Reseña Cultural nº: 1711 // Reseña Media nº: 64
Reseña actualizada. Publicada el 30 de marzo del año 2013 en Lux Atenea.
Director: GEOFFREY SAX
Guión: NIAL JOHNSON
Actores principales: Michael Keaton (Jonathan Rivers), Deborah Kara Unger (Sarah Tate), Chandra West (Anna Rivers), Ian McNeice (Raymond Price), Sarah Strange (Jane), Nicholas Elia (Mike Rivers), Mike Dopud (detective Smits)
País: CANADÁ – REINO UNIDO Año: 2005 Productora: UNIVERSAL PICTURES / GOLD CIRCLE FILMS / WHITE NOISE UK / BRIGHTLIGHT PICTURES / ENDGAME ENTERTAINMENT Duración aprox.: 101 minutos
Publicado en España por: DEAPLANETA Año: 2005
Formato: DVD (EDICIÓN COMPRADA)
DVD: Película “White Noise: Más Allá”
EXTRAS: Ficha técnica // Ficha Artística // Ficha del Doblaje // Trailer // Filmografía
A pesar de que haya habido críticos cinematográficos que hayan considerado a “White Noise: Más Allá” como cine de terror, personalmente creo que no es una película que cause miedo o que tenga escenas que puedan provocar sustos en el espectador, salvo en aquellas personas que el mero hecho de hablar de psicofonías ya les suponga un estado de inquietud mental o de miedo en sí. Como analista cultural, a “White Noise: Más Allá” preferiría etiquetarla como una película de misterio e intriga con un nivel equilibrado de suspense, y que resultará muy interesante a los cinéfilos lectores de Lux Atenea que aún no conozcan este largometraje al tener como eje temático a los extraños fenómenos de voz electrónica (EVP, Electronic Voice Phenomenon) o psicofonías, los cuales se ha comprobado científicamente que a través del ruido blanco (white noise) se facilita su grabación con una mayor definición e intensidad. Es como si el ruido blanco se convirtiera en la vía más adecuada para que se establezca esta inquietante comunicación. En esta reseña no voy a entrar en el tema que si son originados por las almas de los muertos (temática principal de esta película), por emisiones inconscientes del propio cerebro, o que provienen de seres de otras dimensiones o universos paralelos. Lo que si es descartable es la posibilidad de que sean registros del pasado, o interferencias radioeléctricas, o su inaceptable e ilógico origen en seres de otro planeta, ya que se ha demostrado que hay una interactuación inteligente con esas voces. Además es muy interesante comprobar cómo este director ha sabido transmitir la inmersión un tanto obsesiva en la cual entran muchas de las personas amateur e investigadores que se adentran en este misterioso mundo paranormal según van descubriendo nuevas revelaciones a través de sus grabaciones, siendo un ejemplo claro de esa perturbadora e inquietante dinámica los personajes de Raymond Price y Jonathan Rivers viviendo completamente al margen de la vida social y cotidiana. Todo ello unido a sus particulares interpretaciones de esas experiencias paranormales, propias de quien enlaza hechos y actos sin tener un conocimiento profundo sobre el tema, se convierten en todo un acierto cuando se trata de dar mayor credibilidad cinematográfica a esta historia de ficción.
Estrenada oficialmente en los cines en el año 2005 como un thriller de trasfondo sobrenatural, “White Noise: Más Allá” es una película magníficamente rodada por el director británico Geoffrey Sax, y con este inconfundible estilo estadounidense a la hora de desarrollar una trama a través de imágenes con un realismo y una calidad que atrae irremediablemente nuestra atenta mirada a la pantalla. Unido a esta excelente banda sonora con música compuesta por Claude Foisy, “White Noise: Más Allá” es una película que te entretiene y te engancha hasta el final, y el cine, por encima de todo, es entretenimiento y placer a la hora de ver un buen largometraje. Una misteriosa historia donde la admirable interpretación realizada por estos actores en sus respectivos personajes, ofrece ese realismo y esa credibilidad tan esenciales cuando se aborda el rodaje de una película con esta difícil temática, y desde un punto de vista tan serio como en el caso de Michael Keaton en el papel del arquitecto Jonathan Rivers, personaje marcado por la Razón y la lógica científica. Destaca también la actriz Deborah Kara en el papel de Sarah Tate, la introvertida colaboradora de Raymond Price que ha acudido a él en busca de respuestas tras la muerte de su novio, o la extraordinaria labor de interpretación realizada por el actor Ian McNeice en el difícil papel del investigador Raymond Price, un personaje que transmite absoluta credibilidad a pesar de su dedicación y de sus estudios un tanto controvertidos.
