Reseña Cultural: 2061 // Reseña Literaria: 542
Reseña actualizada. Publicada el 16 de junio del año 2010 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Publicado por: EDITORIAL ANAGRAMA / SALVAT EDITORES
ISBN: 84-345-6371-1
Edición: 2001 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 296

“Desde hacía algunos meses no recordaba ninguno de sus sueños.”
La verdad es que leer cualquier obra de Paul Auster es la garantía del inicio de momentos personales únicos donde la literatura centra nuestra mente para sumergirla en una estimulante concentración psicológica inigualable. Uno de los libros de Paul Auster donde los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán encontrar ese paraíso mental es “La Trilogía de Nueva York”, ya que este extraordinario volumen reúne sus obras “Ciudad de cristal”, “Fantasmas”, y “La habitación cerrada”. Un ambiente cosmopolita moderno cargado de emociones que a algunos lectores les pueden resultar muy cercano e identificable. Con párrafos inspirados en el espíritu literario con el cual Robert Walser nos deslumbró en este culto universo, al polifacético artista estadounidense Paul Auster también le encanta dejar escritas en sus obras esas frases que te obligan a parar la lectura para razonarlas, tras habernos quedado impactados con el primer destello de su profundo mensaje. Palabras y expresiones con un significado realista actual, y que potencian su influencia en nuestro cerebro porque nos identificamos con ello, porque sentimos que eso es así al vivir como vivimos al alocado ritmo marcado por la gran ciudad. Por este motivo, y por la sensación de profundidad psicológica desplegada en los razonamientos de sus personajes, libros como el presente son los que nos hacen seguir pensando que la literatura de calidad sigue latiendo con fuerza en esta sociedad posindustrial tan deshumanizada.

“La soledad se convirtió en un pasadizo hacia el yo, un instrumento para el descubrimiento.”
En su obra “Ciudad de cristal”, la urbe se termina mostrando inabarcable para la mente a través de barrios convertidos en tierra extraña, y hasta las mismas calles terminan pareciendo caminos desconocidos que configuran el paisaje urbano, provocando desapego y sensación de vacío. “Ciudad de cristal” es una mirada a esa jungla urbana que cobra vida en el interior del ciudadano a través del rechazo visceral absoluto y de la atracción emocional más fuerte. En cambio, su obra “Fantasmas” es más introspectiva, más sagaz y pulsante mientras la mirada al exterior se vuelve aún más profunda y afilada. “Fantasmas” es muy oscuro al juzgarlo absolutamente todo, y toma hasta al silencio como una elección, como una actitud, como una opción siempre rechazable debido a la indefinición que lo caracteriza. Un silencio que ataca de lleno a la base del pragmatismo más vitalista. Cerrando esta trilogía se encuentra su obra “La habitación cerrada”, y esta atmósfera de resignación ante los inesperados giros que el destino da a cada persona. Los cultos lectores de Lux Atenea disfrutarán leyendo “La habitación cerrada” porque es la búsqueda del sentido de la vida, del sentido de unos actos y de unos hechos que chocan frontalmente con la visión existencial del mundo más dada a la trascendencia del individuo. Una búsqueda de las bondades humanas mientras la muerte ya nos está empezando a reclamar, y un intento de humanizar el orden universal para tratar de convertir la existencia de la especie humana en algo extraordinario, pero sin tomar en cuenta que cien mil años en el universo es solamente un pestañeo en el tiempo. “La Trilogía de Nueva York”, grandiosa obra literaria transformada en un intenso estímulo para la imaginación del lector guiado por Paul Auster en su esencia vital. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“No puedes odiar algo tan violentamente a menos que una parte de ti lo ame también.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.


