Reseña Cultural: 2164 // Reseña Literaria: 637
Reseña actualizada. Publicada el 1 de marzo del año 2013 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information :
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Quiero dar las gracias a la editorial Libros del Zorro Rojo por su cortesía al enviarme este promocional físico.
Publicado por: LIBROS DEL ZORRO ROJO
ISBN: 84-940336-5-0
Edición: 2013 (Recibido Como Promocional)
Páginas: 109

“Es curioso, pero ahora casi siento calor y, sin embargo, hace mucho frío.”
De nuevo, la literatura del siglo XIX vuelve a ser protagonista en Lux Atenea con esta preciosa edición presentada por la editorial Libros del Zorro Rojo. En esta ocasión, la obra “El Príncipe feliz y otros cuentos” escrita por el talentoso genio de la literatura Oscar Wilde (1854-1900) será quien embruje, artísticamente hablando, a los lectores gracias a la calidad artística atesorada en esta magnífica edición en la cual destaca su cuidada impresión y su encuadernación, y el bello arte del dibujo creado por Walter Crane (1845-1915) y Jacomb Hood (1857-1929). Armonía y maestría fielmente reflejadas en cada una de las ilustraciones que engrandecen visualmente a esta obra, porque son ilustraciones llenas de encanto y de magia donde cada uno de sus detalles atrae nuestra mirada, y con un ordenamiento y una distribución equilibradamente armoniosa que irradian la gracia de la Belleza en estas páginas. Indiscutiblemente, a nivel literario, en este libro resalta especialmente el relato homónimo que le da título y en el cual destacaría los dos planos existentes en su trama, uno con la realidad del mundo que viven y perciben los ciudadanos de esa ciudad, y otro de corte mágico y trasfondo simbólico y metafísico en el cual “existen” sus dos protagonistas principales: la estatua del Príncipe Feliz y la golondrina. Estos dos personajes interactúan con el otro plano con benefactora intencionalidad, y con un claro mensaje de carácter ético y moral como ejemplo de sacrificio en pro de la eliminación de la pobreza y de la miseria en la sociedad, aunque esas buenas acciones lleven a la muerte y a la falta de consideración a nivel social o de los propios beneficiarios. El cuento “El Príncipe Feliz”, en el cual se aprecia nítidamente la influencia de la cultura cristiana, sobre todo en la utilización simbólica de la golondrina y en la existencia de una recompensa final de salvación divina, resulta muy interesante en su detallado análisis debido a la gran cantidad de detalles psicológicos inequívocamente modernos que lo articulan, y donde prima el interés y la lógica material respecto a la caridad y a la esencia espiritual. La presencia del amor cortés como pilar espiritual, extraordinario e idílicamente fiel en su defensa y adoración del Amor como acto absoluto hecho realidad, presenta inicialmente características propias del Romanticismo de principios del siglo XIX, sobre todo con este amor firme y leal hasta la muerte, para luego evolucionar hacia un Amor universal de corte espiritual (con algunos trazos individualistas) donde en ese Reino Divino parece disiparse el idílico Amor que unía a la golondrina con la estatua del Príncipe Feliz. En el fondo, este magnífico relato corto escrito magistralmente por Oscar Wilde tiene ese punto inocente, puro, e irracional que es fundamental para elevar su esencia literaria al nivel de los cuentos en cuanto a su atracción psicológica. Sin ese fundamento situado más allá de la Razón, un cuento quedaría sin el alma literaria que lo perpetuase.

“¡De qué cosas tan insignificantes depende la felicidad!”
A continuación, en el excelso relato “El Ruiseñor y la Rosa” será la historia de un desesperanzado estudiante en sus anhelos de una rosa roja, idealizada como medio para encandilar a su adorada dama para que no caiga en los brazos de un príncipe, lo que llevará a un ruiseñor a la búsqueda de esa rosa roja para acabar con sus penas. Pero el ruiseñor pagará el más alto precio por conseguir esa rosa para el estudiante que, fascinado y encantado de ofrecer esa rosa roja a su amada en pleno invierno, finalmente descubrirá la cruda realidad de su amor ante las codiciosas ansias materiales mostradas por la joven. De nuevo, Oscar Wilde perfila dos planos de consciencia en esta trama y un acertado uso del simbolismo como eficaz medio para transmitir una idea en este relato corto, destacando la presencia de la lagartija como ser identificado con el cinismo por su ausencia de sentimientos. Además, el reflejo siniestro y un tanto mefistofélico que ofrece la presencia de la muerte y de la sangre como ritual mágico y forma de pago para conseguir lo imposible en el Amor, revela fielmente la sinrazón del ser humano cuando desea conseguir algo sin importarle cómo. Retornando a los finales con trasfondo espiritual cristiano, el relato “El Gigante Egoísta” destaca por la similitud psicológica existente entre el gigante con una persona adulta propietaria de bienes materiales, y que ha ido pagando en su vida con el encallecimiento de su espíritu fielmente reflejado en su egoísmo visceral. El alma desangelada del gigante claramente identificado con la persona poseída por esas ansias de quererlo todo solo para sí mismo, cerrándose a cualquier influencia emocional y/o sentimental externa, sorprenderá a los bibliófilos lectores de Lux Atenea por su esencia posmoderna que identificarán inmediatamente con la época actual que estamos viviendo. Además, que el invierno no abandone el castillo y el jardín del gigante aunque fuera de sus límites sea primavera, se convierte en otra muestra simbólica de la triste y decadente existencia interior del ser encerrado en la jaula construida con los barrotes de sus propios miedos, siendo los niños el símbolo metafórico de la vitalidad, de la pureza, y de la alegría primigenia innata que el tiempo y la vida hacen perder al individuo a lo largo de su existencia.

