WILLIAM SHAKESPEARE “A BUEN FIN NO HAY MAL PRINCIPIO” (Reseña #2177).

WILLIAM SHAKESPEARE, OBRAS COMPLETAS XIV.

Reseña Cultural: 2177 // Reseña Literaria: 650
Reseña actualizada. Publicada el 10 de abril del año 2011 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information :
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: RBA
ISBN: 84-473-2940-2
Edición: 2003 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 255

“A buen fin no hay mal principio, aunque la suerte parezca tan adversa y los medios tan desfavorables.”

“A Buen Fin No Hay Mal Principio” es una inteligente y dinámica obra literaria donde el ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616) critica muy duramente la moral social dominante en su época. Una moral de la apariencia pública donde la persona interesada en ser valorada socialmente por su moral y ética correctas, debía siempre mostrar unos exquisitos modales como prueba de tales virtudes, quedando además su elegante comportamiento con las personas como ejemplo irrefutable de las firmes creencias que aparentemente atesoraba. Un dominio de las apariencias, valoradas por encima del trasfondo humano real del individuo, que condicionaba totalmente las relaciones sociales entre personas y clases sociales, y donde los lobos disfrazados de ovejas eran inequívocamente los que triunfaban con aquellas reglas del juego sociales. Además, William Shakespeare también destapa el sinsentido del código cortesano tras el cual se oculta la maldad y la extravagancia, al mostrar muy claramente cómo los prejuicios sociales determinados exclusivamente en función de los modales, terminaban convirtiéndose en un envenenado fruto social al fomentar el uso de la máscara, la extensión de los convencionalismos y de los formalismos, y la promoción de quienes tomaban la hipocresía y la banalidad intrascendente como garantía de éxito en su buena imagen social. La obra “A Buen Fin No Hay Mal Principio” también es una comedia donde el conflicto se vuelve más y más intenso según sus protagonistas nos van mostrando sus distintas personalidades, miedos, objetivos, pensamientos… aumentando el interés del lector hasta el final del libro según van desarrollándose los hechos. Con París, Florencia y el Rosellón como escenarios principales de esta historia, “A Buen Fin No Hay Mal Principio” sorprenderá a los bibliófilos lectores de Lux Atenea con esta trama llena de enredos, argucias, engaños, y trampas donde las cartas escritas por algunos de sus principales personajes adquieren una gran importancia en el esclarecimiento de las más diversas situaciones, junto a conversaciones inteligentes y muy punzantes como cuando la condesa del Rosellón habla con Palabras (nombre del personaje perteneciente al séquito de Beltrán), cuando Lafeu habla con el bufón, o cuando Diana habla con el rey de Francia. Mentiras que acaban siendo descubiertas, cartas comprometedoras, objetos clave en la trama como la sortija de Helena, intentos de desacreditación pública entre personajes, sibilinos engaños destinados a hacer realidad un difícil reto… En definitiva, “A Buen Fin No Hay Mal Principio” es una de las obras de William Shakespeare que más admiración les despertará, pese a los errores geográficos típicos en el autor (la ciudad de Florencia no tiene puerto). Y un excelente libro donde no falta la referencia a otra de sus grandes obras en sus páginas: “Troilo y Crésida” (leer reseña).

“La vida humana es como una trama tejida con hilos buenos y malos a la vez.”

