Reseña Cultural nº: 1736 // Reseña Media nº: 89
Reseña actualizada. Publicada el 25 de junio del año 2012 en Lux Atenea conmemorando el 10º aniversario del estreno de la mítica película “CAMINO A LA PERDICIÓN” (2002).
Director: SAM MENDES
Guión: DAVID SELF
Actores principales: TOM HANKS (Michael Sullivan), PAUL NEWMAN (John Rooney), JUDE LAW (Harlen Maguire), JENNIFER JASON LEIGH (Annie Sullivan), STANLEY TUCCI (Frank Nitti), DANIEL CRAIG (Connor Rooney), CIARÁN HINDS (Finn McGovern)
País: EE.UU Año: 2002 Productora: DREAMWORKS PICTURES / 20th CENTURY FOX
Duración aprox.: 112 minutos
Publicado en España por: 20th CENTURY FOX HOME ENTERTAINMENT ESPAÑA, S.A.
Año: 2003 Formato: DVD (EDICIÓN COMPRADA)
EXTRAS: Comentarios del director // Cómo se hizo // Escenas inéditas // Spot de la banda sonora // Selección de imágenes // Biografías del reparto y equipo de producción // Notas de producción
Galardonada en el año 2002 con el Oscar a la Mejor Fotografía, la película “Camino a la Perdición” celebra su décimo aniversario este año 2012 sin haber perdido un ápice de su espectacularidad cinematográfica. Con una intrigante trama basada en el cómic “Road to Perdition” creado por Max Allan Collins y Richard Piers Rayner, “Camino a la Perdición” lo tiene todo como legendaria película de gángsters ambientada en la década de los treinta. Con la Ley Seca en vigor como revulsivo económico principal en el crimen organizado para alcanzar la riqueza, y con la lucha entre clanes por el control del lucrativo contrabando de alcohol, uno de sus grandes generadores de beneficio, algo tienen de especial estos largometrajes tan bien rodados sobre el mundo de la Mafia que inmediatamente se transforman en películas míticas en cuanto son presentadas ante el gran público. Vidas al límite donde la abundancia material y el disfrute de todo tipo de placeres que se puedan comprar con dinero, se le une ese estado de libertad individual donde el gángster está situado al margen de la ley, siendo su única ley el poderoso y sangriento uso de las armas sin muestra de piedad alguna. Todo ello crea cierta empatía en el espectador con sus protagonistas principales, a pesar de sus tenebrosas formas de ganar dinero y del temor constante a poder perder la vida en cualquier momento, convirtiéndose en el vínculo emocional más directo que se establece entre estos antihéroes y el espectador, Una intensidad emocional aún más extrema e impetuosa en películas como “Camino a la Perdición”. Los cinéfilos lectores de Lux Atenea quedarán cautivados al ser mostrado con todo lujo de detalles en esta magna obra, a través de impresionantes secuencias con iluminación artificial en recintos cerrados y preciosas tomas realizadas en exteriores, disfrutándolas con la mirada atenta a tanta belleza artística reflejada en imágenes.
La trama de “Camino a la Perdición” está basada en la historia contada por el hijo de Michael Sullivan sobre los acontecimientos que sucedieron en el invierno de 1931. Situados en Rock Island, territorio dominado y controlado por la mafia irlandesa, Michael Sullivan (Tom Hanks) es un asesino a sueldo con una familia que mantener (mujer y dos hijos) y tiene como jefe a John Rooney (Paul Newman), el cual le va ordenando los trabajos que ha de ejecutar. En una noche lluviosa, John Rooney le ordena que acompañe a su hijo Coonor Rooney (Daniel Craig) a resolver un asunto, pero Coonor Rooney es una persona sin autocontrol, impulsivo, con su suspicacia permanentemente en alerta, y de retorcida capacidad de análisis, y estos graves defectos en su personalidad le llevan a cometer un asesinato. El problema vendrá cuando Michael Sullivan descubra que uno de sus hijos lo ha visto todo, tras haberles acompañado escondido en los asientos traseros del coche. A partir de ese momento, la omertá no será la garantía que salvaguarde sus vidas, y todo se irá complicando poco a poco mientras observamos cómo la atmósfera de familiaridad, de confianza, y de respeto entre Michael Sullivan y John Rooney se va deteriorando tras ese trágico incidente, llevando el drama y el dolor consigo como consecuencia inmediata para su familia. Una siniestra causa-efecto donde el poder, el dinero, y el silencio suelen entremezclarse en complicados nudos de difícil desenredo salvo a través del asesinato, y que tendrá como colofón y punto de ruptura definitivo, la impresionante escena de Michael Sullivan en su charla con el dueño del local y la acción inmisericorde que sucede a continuación en su hogar. Tras estos duros acontecimientos en su vida, Michael Sullivan decide tomar cartas en el asunto y tomarse la justicia por su mano, y en una huida desesperada donde la protección de su único hijo será lo que le mueva, toma las medidas que cree necesarias para garantizar su supervivencia por duras y radicales que estas sean. Michael Sullivan trata de recurrir a otros jefes de la mafia buscando protección, dando entrada a los hombres de Al Capone en este asunto para complicar aún más esta interesante trama. Ver cómo John Rooney va adelantándose a los movimientos de Michael Sullivan, y cómo éste último concibe una inteligente estrategia para lograr alcanzar su complicado objetivo, se convierte en uno de los pilares principales de esta intensa trama junto a la relación padre-hijo que se establece a partir de entonces. Un factor esencial en la vertebración y evolución de esta historia.
