Reseña Cultural: 1838 // Reseña Literaria: 356
Reseña actualizada. Publicada el 3 de diciembre del año 2007 en Lux Atenea conmemorando el 150º aniversario del nacimiento del escritor JOSEPH CONRAD (1857-1924).
Publicado por: MONDADORI, S.A.
ISBN: 84-9759-646-3
Edición: 2006 (EDICIÓN COMPRADA)
“¡Ah, el horror! ¡El horror!”
En Lux Atenea es todo un honor conmemorar el 150º aniversario del nacimiento del escritor Josef Teodor Konrad Korzeniowski (Berdichev, Polonia), genial artista literario del lado oscuro del alma humana. Aunque Joseph Conrad es mucho más conocido por su obra “Lord Jim”, es con su libro “El corazón de las tinieblas” con el cual ha logrado convertirse en un escritor de culto para aquellas personas interesadas en el conocimiento profundo de las raíces interiores más siniestras del ser humano. “El corazón de las tinieblas” es un libro que, desde su publicación, ha marcado y seguirá marcando a los lectores por su contenido y por su mensaje franco y directo en relación a personas de notoria relevancia pública. Desde políticos a filósofos, desde escritores a empresarios, desde escultores a pintores… su influencia incluso llegó a marcar a uno de los directores de cine con más talento: Francis Ford Coppola. Su obra maestra “Apocalypse Now” precisamente estuvo inspirada en este libro, y en esta fuente fue donde encontró el eje existencial alrededor del cual hacer girar la trama de esta siniestra historia. Luego, sería EL ACTOR Marlon Brando quien se encargaría de dar forma y sentido a la película pero, bueno, esta ya es otra historia… (recomiendo la lectura de la reseña del magnífico libro de Iván Reguera “Apocalypse Now, Odisea en los Territorios del Horror” publicada en Lux Atenea).
“Era una victoria moral pagada por las innumerables derrotas, por los terrores abominables y las satisfacciones igualmente abominables. ¡Pero era una victoria!”
Ambientado en el Congo cuando era una colonia belga, en las páginas de este libro comprobarán fielmente cómo ese territorio fue depredado y esquilmado en pro de la obtención de unos desorbitados beneficios económicos gestionados por la Compañía del rey Leopoldo II: la Société Anonyme Belge para el comercio en el Alto Congo. Aunque estamos hablando de una novela, “El corazón de las tinieblas” refleja y describe la traumática experiencia sufrida por el propio escritor en ese territorio, siendo contada a través de unos personajes de ficción que presentan fuertes lazos de unión con personajes reales que vivieron en aquella época. Con esta poderosa y enérgica fuente de inspiración, Joseph Conrad dará cuerpo literario y trasfondo a uno de los libros más obscuros y trágicos que se hayan escrito sobre la sombra infernal que el alma humana es capaz de proyectar en este mundo. Por este motivo, su lectura resulta apasionante a través de frases que atrapan nuestra atención, siendo su mensaje capaz de concentrar a nuestra mente mediante estos hechos transformados en desvelos sobre parte de nuestro interior como seres racionales sobre la tierra. Se puede leer “El corazón de las tinieblas” como si fuera únicamente una novela pero el lector se quedaría entonces en lo superficial, en la cubierta de su verdadero contenido. En cambio, dentro de un plano más reflexivo podemos leer sus frases, podemos analizar sus párrafos, e ir adentrándonos poco a poco en el interior de esta cueva mental convertida en jungla psicológica cuyo final del trayecto no es otro que encontrarnos cara a cara con la raíz humana. Con ese diabólico monstruo oculto cuya existencia debemos controlar durante la vida para evitar que domine y condicione al Yo en las decisiones tomadas. Pero, ¿puede tener nuestro Yo varias caras, o varios rostros?
“Y la vida de Kurtz corría también rápidamente, desintegrándose, desintegrándose en el mar del tiempo inexorable.”
Como podrán ya intuir los cultos lectores de Lux Atenea, “El corazón de las tinieblas” es un obscuro camino hacia aquello que llamamos El Mal. Dentro de cada uno de nosotros, el Mal tiene una semilla cuyo crecimiento, maduración, e instinto de dominación serán (tal vez) anulados gracias a la responsabilidad del individuo inmerso en la propia evolución de su personalidad a través de la reflexión y del autoanálisis. Si el carácter y la formación del individuo es fuerte y evoluciona en esta vida dentro de un crecimiento constante, estas poderosas fuerzas desequilibrarán la balanza espiritual en pro de la armonía y del amor universal. Pero, en cambio, esta balanza existencial se posicionará en el lado opuesto por el terrible peso de la debilidad emocional, por la fragilidad latente en la personalidad, por la irresponsable falta de perseverancia, por la comodidad de la dejadez, por el autocastigo tras la derrota sufrida, y por el amable abrazo del esclavizante vicio. Y lo mejor que tiene esta historia es que no nos habla de una persona débil de mente atrapado en los nudos del Mal, sino de un poderoso individuo cuya expansiva energía interior ha roto todos los límites hasta situarse más allá del Bien y del Mal. Situado en el centro de este auténtico sueño de poder y gloria convertido en realidad, finalmente no ha encontrado otra cosa que el horror. Un horror convertido en inescrutable vacío que todo lo engulle y devora. Esta persona tiene un nombre, Kurtz, y Kurtz transformado en un alocado y perdido semidios sobre la tierra encuentra siempre insatisfacción en todo deseo satisfecho, en todo acto ejecutado con éxito, en todo amor convertido en entrega, en todo valor reflejado en mirada altiva hacia el horizonte. Un plano existencial marcado totalmente por este horizonte cerrado e indefinido cuya obscuridad va poseyendo poco a poco al alma de Kurtz.
“Yo le miraba como se mira, hacia abajo, a un hombre tendido en el fondo de un precipicio, al que no llegan nunca los rayos del sol.”
Así es “El corazón de las tinieblas”, el interior de ese ser humano convertido en un dios sobre la tierra y que es puesto al descubierto. Un dios cuya mirada hiela, cuya sonrisa no inspira confianza, cuyos gestos no reflejan amor porque lo entregó como sacrificio para poder llegar hasta la cúspide máxima del reino de los dioses en este mundo. Pero los dioses son inmortales, y Kurtz no. He aquí la tragedia y el drama latentes en este ser sumergido en las gélidas aguas del Mal, que es consciente de que no es posible una vuelta atrás, y que tan solo espera a aquel que le libere de tan cruel cárcel, la cárcel carnal cuando se ha perdido irreversiblemente el halo espiritual. “El corazón de las tinieblas”, ilustre literatura decimonónica de blancas páginas, pero escrita con la tinta más negra y siniestra de la realidad humana. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Atraía a los hombres hacia él por lo que había de mejor en ellos”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
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