Durante la lectura y análisis del libro “A Buen Fin No Hay Mal Principio” me sorprendió la importancia que William Shakespeare le dio al individualismo a la hora de perfilar cada uno de sus principales personajes. En estas gloriosas páginas encontrarán a un anciano señor llamado Lafeu que destaca por su visión crítica y analítica de la vida desde un punto de vista bastante pragmático, la condesa del Rosellón se presentará siempre con palabras muy cabales en cada acto, su bufón se expresará desde una posición muy machista y misógina, o el rey de Francia se mostrará aquejado de una sangrante enfermedad que lo ha dejado impedido, y al que solamente la joven Helena será capaz de curar sus dolencias. Un rey de Francia que se manifestará a lo largo de toda esta historia como el monarca shakesperiano más benévolo de toda su obra literaria. Pero uno de los personajes más corrosivos y cínicos en esta obra es Palabras, persona de confianza para Beltrán, y el cual únicamente busca su propio confort y beneficio. Palabras representa al ser humano en su manifestación más materialista, corrupta, irresponsable, cobarde, y egoísta. Un ser que inspirará muy poca confianza al culto lector de Lux Atenea ya que representa fielmente a todas esas personas que, de cara a los demás, siempre se les llena la boca de lo que va a hacer y dirigir, pero nunca llegan a hacer nada. Por todo ello, las palabras pronunciadas por Palabras solamente se quedarán en eso mismo, en palabras y nada más, aunque sorprendan y seduzcan a todos aquellos que las escuchan. Unido a ello, Palabras también es una persona rencorosa que tratará de vengarse de Lafeu, disfrutará engañando a Helena con el beneplácito de Beltrán, y también no dudará un segundo en traicionarlo en cuanto su vida corra peligro.

“Haz de manera que puedan echarte en cara haber callado, pero nunca haber hablado.”

Sin duda alguna, la vil personalidad de Palabras es una de las que más destaca en esta trama, pero quien verdaderamente se erige como protagonista principal de esta pasional historia es Helena, una mujer inteligente que, de una forma u otra, siempre termina consiguiendo todo lo que quiere. Helena es idealista, ese idealismo romántico propio del siglo XIX, pero con la ausencia de lo ético y de lo moral que es una de las características propias de la sociedad posmoderna del siglo XXI. William Shakespeare sorprenderá al lector con esta mujer independiente y con talento que pasará de la inocencia en su particular visión del amor, a otra mucho más experimentada y realista donde los hombres son observados como seres limitados y previsibles. Helena es un personaje oscuro, complejo, reflexivo, planificador, y previsor que, además, posee ciertas dotes un tanto mágicas. En “A Buen Fin No Hay Mal Principio”, Helena no dudará un segundo en traspasar las ingenuas fronteras de la virtud para adentrarse en el pantanoso terreno de la mentira y de las estratagemas con el objetivo de que su gran amor, Beltrán, llegue a confirmar su amor por ella. Una confesión que, aparentemente dicha de propia voluntad, en realidad habrá sido provocada por sus enredos ocultos tras haber sido previamente despreciada en público por Beltrán, ya que la rechaza por ser de una clase social inferior a la suya. Beltrán es una persona pasional, inmadura, y sin experiencia en la vida que, convertido en el típico héroe socialmente admirado, termina siendo dominado y derrotado públicamente por una mente mucho más sutil y maquiavélica. Helena, tras ser humillada (Beltrán se negará hasta a darle un abrazo pese a ser su esposa) y retada (a través de una carta escrita por su propio marido), solicitará la ayuda de la anciana viuda de Florencia para llevar a cabo sus planes en cuanto se entera de la irresistible atracción que Diana, la hija de la anciana, le provoca a Beltrán. A partir de ese mismo instante, el resto de la obra se convertirá en una enredosa trama donde Helena luchará con todas las armas a su alcance contra su injusto destino. La visión lujuriosa de los hombres en su trato con las mujeres que William Shakespeare muestra en “A Buen Fin No Hay Mal Principio”, da ese trasfondo literario que será desarrollado en su máxima extensión y complejidad durante los siglos XIX, XX, e incluso, en esta centuria.

“El peligro y la muerte marchan siempre detrás de los héroes.”