En “Camino a la Perdición”, el plantel de actores es sencillamente espectacular con la participación de grandes estrellas dentro de la Historia del Cine como Paul Newman, Tom Hanks, Jude Law, Daniel Craig… o actores de auténtico lujo como Stanley Tucci, cuyo talento interpretativo vuelve a brillar en una película sobre la Mafia de esta categoría. Actores que han convertido este largometraje en referencia indiscutible dentro de este género cinematográfico. Además, su magnífica banda sonora compuesta por Thomas Newman, consigue que nos identifiquemos mental y emocionalmente con cada una de estas espectaculares escenas rodadas por todo un maestro como Sam Mendes, director de “American Beauty”. Un virtuoso creador de brillantes escenas cuyas imágenes se quedarán grabadas en la mente de los cinéfilos lectores de Lux Atenea. Y es que “Camino a la Perdición” tiene la grandeza artística de haber convertido el cine negro rodado a principios del siglo XXI en puro arte en la gran pantalla, siendo la magia en la dirección de Sam Mendes, el factor clave de este realismo audiovisual ambientado en la Gran Depresión y con una intensidad dramática constante a lo largo de toda la película hasta el último segundo. La detallada recreación de aquella época, el cuidado en el vestuario, y el realismo absoluto en estas escenas, dan credibilidad absoluta a este largometraje donde los gestos y las miradas lo dicen todo. Es increíble esta ambientación de un funeral irlandés, completamente opuesto al típico velatorio propio de la cultura mediterránea, y en relación al arte interpretativo quedan resaltados los gestos y todo el lenguaje no verbal unido a las emociones que transmiten cada uno de estos actores en sus personajes, incluso, hasta en la aparente familiaridad de John Connor (Paul Newman) con Michael Sullivan (Tom Hanks), en contraste con la permanente e imperturbable seriedad en su rostro. No hay nada mejor que reflejar emociones en una película con gestos y miradas para crear sentimientos en el espectador y, en este sentido, “Camino a la Perdición” une fuertemente ese vínculo emocional.
Como analista cultural, quisiera destacar la impresionante interpretación realizada por el actor estadounidense Stanley Tucci en el magnífico papel de Frank Nitti. Su postura firme, sus modos elegantes, y su lógica pragmática en defensa de sus intereses y de sus negocios dan la imagen perfecta del jefe de la mafia impoluto que, situado más allá del Bien y del Mal, lleva a cabo sus acciones siempre tras haber analizado con detenimiento y profundidad si esos actos le traerán algún beneficio. En definitiva, un papel perfecto para este actor de auténtico lujo en una película de cine negro. Otro de los actores que le sorprenderá por sus extraordinarias aptitudes interpretativas es Jude Law en el papel de Harlen Maguire, frío y calculador asesino a sueldo con cualidades psicológicas dignas de un implacable ejecutor. Su interpretación es sencillamente magistral, y con interpretaciones de este nivel, seguiré insistiendo que Jude Law es uno de los actores más infravalorados por la industria cinematográfica de Hollywood en vista a su magnífica calidad como actor, y a su hipnótico magnetismo cada vez que hace acto de presencia en una escena. Observar cómo Harlen Maguire va siguiendo incansablemente a Michael Sullivan como un sabueso tras su presa, vaya a donde vaya, haga lo que haga, y sin que nunca sea capaz de percibir su presencia, salvo cuando la suerte está echada, ofrece al espectador uno de esos personajes que dejan huella debido a sus razonamientos más propios de un psicópata, y que Jude Law los convierte en perfectamente creíbles ante nuestra atenta mirada. Una pena que solamente en películas de este nivel se haya podido sacar partido a todas sus dotes interpretativas más que sobresalientes.
En esta película, los cinéfilos lectores de Lux Atenea podrán disfrutar de escenas tan espectaculares como el asesinato en la habitación del hotel y esa puerta con espejo en el baño reflejando el sangriento escenario mientras se va cerrando, la secuencia de la salida de Michael Sullivan del banco y la lenta llegada del coche conducido por su hijo, en la macabra escena del velatorio donde Michael Sullivan y su hijo se encuentran ante el féretro mientras el hielo para conservar el cadáver va derritiéndose poco a poco, cuando aconseja a su hijo a qué religiosos puede comentarles lo sucedido y a cuáles no, en la extraordinaria y tensa escena del restaurante de carretera, la preciosa secuencia donde Michael Sullivan y John Rooney tocan el piano juntos bajo la atenta la mirada de Connor Rooney, o en la sorprendente escena donde Jude Law va a una casa como reportero freelance para fotografiar el asesinato que allí ha ocurrido. En “Camino a la Perdición”, la tensión y la intriga son siempre constantes como en la afilada escena de la reunión de John Rooney donde deja en ridículo a su hijo delante de todos los jefes, en la magnífica secuencia de la suite del hotel donde se enfrentan Michael Sullivan y Harlen Maguire, cuando el coche de Michael Sullivan va recorriendo las carreteras tratando de alejarse del área de influencia de Connor Rooney, en la idílica escena de la playa con Michael Sullivan, su hijo, y el perro, pero, sobre todo, quedarán sumamente impactados cuando vean la escena de John Rooney y sus guardaespaldas acompañándole a su coche en esa noche fría y lluviosa. En definitiva, arte cinematográfico de alto nivel cuya visualización repetirán a lo largo de los años y de las décadas. “Camino a la Perdición”, el cine negro más excelso haciendo aún más grande al Séptimo Arte en este siglo XXI. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.