WILLIAM SHAKESPEARE “MACBETH” (Reseña #2156).

WILLIAM SHAKESPEARE, OBRAS COMPLETAS XI.

Reseña Cultural: 2156 // Reseña Literaria: 630
Reseña actualizada. Publicada el 5 de septiembre del año 2008 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: RBA
ISBN: 84-473-2930-5
Edición: 2003 (EDICIÓN COMPRADA)

“Sólo tiene vida en mí lo que aun no existe.”

Cercana a la frontera conceptual de la novela negra, “Macbeth” es una extraordinaria obra trágica escrita por el ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616), tras haberse inspirado en la historia de Macbeth incluida en las crónicas de Holinshed publicada en el año 1587. Pese a que William Shakespeare situó la acción de esta dramática historia en Escocia, no se corresponde en absoluto con las tierras escocesas que todos conocemos. Un detalle muy importante que debemos tener muy en cuenta durante toda su lectura. En el año 1606, William Shakespeare escribió “Macbeth” como historia a representar en el teatro en presencia de su alteza Jacobo I, y siendo cortesía especial ante el rey de Dinamarca Christian IV, ilustre invitado de la Casa Real inglesa. Como analista cultural, una de las cualidades literarias que más me gusta de su mítica obra “Macbeth” es que se presenta como una trama en la cual William Shakespeare no busca solamente la justicia como eje principal de la obra, sino que también ve imprescindible provocar en el criminal ese cargo de conciencia necesario para dar más fuerza aún a la justicia que se ha de llevar a cabo. Además, hablando desde el punto de vista psicológico, “Macbeth” es una de sus obras más completas y complejas, e ineludiblemente terminará implicando al bibliófilo lector de Lux Atenea en una serie de cuestiones éticas y morales sumamente delicadas. Explotando con maestría este trasfondo literario, Willliam Shakespeare complicará un poco más el posible establecimiento de una línea entre lo correcto y lo incorrecto en este relato, moviendo todos los engranajes de la obra para que “el crimen pueda consumar lo que ha empezado el crimen”. Una expresión más suave a la hora de decir que “quién a hierro mata, a hierro muere” porque, en “Macbeth”, el poder del Mal llega a ser tan avasallador que el Bien y la bondad no son suficientes para apartarle de sus dominios. Aquí, el Bien queda simplemente como una idea deseable para poder corregir el rumbo tomado por el tirano en su mandato, pero William Shakespeare deja muy claro que es un pensamiento irrealizable a todas luces.

“Estoy en un mundo donde a veces se tiene por locura hacer el bien, y se tributan elogios a la maldad.”

Adentrándonos en esta apasionante obra, la victoria de Macbeth y Banquo sobre el rey Suenon de Noruega le sale muy cara al rey Duncan. Una deuda que pagará con su sangre. Tras esta victoria, el rey Duncan cometerá un grave error al nombrar a su hijo Malcolm como heredero al trono, sorprendiendo al culto lector de Lux Atenea por la inocencia, irresponsabilidad, e inmadurez que envuelve a este acto, siendo algo impropio en una persona de su posición frente a esa situación. La consecuencia de tales actos no se hará esperar, y será el origen de un horrible periodo marcado por asesinatos y muertes que dejarán huella en el futuro gobierno de Escocia. El rey será asesinado. Banquo encubrirá el crimen cometido por Macbeth pero, al conocer lo que nadie debe conocer, también quedará marcado su destino con el sello de la tragedia por orden del nuevo rey. Más aún, tras conocer Macbeth el augurio comentado por las brujas sobre el futuro de Banquo. Macbeth lucha contra su conciencia, pero le puede más su ambición y sus ansias de poder, por lo que no dudará un instante en hacer uso del asesinato no sólo para conseguir el poder supremo, sino también para que permanezca en sus manos. Personificando a la maldad, ejecutará sus acciones de manera precisa, instantánea, y fulminante sin que le tiemble el pulso, pero, curiosamente, Macbeth es una persona que tiene autocrítica, que se juzga a sí mismo con absoluta rigidez, y teme mucho más la mala opinión que él pueda llegar a tener de sí mismo, que la horrible visión que de él tengan el resto de las personas. Por este motivo, el peor enemigo de Macbeth se llamará Macbeth.