De la magna obra “A Buen Fin No Hay Mal Principio” emana esa inconfundible y oscura esencia que marcó la época del Barroco. La lujuria y las pasiones amorosas que llevan a la perdición, la vejez vista como sinónimo de la falta de animosidad, la juventud como fuente inagotable de energía y virtud, la decadencia espiritual que viene tras los sinsabores que ofrece la vida… En definitiva, un magnífico libro donde el amor acaba cubriéndolo todo con el poderoso perfume de los sentimientos y de las pasiones humanas. Una trama con un mensaje abierto a la interpretación del lector, o del espectador en su representación teatral, y donde las pinceladas irónicas se presentarán muy corrosivas en algunas ocasiones porque a lo largo de la obra todo se cuestionará desde diferentes perspectivas existenciales. Nadie dudará que, en el mensaje fundamental de “A Buen Fin No Hay Mal Principio”, se tratan de justificar todas las argucias concebidas para obtener lo que se desea y que, en la Inglaterra Isabelina de William Shakespeare, la sobrevalorada apariencia pública engañaba y provocaba una hipocresía social prácticamente endémica. Una historia con personajes que se mueven con soltura dentro del teatro de las apariencias, y en ese delicado término medio donde los hechos no se pueden llegar a juzgar con rotundidad desde líneas muy firmes y claras sobre qué es el Bien y el Mal. Con este individualismo en estado puro que caracteriza a sus principales personajes, en esta obra de William Shakespeare, la sexualidad aparece como un camino que garantizará la felicidad de todo aquel que desee vivir junto a la persona amada. Una obra que termina situándose en completa armonía con la perspectiva posmoderna que está definiendo y perfilando la evolución de la sociedad del siglo XXI. Pero, en esta obra, se rompe definitivamente con la valoración del individuo en función de su origen, quedando sus virtudes como persona como auténtica esencia. Además, en “A Buen Fin No Hay Mal Principio”, Helena representa fielmente a la amoral mujer posmoderna que solamente se adentra en el terreno de la ética como medio para poder garantizarse el objetivo que desea alcanzar, y como garantía de la defensa incondicional del derecho al amor libremente elegido y al individualismo. Todo coincide con la perspectiva existencial posmoderna. También William Shakespeare llega a transmitir esa posmodernidad hasta en el abismo emocional y existencial que separa a unas generaciones de las otras en esta obra, pese a que todas ellas han nacido en la misma tierra y comparten la misma cultura. Una barrera entre generaciones que los cultos lectores de Lux Atenea pueden observar en la actualidad en este siglo XXI tan avanzado como cambiante, y donde las generaciones parecen no diferenciarse por las décadas en las que nacieron, sino casi por el lustro en el cual vieron la luz por primera vez en este mundo. “A Buen Fin No Hay Mal Principio”, deseos, sentimientos, y pasiones humanas en una de las obras de William Shakespeare conceptualmente más innovadora, vanguardista, y socialmente visionaria. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“El fin es la corona de las empresas. Cualesquiera que sean los accidentes de su curso, siempre es el fin lo que decide de su gloria y mérito.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

FRANCISCO DE QUEVEDO “DISCURSO DE TODOS LOS DIABLOS” (Reseña #2000).

Reseña Cultural: 2000 // Reseña Literaria: 490
Reseña actualizada. Publicada el 3 de febrero del año 2009 en Lux Atenea.

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Publicado por: CELESTE EDICIONES
ISBN: 84-8211-193-7
Edición: 1999 (EDICIÓN COMPRADA)

FRANCISCO DE QUEVEDO DISCURSO DE TODOS LOS DIABLOS

“Más han muerto porque hicieron testamento que porque enfermaron.”

