THUNRAZ “INCINERATION DAY” (AUTOEDITADO, noviembre 2024) (Reseña / Review #2237).

Reseña Cultural nº: 2237 // Reseña Musical nº: 1424

Información Muy Importante / Very Important Information :
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Quiero dar las gracias al genial artista estonio Madis Jalakas (Thunraz) por su cortesía al enviarme este promocional.

Edición reseñada: Álbum digital (Recibido Como Promocional)
Tracklist: 1- Tyrant // 2- Compactor // 3- Fragile Automata // 4- Incinerator // 5- The Day After // 6- Eastern Promises // 7- Spiritual Self-Surgery
Composiciones musicales que escucharás mil veces: Cada uno de estos temas. Magna Obra Musical dentro de la escena death metal

Dentro de la escena metal más innovadora, la banda musical estonia Thunraz está destacando especialmente dentro del estilo death metal con sus propuestas musicales experimentales que expanden fronteras conceptuales. Una pasión artística donde las llamas de la creatividad rompen barreras para ampliar límites sonoros y presentar nuevas estructuras musicales, dando forma a composiciones espectaculares en su definición instrumental, en su lírica existencialmente reveladora, y en su trasfondo inspirador. A finales del mes de noviembre del pasado año 2024, Thunraz presentó su nuevo álbum “Incineration Day” en una autoedición publicada en formato digital y en un impactante CD, ambos disponibles a través de su página oficial en Bandcamp. Engalanado con una portada espectacular creada por Madis Jalakas, como analista cultural creo que no podía haber elegido una portada mejor porque, visualmente, en esta imagen ha quedado muy bien definido el trasfondo latente en el nuevo álbum de Thunraz: la maldición divina que padecen las personas más brillantes y cultas en este mundo. Como si fuera una tragedia griega donde los dioses maldicen, atacan, y acaban con los seres humanos más extraordinarios, así de contundente y reflexiva se presentarán la esencia musical y el trasfondo del álbum “Incineration Day” a los melómanos lectores de Lux Atenea apasionadamente entregados a los frutos musicales más relevantes de la escena metal. Formado por Madis Jalakas (vocalista y guitarras) y Sean Rehmer (batería), en los siete temas que vertebran el álbum “Incineration Day” podrán disfrutar de este estilo experimental death metal absolutamente innovador que te sorprende y fascina por sus destellos musicales pioneros admirablemente interpretados. Unas composiciones marcadas por sus estructuras sonoras únicas, estableciéndose diferencias artísticas muy claras entre cada uno de los temas como principio creativo de composición, y donde la lírica fluye en perfecta armonía con la base instrumental para potenciar aún más la crudeza de su mensaje. Y es que todo en el álbum “Incineration Day” es espectacular, adquiriendo una sonoridad perfecta para poder sentir cada una de estas líricas en su dimensión musical más sobresaliente.

Iniciamos la audición de este grandioso álbum adentrándonos en la potente intensidad musical del primer tema “Tyrant”, demostrándonos Madis Jalakas ya de entrada con su voz que, en este álbum, no va a haber tregua alguna ni decoración moral alguna. Solamente la ácida y corrosiva verdad existente en este mundo al que algunos llaman vida, y al que tanto se aferran los más primarios en cuando a su plano existencial. Y es que la lírica de “Tyrant” es desoladora pero realista, quedando impecablemente definida a nivel instrumental mientras la batería dirigida inteligentemente por Sean Rehmer va marcando el peso de su trasfondo. Una densidad instrumental y una evolución melódica acompañando la salvaje voz de Madis Jalakas, y con su guitarra eléctrica serrando implacablemente cada arista de felicidad en este mundo. ¡¡¡“Tyrant”, brutal!!! A continuación, el tema “Compactor” proyectará un escenario humano desangelado que choca frontalmente con el mensaje de grandeza de la civilización, presentando la fragilidad y la esencia de maldad que define a lo humano mientras se creen dioses en un planeta cada vez más degradado. En este sentido, la lírica es afilada pero con fundamento en su trasfondo, tirando abajo el dorado tótem erigido por el ser humano a sí mismo. Con una estructura musical explosiva desde su inicio, en su evolución sonora destaca de manera especial estas oleadas instrumentales donde la guitarra eléctrica se libera de todas sus cadenas y limitaciones conceptuales para abrir estos espectros sonoros brillantes en su definición e interpretación. Con pasajes musicales experimentales que fascinarán a los melómanos lectores de Lux Atenea, el tema “Compactor” va conformando este eclecticismo en su estructura instrumental e, incluso, vocal, hasta quedar remarcada esta canción dentro del álbum de manera muy especial. Si tienen alguna duda, escúchenlo, disfrútenlo.