“Aquí las sonrisas son puñales.”

Macbeth es ambicioso y se muestra implacable con quienes se oponen a sus designios. Macbeth no teme a Dios, sino que se teme a sí mismo, y este elemento crucial de su personalidad provocará que se corrompa y aniquile desde dentro de sí mismo. Macbeth se ve como líder indiscutible de la comunidad pero, con el talón de Aquiles de su inestable personalidad, desconfía porque no se ni fiaría de sí mismo. Con esa rabia y ese fuego interior imposible de apagar, se comportará con el resto de las personas que le rodean de forma despótica hasta la saciedad y sin ningún tipo de límite, atrapando a sus súbditos en una tela de araña de corrupción y falta de ética que los llevará a vivir en la absoluta desconfianza entre ellos. En esta delicada situación, cada uno de sus vasallos terminará encerrándose en una individualidad forzosa porque, al encontrarse totalmente condicionados por el abusivo modo de gobernar del rey, sus inseguridades dan forma y solidez a su propia cárcel psicológica dentro de la prisión de sus pensamientos. Y si hablamos de Lady Macbeth, su esposa, sabe muy bien cómo manipular a Macbeth para conseguir que haga lo que ella desea pero, una vez Macbeth ha alcanzado el poder y es nombrado rey, pierde toda su influencia y su control sobre los hilos que permitían manejar a Macbeth según su antojo y criterio. Pese a que Lady Macbeth es cómplice y encubridora de los crímenes cometidos por Macbeth, y aunque pueda parecer al bibliófilo lector de Lux Atenea que posee una personalidad fría y calculadora, el sentimiento de culpa acabará afectándola igualmente. Terminará siendo prescindible para los intereses de su marido una vez ha conseguido lo que buscaba y, al final de la obra, Lady Macbeth acabará viendo la opción del suicidio como única salida a su desesperante situación.

“Muchas veces tenemos por amor lo que es verdadera desgracia.”

La presencia de lo sobrenatural es constante en toda esta historia. Espíritus que aparecen y desaparecen de la escena, sombras, sonambulismo, presagios… aspectos que dan un siniestro colorido literario a esta obra hasta dar una fuerza y un ambiente muy especial a las escenas que aquí se desarrollan. Además, la presencia de las brujas acabará sorprendiendo al lector por el mensaje de sus presagios, condicionando gran parte de sus pensamientos sobre las acciones leídas. Como gran momento estelar que resalta el protagonismo de estos hechos sobrenaturales durante la obra, destaca especialmente la escena donde Macbeth ve al espíritu de Banquo sentado en su asiento durante la cena. Una imagen que únicamente verá él entre todos los allí presentes. Una figura fantasmagórica que lo dice todo sin tener que decir nada. Malcolm versus Macbeth, el Bien contra el Mal, la luz frente a la oscuridad, y en un ambiente tan opresivo, el enfrentamiento entre Macbeth y Malcolm terminará siendo inevitable. En la lucha final, el ímpetu guerrero de Macbeth y su seguridad en la victoria se vendrán abajo tras descifrar con claridad la última profecía de las brujas. Eso sí, sin dejar de luchar acabará aceptando conscientemente el inexorable destino que ha vislumbrado. En definitiva, “Macbeth” es una atrayente historia de crueldad, de amoralidad, de violencia, y de ausencia de ética alguna como culto existencial al lema “El fin justifica los medios”. ¿Cuántas veces a lo largo de la Historia de la Humanidad se ha logrado alcanzar el poder a través de la traición y del derramamiento de sangre? “Macbeth”, el poder supremo, los miedos interiores, y la misantropía amalgamados en una sola persona. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“¿De qué sirve el poder sin la seguridad?”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

COMTE “DISCURSO SOBRE EL ESPÍRITU POSITIVO” (Reseña #2155).

Reseña Cultural: 2155 // Reseña Literaria: 629
Reseña actualizada. Publicada el 7 de septiembre del año 2013 en Lux Atenea.

Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Publicado por: GLOBUS COMUNICACIÓN
ISBN: 84-8223-404-8
Edición: 2013 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 192

“El método es, en nuestros días, más esencial que la doctrina misma, y además lo único susceptible inmediatamente de una plena regeneración.”