Tras el Ilustre Don Miguel de Cervantes, Don Francisco de Quevedo (1580-1645) es considerado como el maestro de la literatura española por excelencia. Este noble hidalgo nacido en la ciudad de Madrid, es tocado en su infancia por la gracia divina de la inteligencia que lo convierte en un niño superdotado. Pese a que la desgracia trata de hundir prematuramente su prometedora carrera, al dejarlo huérfano cuando tan sólo era un niño, gracias a su apetito voraz de cultura saldrá adelante en la vida, licenciándose en Artes en la Universidad de Alcalá de Henares, estudiando Teología en la ciudad de Valladolid, y será precisamente en esta ciudad donde empezará a destacar como escritor y poeta. Y también será allí también donde encontrará a una de sus mayores enemistades: Luis de Góngora. Una lucha sin cuartel donde el Arte en el uso de la pluma y de la tinta, junto a la astuta capacidad para unir adeptos a su causa, harán que protagonicen una de las batallas más encarnizadas entre grandes figuras de la literatura española. En el año 1627 escribe la obra “Discurso de todos los Diablos”, siendo publicada en 1628 y, antes de acabar ese mismo año, Don Francisco de Quevedo vuelve a ser desterrado tras sufrir la censura de la Inquisición (es la segunda vez que le sucede), ya que algunos miembros de la Iglesia (por ejemplo, el padre Diego Niseno que había tenido acceso a la obra) pudieron leer con sus propios ojos algún que otro sarcasmo directamente relacionado con ellos y/o su entorno más directo. Obviamente, como los cultos lectores de Lux Atenea ya conocen, en aquella época en el pensamiento de la Inquisición eso significaba una ofensa a la institución, e inmediatamente ordenaban la reprobación de la obra y el castigo para el autor del escrito.

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“Que en el mundo el que alcanza todo lo que quiere, como no echa de menos a Dios para nada, aun para jurarle le olvida.”

“Discurso de todos los Diablos” pertenece a las llamadas “Fantasías Morales”, obras escritas por Don Francisco de Quevedo en tono burlesco que destacaron por su elevado nivel de refinamiento intelectual y creativo. Una ácida crítica de la sociedad en la que vivía, pero esta misma crítica también puede hacerse perfectamente extensible a cualquier otra época. El ser humano, venga de donde venga, siempre será el mismo y siempre se comportará de la misma manera, y, según Don Francisco de Quevedo, son precisamente la mezcla de las pasiones humanas, de sus debilidades, y de sus vicios y ambiciones, los que convierten a la sociedad en la que viven en el mayor de los infiernos. Y como podrán comprobar los bibliófilos lectores de Lux Atenea en esta edición, nadie mejor que Don Francisco de Quevedo y sus cualidades literarias tan especiales para la crítica y para convertir la ironía en arte en estado puro, lo que le permitieron pulir esta obra con el encanto de la parodia, y siempre sorprendiendo al lector con esta perspectiva que transforma a “Discurso de todos los Diablos” en una mofa donde no falta alguna que otra pulla. Un ejemplo claro y contundente de la grandeza artística y literaria de este ilustre Caballero de Santiago dedicado a dejar al desnudo a la sociedad con la gracia de la sátira, y convertir a cada uno de sus ciudadanos en una caricatura de sí mismo. “Discurso de todos los Diablos”, la perspectiva y la estética barroca española sigue estando plenamente vigente en el siglo XXI. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“De los buenos nadie hace memoria, porque el bien no se aprende, y el mal se pega, de manera que un enfermo pega el mal a veinte sanos, y mil sanos no pegaron jamás salud a un doliente..”

FRANCISCO DE QUEVEDO - DISCURSO DE TODOS LOS DIABLOS

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

JOHN DONNE “POESÍA COMPLETA TOMOS I y II” (Reseña #1885).

Reseña Cultural: 1885 // Reseña Literaria: 395
Reseña actualizada. Publicada el 2 de noviembre del año 2014 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: EDICIONES 29
ISBN: 84-7175-488-6 / 84-7175-489-4
Edición: 2001 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 184 + 176

JOHN DONNE POESIA COMPLETA TOMOS I y II EDICIONES 29

“Antes que Dios concibiera la totalidad,
la corrupción había entrado y depravado lo mejor:
hizo presa en los ángeles, y primero de todo,
el mundo en su cuna sufrió una caída,
que afectó a su cerebro y produjo mutilación general,
cada articulación dañada de la estructura universal.
La parte más noble, el hombre, cayó primero; y luego
bestias y plantas, malditas fueron en la maldición del hombre.
Así el mundo decae desde la primera hora.”

