cinéfilos lectores de Lux Atenea, sobre todo con esta impresionante banda sonora de estilo clásico compuesta con maestría por Stanley Black. Un largometraje inolvidable dentro del mejor cine británico de horror que les impresionará con sus escenas e imágenes, como al contemplar esas fugaces y densas brumas presentes en el cementerio cuando estos dos ladrones están tirando de las cadenas para sacar un muerto de su tumba, la siniestra visión del sirviente llevando el esqueleto cuando llega Martha a la Academia de Anatomía, la cara de desprecio del doctor Knox cuando delante de su sobrina el alumno Christopher Jackson (actor John Cairney) le anuncia la llegada de un nuevo cadáver para diseccionar, o en el gran contraste existente entre las lujosas y luminosas escenas relacionadas con la vida cotidiana del doctor Knox en su faceta pública y familiar, respecto a las obscuras, claustrofóbicas, sombrías, y decadentes secuencias directamente relacionadas con el turbulento mundo en el que se mueven estos dos ladrones. “La Carne y el Demonio” les cautivará con el ambiente libertino y voluptuoso que se vive en la taberna The Merry Duke, con el debate filosófico entre la Ciencia y la religión en relación a los cadáveres y al alma que fundamenta una de las escenas más importantes de esta película, o con el profundo shock psicológico que aparece cada vez que sumergen un cadáver en salmuera. Un entorno decadente que se observa en las sucias y angostas calles que presenta el barrio donde se mueven estos dos ladrones, también observando los gestos en sus terribles caras cuando asesinan a la anciana Aggie, o la espeluznante imagen del cadáver de Mary Patterson tapado con la sábana (actriz Billie Whitelaw) y la simbólica figura del esqueleto detrás. Pero en esta película también está presente la acción marcada por la tensión y la desesperación, como la brutal escena protagonizada por Jamie (actor Melvyn Hayes) y los dos ladrones de cadáveres, o la impresionante secuencia de los ciudadanos con antorchas reclamando justicia, una de las mejores escenas rodadas en este largometraje. Impresiona ver la flemática actitud del doctor Knox ante sus alumnos en un aula prácticamente vacía y con las protestas de la gente como sonido de fondo, en un virtuosismo interpretativo como solamente un actor de la categoría de Peter Cushing es capaz de realizar, o ver el cruel destino que le espera a William Hare cuando es puesto en libertad, además de la sencilla y reveladora escena del doctor Knox y la niña que le hace ver y comprender en un instante la auténtica realidad de sus actos. Una vez visualizada esta extraordinaria obra cinematográfica, no duden que el juicio moral y ético en su final siempre quedará en manos de cada espectador en función de sus valores personales. Tradición y religión versus Ciencia y laicismo. “La Carne y el Demonio”, una de las mejores películas sobre la tétrica temática de los ladrones de cadáveres del siglo XIX y el turbio negocio que el mundo de la Ciencia creó con su demanda. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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