“PARZIVAL”, WOLFRAM von ESCHENBACH (Reseña #1904).

Reseña Cultural: 1904 // Reseña Literaria: 412
Reseña actualizada. Publicada el 17 de febrero del año 2007 en Lux Atenea.

Publicado por : EDICIONES SIRUELA
ISBN : 84-7844-446-7
Edición : 1999 (EDICIÓN COMPRADA)

PARZIVAL WOLFRAM von ESCHENBACH SIRUELA

“Los ojos del héroe reprodujeron lo que tenía delante: dos gotas en las mejillas y la tercera en la barbilla de la amada. Sentía por ella verdadero amor, sin engaños. Se sumió en sus pensamientos hasta olvidarse de lo que tenía alrededor. El poderoso amor lo tenía cautivado. Esta nostalgia se debía a su mujer. Los colores se parecían mucho a la reina de Pelrapaire, que le había robado el sentido. Se mantenía en el caballo como si estuviera dormido.”

Adentrémonos en este idílico mundo medieval como un paréntesis de ensueños caballerescos insertado en nuestro acelerado presente tecnológico. Además, toda alma gótica encuentra en los relatos medievales esa esencia, ese algo inefable y muy especial que lo hechiza y atrapa como la luz intensa atrayendo a los insectos voladores de la noche. Existen algunos libros medievales con esa magia literaria en su interior, pero si elevamos el nivel cualitativo y empezamos a quedarnos sólo con la crema de la nata artística, o sea, si lo que buscamos es ser absorbidos por el influjo literario de lo más selecto, “Parzival” se convierte en una sublime lectura. El libro supremo de la cultura medieval alemana, o germánica para ser más precisos, y justo al lado del “Cantar de los Nibelungos”. Leyendo “Parzival” sientes el mismo magnetismo y atracción de un discípulo profano abriendo los libros secretos de su ilustre maestro, y esta reacción espero que también lo puedan experimentar los bibliófilos lectores de Lux Atenea con un ejemplar de esta obra en sus manos. ¿Qué tiene “Parzival” para ser considerado como la obra maestra de la literatura germánica? “Parzival” es la continuación de la historia no acabada escrita por el poeta francés Chrétien de Troyes a finales del siglo XII en torno a la Tabla Redonda del Rey Arturo, y a lo que a nivel simbólico y místico tiene importancia dentro del mito del Grial en la Historia de la Cultura Europea. El poeta alemán Wolfram von Eschenbach (1170-1220) escribe, o mejor dicho, relata la prolongación de aquella historia artúrica basándose en el uso del simbolismo y de la metáfora como eje de comprensión de sus inquietudes y sueños. Un universo de dificultades superadas con el arrojo, la valentía, el honor, la fidelidad, y la sinceridad del caballero en su presente y sobre la tierra que pisa. La tierra, ese lugar donde el individuo se desarrolla con un débil cuerpo y una mente influenciable. Para aquellos bibliófilos lectores de Lux Atenea amantes de los placeres artísticos para sibaritas, les recomiendo la lectura de este libro teniendo como música de fondo los cantos medievales que atesora el CD “Frauenlob: Heinrich von Meissen. Sequentia” del sello discográfico Deutsche Harmonia Mundi. Voces sacras dando la ambientación sonora ideal para entrar en estos mundos literarios medievales, disfrutando además de una copa de rúbeo vino mientras se sumergen en la lectura de estas páginas donde emana el espíritu caballeresco. El placer literario siempre agrada, pero si viene acompañado con la armónica sintonía de varios sentidos de nuestro cuerpo, este placer se convierte en un momento muy especial que quedará grabado indeleblemente en su memoria.

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Parzival : En busca del Santo Grial.
Parzival es el hijo de Gahmuret y Herzeloyde. Su padre Gahmuret fue un valeroso caballero cuyo camino de victoria sólo fue truncada por la muerte, al perecer en combate por ser fiel a sus principios: teniéndolo todo muere por ser leal a la llamada de la amistad. Cualquier otro caballero perfectamente podía haber rechazado esa llamada, escudándose en las obligaciones y deberes de su condición en su nuevo reino, además de hacedor de las ilusiones de su amada para llevarlas a la realidad. Gahmuret sabía que su deber se encontraba por encima del sentido individual de la existencia, y esa acción aparentemente lógica y justificable quedará en entredicho con el futuro aislamiento existencial que marcará la vida de su esposa convertida en viuda tras la trágica pérdida. Un aislamiento existencial que la llevará a abandonarse en su hogar (o más bien celda) construido en medio de la naturaleza. Un lugar donde espera poder criar al hijo de su difunto amado, Parzival, muy lejos de aquellas ideas caballerescas cuya perniciosa influencia condujeron a su esposo a caer en manos de la Dama Muerte. Pero resulta imposible ocultar o anular la existencia de las inquietudes propias del ser humano. Por este motivo, ante el primer guiño del espíritu caballeresco que Parzival recibe, cae rendido por sus idílicos sueños de gloria, de honor, de respeto, y sin tomar consciencia de las consecuencias que desencadenará su elección personal, al igual que hizo su padre. Parzival se embarcará en la nave capitana del orgullo y del sentir del caballero en busca del paraíso de la condición humana sobre la tierra. Parzival buscará el sentido de su existencia, y tratará de encontrar el equilibrio entre sus ambiciones como ser y el afán de conocimiento que impulsa a su animosa alma. Confianza, inocencia, y lealtad extrema serán las tres cualidades que marcarán el resto de su vida, configurando el salvoconducto personal que le permitirá entrar en el castillo del Rey Anfortas, lugar donde se encuentra el ansiado y esquivo Grial. Pero su lealtad a la benevolencia, fruto de las palabras inculcadas por su bondadosa madre, no le llevarán al esperado destino. Pese a que esa moral y esa ética tuvieron como único fin el poder guiarlo y orientarlo en su búsqueda de la felicidad, pronto se convertirán en un ardid que, como por arte de magia, le harán perderlo todo. En un instante se desvanecerán sus posibilidades para obtener el Grial, su ilusión para formar parte de la Tabla Redonda del Rey Arturo, y lo que más daño le provocará en el futuro: el haber sido injusto, vanidoso, y arrogante de forma inconsciente con ilustres caballeros y damas. A partir de ese instante, su vida estará plenamente dedicada a la obtención del sagrado Grial. ¿En esta historia Parzival consigue el anhelado Grial? La respuesta a esta pregunta queda en manos de su voluntad de lectura de esta joya literaria.