Como analista cultural me encanta leer los versos del poeta inglés John Donne (1572-1631) por este abanico humano situado entre lo mundano y lo espiritual que presenta su obra. Tras otra nueva relectura de estos dos tomos que forman la edición “Poesía Completa” publicada por Ediciones 29 en el año 2001, era el momento perfecto de escribir esta reseña teniendo aún frescas las emociones sentidas durante su relectura, ya que creo que este ilustre maestro literario del Barroco debería tener una mayor presencia en la mente de los lectores del siglo XXI en vista a la fascinante esencia que emana de sus poemas. En el año 2009, ya hice referencia al maestro John Donne remarcando su nombre en las reseñas que publiqué sobre los extraordinarios libros “Poetas Ingleses Metafísicos Del Siglo XVII” y “Poesía Inglesa De Los Siglos XVI y XVII”, pero es en esta magnífica edición literaria donde su obra queda mostrada en toda su plenitud para encantar a los bibliófilos lectores. Además, uno de los dones literarios que más les sorprenderá es su talento tan sutil a la hora de establecer inteligentes analogías, impregnando sus versos con un perfume tan refinado y culto que termina embriagando nuestros sentidos, provocándonos una mezcla de cómplice sonrisa, humilde admiración, y excelsa valoración artística. Pero es en su alma y en su vida inequívocamente barroca donde uno siente mayor empatía con sus versos, ya que, a lo largo de los años, el espíritu alegre, libertino, y vivaz de John Donne acabó consumiéndose tras quedar malherido emocional y sentimentalmente debido a los fracasos amorosos que le afectarán profundamente, llevándole a adentrarse en el estudio místico de la Alquimia y luego a entregarse finalmente en cuerpo y alma a la labor religiosa como revelador camino de trascendencia del individuo en este mundo. Una decisión que mantendría firme e inexorablemente hasta el final de sus días, obsequiándonos con ilustres poemas de un trasfondo metafísico incomparable en aquel siglo.

JOHN DONNE POESIA COMPLETA TOMOS I y II EDICIONES 29 pic1

“La discreción es el alma del hombre sabio.”

La primera etapa poética de John Donne es erotismo mental que logra despertar en el lector esa complicidad mundana gracias a su ágil retórica satírica dentro del plano amoroso y carnal, mostrándose muchas veces igual de rebelde, bon vivant, e incluso pícaro como los goliardos del Medievo, sobre los cuales recomendaría la lectura de la excelente obra “Poesía Goliárdica” ya reseñada en Lux Atenea. Además, John Donne es todo un maestro de la metáfora en verso, las cuales innova estructural y simbólicamente en su época con significados más actuales, dando una brillantez, un ritmo, y un equilibrio a los poemas nunca visto hasta entonces. En cambio, cuando nos adentramos en su etapa posterior tras haber dejado atrás su brillante poesía del Amor y sus inteligentes epigramas, con la agridulce misantropía corriendo por sus venas, John Donne se revelará como un sublime poeta de las elegías de trasfondo fúnebre antes de abrazar la religión cristiana, de cuya etapa nacerán magnos versos de radiante trasfondo religioso y espiritual. John Donne, en esta última etapa, se presenta mucho más sereno y experimentado, y esa claridad mental bajo el manto de la moral y de la ética cristiana le llevará a escribir poemas religiosos de gran belleza por su armoniosa construcción y su nítido mensaje, elevándose ahora sí por su talento lírico y místico de primer nivel. En definitiva, John Donne acabó erigiéndose en Inglaterra como el poeta metafísico más brillante y erudito en aquellos años del Barroco tan convulsos, donde todo cambió radicalmente en Europa tanto a nivel social como a nivel cultural, siendo esta época cuando por primera vez la Razón y la Ciencia empezaron a lanzar sus primeros destellos destinados a iluminar y a transformar la sociedad europea, provocando también el cambio en la visión del mundo que se había tenido hasta entonces a lo largo de los siglos. “Poesía Completa”, selecta exquisitez poética del siglo XVII para que puedan sentir a John Donne en todo su esplendor. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“La Razón es la mano izquierda del alma, la Fe es la derecha.”

JOHN DONNE POESIA COMPLETA TOMOS I y II

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.