“Fragile Automata” es un tema que me ha fascinado por la belleza siniestra de su lírica, estableciendo esa unión entre la sangre y la vida, y entre su derramamiento en este mundo como sacrificio del extraordinario, de quienes destacan por encima del resto, porque el populacho quiere ver sufrir a los que vuelan más alto ya que ellos no tienen alas, y los que intentaron tenerlas cayeron inexorablemente a la tierra como Ícaro. A nivel musical, “Fragile Automata” es esplendorosamente obscuro, presentando en su inicio esta entrada instrumental donde la batería ya marca indeleblemente la base rítmica del tema, entrando guitarra y voz con la fuerza de la tormenta enviada por lo divino para arrasar con todo. De ahí su tempo más calmado que en los temas anteriores, recreando el firme impulso del Mal cuando desea destruir y acabar con aquello que lo supera, con aquello que le hace sentir inferior. Luego, el tema “Incinerator” traerá consigo estos vientos apocalípticos donde la muerte es tomada como liberación de este infierno terrenal. Un exterminio de la vida que es sentida como luz por quienes padecen, y que es temida por los adoradores del Mal porque se les acaba el tiempo de existencia sobre la faz de la tierra. Por este motivo, “Incinerator” es un tema que les pasará por encima con su rodillo mortal ya que la vida es aplastada debajo de forma inmisericorde. Un torbellino sonoro donde el death metal adquiere una brillantez interpretativa colosal gracias a sus destellos vocales e instrumentales de vanguardia, transformando lo experimental en una revitalización conceptual sublime. ¡¡¡“Incinerator”, demoledor!!!

La composición instrumental “The Day After” para guitarra será la antesala perfecta del tema “Eastern Promises”, perfilando melódicamente ese amanecer post-apocalíptico donde lo humano ha sido silenciado definitivamente, teniendo la atmósfera esa luz tan especial cuando ha sido limpiada a nivel energético. El tema “Eastern Promises” es la crónica de esta tierra convertida en infierno por el ser humano mientras cree que está construyendo el Paraíso. Un horizonte interminable de dolor y tragedia que ha de asumirse desde que abrimos los ojos, porque aquí no hay esperanza ni piedad, sólo una jungla salvaje donde sobrevive no el más válido e inteligente, sino el más bárbaro y cruel. Y los bárbaros y crueles tienen miedo a los cultos, a quienes tienen experiencia, a quienes poseen Sabiduría, porque a ellos no los puede engañar, dominar, o subyugar, y temen que puedan provocar que el resto de mortales despierten. “Eastern Promises” aparecerá con esta afilada entrada instrumental, entrando voz y batería con una ferocidad arrasadora, para luego mutar el plano vocal hacia valles sonoros más suavizados que, poco a poco, volverán a latir con violento impulso. En estos valles musicales, batería y guitarra van perfilando una base musical donde los matices vendrán dados por esta guitarra absolutamente libre en su evolución y transformación sonora. Con rugidos vocales casi ceremoniales, la ralentización del tempo de la composición nos llevará a un epílogo sonoro ideal para resaltar al tema “Spiritual Self-Surgery”, encargado de extender el telón de clausura de este álbum. Como un mantra, una sola frase sintetiza su mensaje lírico: “you don’t know where i’ve been”. De nuevo, con la batería marcando el comienzo de este tema, el de mayor duración de todo el álbum, su esencia musical adquiere una solemnidad ritual absolutamente sobrecogedora cuya tensión ambiental es mantenida por esta rugiente guitarra. Con la voz de Madis Jalakas desarrollando este colosal despliegue interpretativo, aquí lo autodestructivo terminará derivando en autoconocimiento a través del dolor como vía de desvelo de una realidad… absolutamente cruda. “Spiritual Self-Surgery” es ese desasosiego que destapa la realidad, y que evita el seductor hechizo de quienes tratan de manipular creando falsas expectativas materiales y/o espirituales en este mundo. Un caminar existencial propio del ermitaño que, en soledad, asume que ha de sufrir y padecer para poder encontrar esa luz llamada Verdad. “Incineration Day”, la deslumbrante creatividad musical de la banda musical estonia Thunraz dentro de la escena death metal, vuelve a traernos otra joya discográfica destinada a ser sentida en su más siniestro esplendor sonoro in aeternum. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.