Iniciamos esta interesante entrada en la película leyendo las palabras del genial inventor estadounidense Thomas Edison que, en el año 1928, ya daba su opinión sobre temas relacionados con el misterio y lo sobrenatural debido a las inquietudes y ansias de conocimiento que esos asuntos despertaban en su mente, y cuyas investigaciones en este campo no voy a describir en esta reseña, invitándoles a su búsqueda y estudio. Dentro del inexplicable mundo de los fenómenos paranormales relacionados con las psicofonías, el director de esta película ya nos informa sobre la orientación que este largometraje va a tomar en relación a la comunicación con las personas ya fallecidas a través de este método. La historia comienza con una luminosa y soleada mañana en el hogar de un reconocido arquitecto llamado Jonathan Rivers (Michael Keaton), el cual recibe la alegre noticia de su mujer, la escritora Anna Rivers (actriz Chandra West), de que está embarazada. Nunca más volverá a verla con vida, conociendo su desaparición a través de los medios de información tras una larga espera en su casa. Pero las autoridades solamente han encontrado el coche y no su cuerpo, por lo que se especula con un posible secuestro. A partir de aquí, todo se complicará en esta trama con la entrada en escena de Raymond Price (actor Ian McNeice), investigador de fenómenos paranormales, cuando le comenta que ha recibido mensajes de su mujer desde el más allá, pero Jonathan Rivers se niega a aceptarlo porque ello supondría que su mujer está muerta, acabando con su última esperanza de verla con vida. Poco tiempo después, las autoridades le informan que han encontrado su cadáver, cambiando totalmente su opinión e interés hacia todo aquello que Raymond Price trataba de decirle. El suspense en esta intrigante trama aparecerá cuando las autoridades cierren el caso dando una explicación puramente accidental a su muerte, él reciba una misteriosa llamada de su mujer al móvil, y a través de las psicofonías se revele que su muerte oculta un misterio, motivo por el cual Jonathan Rivers pasará de una actitud absolutamente escéptica en todo lo relativo al mundo de las psicofonías, a otra mucho más activa que le llevará a involucrarse de lleno ante las progresivas revelaciones donde se señala a un psicópata asesino.
Como analista cultural, quisiera destacar la impecable e inteligente labor desarrollada por el director de esta película desde sus primeras secuencias, ya que Geoffrey Sax va preparando muy sutilmente a la mente del espectador a través de la audición de ruidos y canales desintonizados cuando Jonathan Rivers espera a su mujer y tiene problemas al seleccionar una emisora de radio. Una acción que centra la atención en este radiocassette portátil que va a tener un especial protagonismo en el largometraje, sobre todo, tras activarse solo el equipo incomprensiblemente. Además es muy curioso el detalle del título del nuevo libro de su mujer, “The Eternal Wait” (la eterna espera), con un mensaje claro y directo cuando Jonathan Rivers ve la portada mientras espera su llegada. Otras misteriosas secuencias llegarán cuando él recibe una llamada de su mujer en su móvil mientras tiene en sus manos el móvil de ella apagado, cuando en una llamada al teléfono fijo queda grabada la voz de su mujer en el contestador, con la contemplación de las impactantes escenas que Jonathan Rivers va a ir viendo en las pantallas de televisión, en la maléfica presencia de tres siniestras sombras, en la funesta escena en la cual Sarah Tate se ve a sí misma en esas imágenes, o en la fantasmagórica escena del edificio cuando Jonathan Rivers ve a su mujer y… Otras simbólicas imágenes que también resaltan en este largometraje son la visión de Raymond Price y su pragmático coche que refleja una personalidad firme y segura, sorprende comprobar la falta de intimidad que tiene la nueva casa de Jonathan Rivers al no tener cortinas y quedar siempre expuesto a la mirada de la gente desde el exterior (como si se mandara un metafórico mensaje al espectador de que no tiene nada que ocultar), en la presencia del agua circulando y cayendo bajo su nuevo hogar, y que se repite también en el edificio del muelle con el trasfondo esotérico que ello conlleva en cuanto a la actividad paranormal, o en la obscuridad predominante en las escenas donde aparece Raymond Price en su sobrecargado despacho, y que aumenta la atención y la concentración del espectador en lo que está ocurriendo allí. “White Noise: Más Allá”, intrigante película cuya trama está basada en los fenómenos paranormales relacionados con las psicofonías. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.