“La envidia es una cosa temible que estropea los mejores caracteres.”
Pero si hay un relato que destaque en esta obra por su esencia filosófica posmoderna es “El Amigo Fiel”, donde lo social queda en un segundo plano ante el individualismo y en el cual la persona solamente da valor a su círculo personal más cercano, identificado en este cuento con la amistad. La rata de agua como símbolo de la persona individualista y los patos como símbolo de la sociedad, se convierten en los personajes perfectos para dar dinamismo a esta interesante trama con un trasfondo filosófico muy profundo. A los cultos lectores de Lux Atenea les sorprenderá que esta obra literaria se escribiera en la segunda mitad del siglo XIX, en vista a su temática tan actual. En “El Amigo Fiel” hay una historia dentro de otra historia (la de Hans y su amigo Hugo, el molinero), pero una y otra no hacen más que reforzar su mensaje fundamental: el difícil equilibrio existente en las relaciones de amistad cuando solamente existe ese plano vital en el horizonte de los individuos. En este choque entre la modernidad (sociedad) y la posmodernidad (individualismo) con una conclusión de lo más interesante desde un punto de vista ético y moral (el egoísmo es el cáncer del individualismo), el problema viene dado cuando la propia posmodernidad no reconoce a la ética y a la moral como base y fundamento social. He aquí la clave principal de esta historia. En “El Amigo Fiel” queda el egoísmo en la amistad absolutamente desnudo en su parasitaria razón de existencia que, desde un punto de vista ético y moral es fácilmente descubierto, pero, desde un punto de vista individualista (o sea, posmoderno), se convierte en algo resbaladizo y de difícil análisis para ser ecuánimes. Por ejemplo, si alguien consiente tener una amistad egoísta, desde el punto de vista posmoderno, ¿por qué se ha de interferir en algo en lo que esa persona está de acuerdo, o tolera voluntariamente y sin coacción alguna? Como analista cultural, lo que tengo muy claro es que el relato “El Amigo Fiel” no les dejará indiferentes, y seguro que conocen a más de una persona que le ha sucedido lo mismo que lo descrito en este relato corto.

“Era una de esas personas que creen que repitiendo una cosa cierto número de veces, acaba siendo verdad.”
Como clausura de auténtico lujo para este interesante y reflexivo libro, el cuento “El Cohete Extraordinario” les deslumbrará por su inteligente trama y por su perspicaz trasfondo filosófico que tiene como escenario, la boda del hijo de un rey con una tímida princesa rusa y el espectáculo pirotécnico a medianoche como punto de referencia. Pero es en la interesante, inteligente, y sarcástica conversación que se establece entre los elementos de artificio donde este relato alcanza su máxima expresión y significado. El especial protagonismo del cohete que resalta por encima de los demás por su visión egocéntrica del mundo y que lo lleva a posiciones de lo más irreal, y el choque de perfiles que define a cada uno de ellos, es literariamente de lo más encantador y seductor. Y es que “El Cohete Extraordinario” gira precisamente en torno a ese mensaje: la gente que se da mucha importancia, renombre, y protagonismo en la vida ante los demás pero luego, en realidad, no son nada. Además, la presencia de un objeto mágico como la copa de cristal, cuya transparencia se volvía opaca cuando era tocada por los labios de una persona falsa, nos da esa chispa esencial para embellecer con la gracia del embrujo de la fantasía a este relato. “El Príncipe Feliz y otros cuentos”, el fascinante universo literario de Oscar Wilde en el siglo XIX levantándose como un viento literario de aire fresco en la mente del ciudadano del siglo XXI. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Cualquier lugar que se ame es el mundo para uno pero el amor no está de moda; los poetas lo han matado.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.