Reseña Cultural: 1932 // Reseña Literaria: 440
Reseña actualizada. Publicada el 21 de noviembre del año 2006 en Lux Atenea.
Publicado por : EDITORIAL SIRIO
ISBN : 84-7808-370-7
Edición : 2001 (EDICIÓN COMPRADA)
Pese a su título, no he escrito esta reseña sobre un libro satánico o sobre satanismo. Nada mas lejos de la realidad. Escrita por uno de los maestros esotéricos más lúcidos del siglo XX, George Ivanovich Gurdjieff, “Relatos de Belcebú a su nieto” es una obra puramente espiritual y muy reveladora a nivel místico por el trasfondo de su mensaje. Nacido el día 1 de enero del año 1877 en la ciudad de Alexandropol (Rusia), desde muy joven ya destacó por su inteligencia y por su facilidad de aprendizaje de los más diversos oficios, convirtiéndose muy pronto en una persona multidisciplinar, polifacética, y amante de las diversas ramas del conocimiento ya sean estas científicas o espirituales. Posteriormente decidirá iniciar el camino de la aventura por las vastas tierras del Asia Menor con un grupo de compañeros, viviendo un periodo de tiempo de gran expansión personal a través del autoconocimiento al que dedicará más de veinte años, y durante los cuales tomará contacto con diversas escuelas místicas orientales que serán cruciales en su futuro. Pasado todo este tiempo, Gurdjieff reaparecerá en la ciudad de Moscú en el año 1913, empezando a impartir y enseñar los elevados conocimientos adquiridos hasta que la revolución bolchevique le obligue a buscar refugio en la ciudad de Constantinopla. Pero durante el tiempo que permanece en tierras rusas, conocerá a quien será el principal discípulo y seguidor de su escuela filosófica: el matemático ruso Ouspenski.
Desde Constantinopla viajará a Inglaterra y de allí a Francia, país donde fundará su institución filosófico-esotérica conocida con el nombre de Instituto para el Desarrollo Armonioso del Hombre. Posteriormente saltará a la fama mundial debido al mensaje de su doctrina, cuya repercusión en Occidente será crucial, pero Gurdjieff sufrirá un accidente de coche en el año 1924 que le llevará a replantearse el camino que hasta entonces había elegido, decidiendo cerrar su institución para dedicarse plenamente a escribir una serie de libros que se convertirán en obras místicas fundamentales para la corriente gnóstica, y el día 29 de octubre del año 1949, el alma de Gurdjieff abandonó su cuerpo en Fontainebleau, dejándonos un legado cultural místico de incalculable valor. En Occidente, a Gurdjieff le debemos el conocimiento del Eneagrama y de las danzas derviches, útiles para alcanzar planos de consciencia más elevados y ambas procedentes de las escuelas místicas sufíes. Gurdjieff, con ese espíritu renacentista que tan bien le define, destacó como compositor musical, y como creador de danzas y de posturas corporales que permiten elevar el plano espiritual a quien los practica de forma efectiva, configurando unas danzas que llevan su propio nombre: Danzas de Gurdjieff. También asentó una enseñanza avanzada con sus bases espirituales cuya metodología actúa tanto en el plano físico, como en el emocional y mental del individuo. Como pueden comprobar los cultos lectores de Lux Atenea, Gurdjieff es esencial e insustituible para el hombre espiritual como el agua lo es para los peces.
“Relatos de Belcebú a su nieto” es una obra donde Gurdjieff realiza la selección y criba de lectores con una efectividad admirable. ¿Cómo puede ser esto posible? Pues de forma muy sencilla. Este libro tiene más de novecientas páginas: primer filtro. También este maestro hace un uso excesivo de términos inventados, difíciles de memorizar y de leer, y que llevan al lector no iniciado al aburrimiento y al desprecio de su contenido: segundo filtro. Si todo esto todavía no ha permitido conseguir la harina más fina posible a través del cribado, Gurdjieff tiende a repetir las cosas una y otra vez hasta la saciedad, perfilando una inteligente estratagema para acabar con el profano más duro e insistente: tercer filtro. Y como filtro final, como no, Gurdjieff inventa una historia pseudo-fantástica para quitarle todo posible apoyo a aquellos que creen que la Mística solamente es aprenderse de memoria una serie de símbolos, de mensajes, y de pautas. Aquí el maestro demuestra la gran Sabiduría sufí adquirida e integrada en su ser, siendo todo un genio del mensaje místico escrito. Sé que más de un lector cuando vea esta edición y se atreva a leerla, así, sin ninguna persona que le guíe, pensará que este libro es poco menos que una burla, una broma literaria cara. Un cuento. ¡Pues sí!, este libro es un cuento, un exquisito cuento de lo más revelador para el individuo con inquietudes místicas y mente abierta al Conocimiento. “Relatos de Belcebú a su nieto”, magna obra que acabará convirtiéndose en un libro que leerán y releerán tras haber pasado por su tamiz. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.