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Desde sus primeras páginas, el bibliófilo lector de Lux Atenea se dará cuenta que “Parzival” no es sólo una historia caballeresca. Según vaya leyendo este libro, va a ir tomando consciencia del hecho diferenciador que lo separa de esa visión literaria preestablecida comúnmente por el público en relación con estas obras medievales. Por ejemplo, en “Parzival” encontramos raíces culturales de origen pagano como la mutilación genital que sufre el Rey Anfortas, y que nos lleva inmediatamente a hacer un símil con los ritos ancestrales de culto a la diosa Cibeles, y a los sangrientos actos realizados por los castrados discípulos de Atis. Un contraste entre el cristianismo y paganismo, cara y cruz de una misma moneda perfectamente reflejada en esta obra. Y qué puede uno pensar al leer el episodio donde Parzival, observando tres gotas de sangre sobre la nieve, ve claramente el rostro de su amada. Gotas de sangre como mensajeras simbólicas del Amor, y que a Parzival le sumergirán en el océano de la Melancolía al tomar consciencia del profundo vacío existencial en el que vive. La firme e irremediable ausencia de su amor se convierte, de repente, en una pesada losa que lo aplasta implacablemente en este mundo. Parzival es un héroe pero, por encima de todo, es un ser humano con sus debilidades. También el esoterismo, la magia, y la presencia de lo divino vertebran un eje cuya esencia literaria hace aún más interesante la lectura de esta obra. Es muy curioso comprobar cómo un libro publicado en el año 1220 en Europa, llega a exponer cuestiones místicas tan delicadas como la duda de la existencia de un Dios Todopoderoso y benefactor (como el Dios del culto cristiano); sorprende el desvelo de la unión existente entre la conmoción física y el florecimiento del conocimiento de las Artes mal llamadas Mágicas; o cómo a través del estudio de los planetas que forman nuestro sistema solar se trata de encontrar una relación con los sucesos que acontecen en la Tierra o, más concretamente, cómo es su influencia en la vida de los seres que la pueblan. Para finalizar lo que sería una larga lista de cuestiones vitales y existenciales del ser humano que aparecen durante la lectura y análisis de este libro, quedarán muy sorprendidos con la demostración de la existencia de un ser superior que interfiere en nuestras vidas desde que nacemos.

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Algunos expertos en temas medievales, amantes también de los substratos gnósticos del ser humano a lo largo de la historia, ven en la obra “Parzival” un camino de iniciación mística, filosófica, y esotérica. Este trasfondo del libro es lo suficientemente sutil y esquivo como para no poderlo tratar con rotundidad en una reseña de estas características, y creo que esa perspectiva del libro no es del todo equivocada. Su demostración me obligaría a extenderme en esta reseña mucho más de lo deseable en su definición más precisa, por lo que casi convertiría a esta reseña en un pequeño ensayo. Lo que si es indudable es que “Parzival” marcará profundamente a cada uno de nuestros lectores que decida bañarse en estas aguas medievales, aguas artísticas por las cuales parece no pasar el tiempo del olvido. Como punto y final, quisiera resaltar el grandioso contraste que impregna toda esta obra. La controversia es casi constante a lo largo de esta historia, encontrándonos con párrafos explícitos y claros en los cuales se abordan todo tipo de valores y de creencias muy alejadas de la férrea disciplina religiosa cristiana dominante en aquella época, llevando al lector a pensar en lo difícil que le debió resultar al poeta alemán Wolfram von Eschenbach el poder crear y publicar esta obra. La suerte y el triunfo artístico parecen haberle sonreído a lo largo de los siglos y, por ahora (y esperemos que para siempre), han permitido que esta joya literaria haya sobrevivido a los diferentes azotes anticulturales sufridos en Europa desde entonces. Esperemos que esta suerte nunca cambie para el enriquecimiento cultural y personal de las futuras generaciones. “Parzival”, auténtica delicatessen literaria del Medievo. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

PARZIVAL WOLFRAM von ESCHENBACH

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.