De unos años a esta parte, algunas de las obras literarias que he seleccionado para su lectura y análisis tienen como punto en común el interesante universo de la sociología. Una temática científica en constante crecimiento dentro del complejo mundo del siglo XXI que estamos viviendo, y cuya importancia e influencia en la tecnificada sociedad posmoderna es haberse convertido en fundamental para su acertado análisis y comprensión. Uno de estos atrayentes libros que me ha llevado directamente al origen primigenio de esta corriente científica ha sido “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, escrito en el siglo XIX por uno de sus intelectuales más brillantes: el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857). Considerado por muchos expertos como el padre de la sociología, dentro del mundo de la filosofía, este destacado intelectual francés revolucionó su convulsa época con una nueva dimensión conceptual relacionada directamente con el inminente predominio del mundo industrial, fundiendo lo más avanzado del pensamiento científico con las incuestionables ventajas de las aplicaciones tecnológicas orientadas en su conjunto a la prosperidad social y al progreso. Auguste Comte se referirá a esta innovadora visión con el término “positivismo”. Bajo la sombra conceptual de esta mente adelantada a su tiempo, en su obra “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, los bibliófilos lectores de Lux Atenea pueden encontrar las bases que fundamentan a algunas de las claves que explican la profunda transformación experimentada por las sociedades occidentales más avanzadas del siglo XX entregadas en cuerpo y alma a la nueva era industrial. Por este motivo, la atenta lectura de una obra literaria tan innovadora se convierte en uno de los pasos obligados para poder analizar la importancia de la influencia de la Ciencia y de los avances tecnológicos en el colectivo social, siendo el positivismo, el intento de optimización de esta influencia bajo parámetros puramente científicos en pro del bienestar y de la prosperidad.

“Constituir sólidamente una activa moral universal, prescribiendo a cada agente, individual o colectivo, las reglas de conducta más conformes con la armonía fundamental.”

Mucho se ha hablado sobre la innegable influencia conceptual del ilustre conde de Saint-Simon, Claude-Henri de Rouvroy (1760-1825), en la nueva visión social englobada por Auguste Comte dentro del positivismo. Pero esa influencia es más orientativa que descriptiva debido a que la mente intelectual de Claude-Henri de Rouvroy es más teórica y filosófica que científica. En cambio, Auguste Comte, con su mentalidad puramente científica, es conceptual y filosóficamente opuesto a lo religioso y a lo metafísico, considerando su influencia en la sociedad como paso obligado en la inevitable evolución mental del colectivo humano. Uno de los apartados más cautivadores y atrayentes de este libro es precisamente donde Auguste Comte va describiendo y analizando esta evolución inevitable del ser humano desde una mentalidad religiosa y metafísica hacia otra científica mucho más real y avanzada, presentando con sumo detalle las características y los defectos de ese mundo religioso y metafísico incapaz de ofrecer mayor calidad de vida y una mejor aproximación a la realidad tanto a la sociedad como a los individuos en su expansiva esencia de crecimiento interno y exterior. Esa mayor aproximación a la verdadera realidad del mundo en el cual vivimos, esa transformación del entorno en pro del bienestar humano, esa explicación convincente y demostrable que ofrece la Ciencia a hechos y sucesos que la mente religiosa ha venido relacionando única y exclusivamente con la divinidad, es lo que sienta las bases de este positivismo social apoyado en el ideal científico como inevitable paso que la Humanidad debería dar para dar continuidad a su imparable transformación evolutiva. La Ciencia, bajo conceptos y normas positivistas, podía convertirse en ese pilar sobre el cual la sociedad pudiera quitarse ese lastre que le ha impedido abrir los ojos a una realidad más prospera y adecuada al espíritu humano. La sociedad industrial, como claro ejemplo del inicio del predominio de la influencia de la mente científica en la sociedad, queda establecida como una potente energía expansiva desarrollada por el colectivo humano en su intento de adaptar lo material a sus necesidades, transformando a su vez no solamente su sociedad sino también su mente. Auguste Comte, con su positivismo, trata de optimizar esa fuerte expansión para que el crecimiento también suponga una elevación del nivel de vida en toda la sociedad, unificada en pro del progreso. La realidad, finalmente ha supuesto la expansión de la sociedad industrial en el mundo del siglo XX y no ha traído precisamente esa Edad de Oro soñada por Auguste Comte dentro de su positivismo.

