SYLVIA PLATH “ANTOLOGÍA” (Reseña #2111).

Reseña Cultural: 2111 // Reseña Literaria: 586
Reseña actualizada. Publicada el 5 de marzo del año 2009 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: VISOR LIBROS
ISBN: 84-7522-929-8
Edición: 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

SYLVIA PLATH ANTOLOGIA

“Estoy serena, estoy serena, es la serenidad que precede a algo espantoso.”

Sylvia Plath (27 de octubre de 1932, Boston, EE.UU – 11 de febrero de 1963, Londres, Reino Unido) es una de las poetisas que más inteligentemente experimentó con el arte literario de la metáfora, y el excelente uso que realiza de la oposición simbólica como estilo artístico ideal para ensalzar convierten a Sylvia Plath en una referencia indiscutible, por ejemplo, con la montaña y el mar (estático y dinámico), con el negro y el rojo (la muerte y la vida)… En esta magnífica edición, los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán comprobar cómo sus palabras son afiladas, sobresaliendo desafiantes para someterle a una gran tensión emocional si decide deambular por sus versos. Escribiendo con un lenguaje personal sin comparación literaria posible, en estas páginas sentirán cómo Sylvia Plath se veía como una rara excepción en este mundo. Una indescriptible rara avis que le impedía poder identificarse con su época, con los inamovibles roles sociales asignados, y con esa normalidad que le rodeaba y le ahogaba. “La malignidad de lo cotidiano”, como a ella le gustaba decir, le llevó a escribir estos grandiosos poemas existenciales donde grita de angustia, presentando dolorosos versos que nos hablan de una condena para toda la vida. Sylvia Plath analiza la vida, y llega a la conclusión de que todo esto es un gran engaño. Además, su gusto por lo siniestro, por lo oculto, por el mundo de los muertos y de los espíritus, por ese mundo oculto que, en ocasiones, interactúa con nuestro mundo, orientan su estilo poético hacia una visión mística de la existencia en la cual la soledad terrenal es sentida como un estado no solicitado ni deseado.

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“Olor a años que arden.”

Los cultos lectores de Lux Atenea quedarán profundamente conmovidos con los grandiosos poemas “Event”, “Childless woman”, “Apprehensions”, “Winter trees”, en los cuales se respiran esos deseos de liberación propios de un ángel al que le han cortado las alas para que no pueda escaparse de esta jaula llamada Tierra. Sylvia Plath es una mujer que tiene un alto nivel de inteligencia, y esos niveles de inteligencia inexorablemente traen consigo una sensibilidad extrema. Sensibilidad. Un billete que le permitía subirse en la montaña rusa de las emociones, unas veces subiéndola hasta la cúspide de la felicidad, para luego caer a toda velocidad al abismo con el estómago encogido. Por este motivo, en unas ocasiones se muestra radical e impactante (“borracha como un feto sorbí la teta de la oscuridad”), en otras se encuentra esperanzada tras bañarse en el idealismo (“volaré por la boca del cirio como una polilla inquemable”), para luego arrojarse en la más profunda de las simas existenciales (“envuelta en toda esta luz estoy perdida, perdida”). Además, Sylvia Plath nunca llegó a identificarse con su propio cuerpo, un cuerpo que veía como una celda para su alma (“Y yo habito mi propia imagen de cera, el cuerpo de una muñeca”), y del cual trataría de escapar. Hasta la propia condición femenina le resultaba insoportable en su faceta maternal. Y alguien que ve su cuerpo como una cárcel, nunca podía aceptar convertirse en el constructor de otras prisiones y guardia penitenciario de otra alma encarnada, pero, a pesar de todo, acaba teniendo hijos. Mucha más presión emocional en una persona que necesitaba urgentemente una base sólida en la cual poder apoyarse.

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“Aún nos veo, flotando, inseparables: dos muñecos de corcho.”

Sylvia Plath idealiza, y ve el Amor y la relación de pareja como un oasis intelectual. Como un refugio en el cual el apoyo incondicional es la norma inquebrantable, y se casa con otro poeta, Ted Hughes, como ritual existencial que hará que su ideal en este mundo se haga realidad: vivir en una casa de poetas. Pero la auténtica realidad que encuentra son las largas ausencias de su marido como norma de convivencia, provocando que el silencio y la angustia se apoderen de su alma. Todo se complicará aún más en su vida al tratar de aplacar su soledad con una maternidad no deseada. Sylvia Plath quiere ser amada, quiere sentir la pasión recorriendo su cuerpo, pero en su relación solo tiene en su lugar ternura, un sucedáneo del amor pasional. “Amor es la espina dorsal de mi maldición” será el lamento poético en un alma que amaba la noche y, cuando llegaba, solo encontraba a la Luna observando su soledad, su tristeza, y su desolación interior. En aquel estado existencial, los bibliófilos lectores de Lux Atenea encontrarán a Sylvia Plath preguntándose en otro de sus versos “¿cómo salir de la mente?”, una pregunta dirigida directamente a la Razón para no ser contestada. Con un estado emocional al límite, se suicida inhalando gas en el año 1963. Pese a dejar una nota escrita encima de una mesa antes del acto final (“Por favor, llamen al doctor…”), Sylvia Plath jugó con el suicidio como si fuera una ruleta rusa como había estado haciendo durante la mayor parte de su vida, pero, en esta ocasión, en el tambor había quedado una bala en lo más alto. Como dramática imagen de su profundo dolor interior, el gancho en el cual se cuelga la carne se convertiría en el siniestro símbolo que persistirá en sus versos. “Antología”, estos impactantes poemas solamente pueden ser escritos con la misma marca indeleble de las cicatrices provocadas por la vida, o, como diría Sylvia Plath… ¿Vida?¿A esto le llamas vida? ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Del tren en el que voy nadie baja”

SYLVIA PLATH - ANTOLOGIA

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.