Reseña Cultural: 1979 // Reseña Literaria: 475
Reseña actualizada. Publicada el 24 de noviembre del año 2008 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Publicado por: EDITORIAL HUMANITAS
ISBN: 84-7910-143-1
Edición: 1992 (EDICIÓN COMPRADA)

“No existe otra Ley que el hacer tu Voluntad.
El Amor es la Ley, el Amor bajo la Voluntad.”
El libro por excelencia en torno al cual giraron todas las enseñanzas del mundo esotérico y filosófico desplegado por el místico ocultista Aleister Crowley tiene por título “El Libro de la Ley”. Una magna obra inspirada en tierras egipcias por un misterioso espíritu de nombre Aiwass (como así es mencionado en este libro por el propio autor), y que puede quedar perfectamente resumida en su esencia con las dos frases que encabezan esta reseña tras haber sido denominadas por el propio Aleister Crowley como la Ley de Thelema. Alrededor de este principio, y de este concepto existencial y trascendente, Aleister Crowley dará forma y sentido a una perspectiva de la vida caracterizada por la búsqueda personal de Conocimiento a través del espíritu interno revelador, y por la responsabilidad absoluta del individuo en los actos cuyo trasfondo no es otro que el Conocimiento oculto. Pero ese Conocimiento oculto tiene dos vertientes: una interior espiritual que hay que ir desvelando, y otra exterior material que nos trata de condicionar a través de las falsas apariencias de corte ilusorio y cautivador. Dos planos en los cuales se mueve el individuo durante su vida, y cada uno de ellos con sus virtudes y con sus impedimentos en el desarrollo del Yo y del alma de la persona durante esta existencia obligada dentro del plano carnal y físico. Los cultos lectores de Lux Atenea han de conocer que “El Libro de la Ley” es una obra fundamental dentro del ocultismo para quienes deciden adentrarse en las oscuras brumas de lo velado, de lo pasional, o de aquello intuido convertido en su presente y en algo al alcance de la mano. Eso sí, tratando siempre de evitar caer en esas trampas terrenales para el alma que siempre aparecen en la búsqueda de uno mismo, abriéndose caminos a ser recorridos en solitario como un incansable místico. Aunque estas palabras puedan parecer extrañas o incomprensibles para algunos lectores, en el fondo no son más que transgresiones de lo restrictivo o de los límites que paralizan al individuo en este mundo en el que vivimos. Precisamente, “El Libro de la Ley” es un estímulo vital para ser conscientes del mundo velado en el que nacemos y nos desarrollamos, invitándonos siempre a rechazar lo que nos pueda encadenar o condicionar, ya sea dentro del plano físico o mental. Para difundir este mensaje trascendental, nadie mejor que Aleister Crowley nacido a finales del siglo XIX, tremendamente expansivo en el pasado siglo XX cargado de modernidad, aunque mental y filosóficamente estaba situado más en este siglo XXI.

En “El Libro de la Ley”, Aleister Crowley hablará a los bibiófilos lectores de Lux Atenea sobre los Eones, largos ciclos en el tiempo durante los cuales la Humanidad ha ido evolucionando existencialmente tanto en sus planteamientos como en sus objetivos e inquietudes, habiendo pasado ya de un Eón simbolizado por la Madre a otro simbolizado por el Padre, el cual da por concluido en el siglo XX ante el inminente nacimiento del siguiente Eón simbolizado por el Hijo. Sintetizando su reveladoras palabras, la Humanidad ha pasado del matriarcado al patriarcado, y ambos han quedado ya obsoletos ante el nacimiento de la Era del Hijo, el Eón del Hijo en el cual vivimos actualmente en el siglo XXI. Llevado al plano mitológico egipcio, Aleister Crowley nos explica cómo los Eones de Isis (Madre) y de Osiris (Padre) tuvieron su origen, su esplendor, y su decadencia, y es con el nuevo Eón de Horus (Hijo), que ya empezaba a vislumbrar en aquella época con los primeros signos y mensajes de su presencia, donde este renacimiento de la Humanidad está pidiendo paso reclamando con ello su reino. Y es que el Eón de Horus toma el testigo de nuestro destino con la expansión de la sociedad de las individualidades, opuesta a la sociedad patriarcal de la obediencia forzosa por la fuerza y de la rigidez estamental, al igual que rechaza a la sociedad matriarcal de la dependencia que no deja libre al individuo al condicionarle emocionalmente. Llevado todo ello a nuestro presente, ¿les ha tocado escuchar en sus oídos algunas frases como “eres un/a irresponsable”, “solamente piensas en ti mismo/a”, “tú vas de libre por la vida”, “cuándo sentarás la cabeza”, “la vida no es solamente juego”, “por qué no haces algo que te dé dinero”, “estás perdiendo el tiempo con esas tonterías artísticas tuyas”, “por qué no eres como los demás”…? Seguramente, cuánto más joven sea el lector de esta reseña, más se identificará con estas frases en carne propia sin saber que, sencillamente, esos mensajes no son otra cosa que los últimos coletazos de un viejo Eón Padre que, superado ya en su poder y en su gloria por su hijo, se niega a entregarle el testigo en esta Humanidad al no aceptar que este nuevo Eón Hijo tiene su propia forma de ver el mundo, y sin contar con él. Un Eón de Horus que va a reinar siguiendo unos principios y valores propios que nada tienen que ver con los anteriores, ni con el patriarcado ni con el matriarcado. Una realidad que ya está presente en este siglo XXI y, sobre sus particularidades y características, ya nos hablaba Aleister Crowley en este libro. “El Libro de la Ley”, imposible poder conocer las enseñanzas de Aleister Crowley sin leer y analizar esta obra imprescindible. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Cada hombre y cada mujer es una estrella.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.