“Las convicciones racionales han podido apoyar a las creencias teológicas, o más bien sustituirlas gradualmente, a medida que la fe se ha ido apagando.”

Como en muchos otros libros filosóficos, la impresionante obra “Discurso Sobre El Espíritu Positivo” también nos ofrece dos caras opuestas en su dimensión conceptual aplicadas a su esencia y a nuestro presente. Tras su lectura y análisis, en este libro he encontrado algunas claves conceptuales que estoy seguro que serán aplicadas en un futuro más cercano que tardío cuando la imparable globalización termine de interconectar cada ciudad, nación, y continente en una red de interdependencia comercial y cultural que ya está dando forma a una nueva civilización cuyas fronteras abarcarán a todo el planeta por primera vez en nuestra historia. En cuanto este hecho sea una realidad, y no creo que tengan que pasar muchas décadas para alcanzar ese estado de globalidad cultural, económica, y social, algunas de las claves y de las bases del positivismo descritas por Auguste Comte pueden ser aplicadas en la sociedad futura con absoluta eficacia dado el carácter científico y tecnológico que caracteriza a la posmodernidad. La admirable precisión y el acertado pragmatismo que Auguste Comte presenta en esta obra ofrecen ese conocimiento práctico, y sería muy curioso que finalmente sea en la sociedad posmoderna y no en la industrial donde una parte de las bases del positivismo puedan encontrar su aplicación social más efectiva. Por otro lado, siendo conscientes de que el positivismo en su conjunto está conceptualmente superado, la inevitable influencia de lo tradicional en la mente de Auguste Comte deja en esta obra algunos conceptos del positivismo o completamente obsoletos, o demasiado anclados en un ideal humano íntimamente ligado al buenísmo. Pero, de lo que no cabe la menor duda es que Auguste Comte es esencial para poder conocer el incuestionable valor de la sociología como una de las corrientes científicas más pragmáticas, dinámicas, y eficaces en sus aplicaciones sociales en este siglo XXI, y para encontrar ese fundamento nítido y claro sobre la evolución de la mente del ser humano desde un origen religioso y metafísico a otro científico. Como último apunte, fue muy curiosa la experiencia que tuve mientras analizaba estas páginas cuando en una de sus hojas leí el lema creado por Auguste Comte para el positivismo: orden y progreso. Inmediatamente, tomé consciencia de que estas palabras ya las había visto o leído anteriormente y, sin hacer uso de la vía fácil que es la consulta en Internet, tratando de recordar su origen al final supe en dónde había visto escrito ese lema: en la bandera de Brasil, “Ordem E Progresso”. Posteriormente, investigando sobre la historia de la bandera brasileña comprobé que viene incluyendo el lema positivista de Auguste Comte desde el año 1889. Interesante presencia del positivismo en el mundo. “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, un libro fundamental para poder analizar y comprender la importancia del pensamiento científico en nuestra mente y en nuestra sociedad actual. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Perfeccionamiento, a fin de conocer mejor nuestra condición fundamental y el destino esencial de nuestra actividad continua.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

“LA FAMILIA ADDAMS y otras viñetas de humor negro”, CHARLES ADDAMS (Reseña #2154).

Reseña Cultural: 2154 // Reseña Literaria: 628
Reseña actualizada. Publicada el 16 de diciembre del año 2009 en Lux Atenea.

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Publicado por: VALDEMAR
ISBN: 84-7702-659-4
Edición: 2009 (EDICIÓN COMPRADA)

“El dibujo debía resaltar algún gesto verbal evidente por parte del personaje adecuado, o el texto debía sugerir en sí mismo y sin dejar lugar a dudas quién lo estaba pronunciando.”

Este genial artista estadounidense del dibujo llamado Charles Addams (1912-1988) revolucionó la viñeta humorística en su época dando un toque de modernidad, de frescura, una clase y un estilo hasta entonces nunca visto en esta rama artística. Sus ideas fueron novedosas hasta tal punto que rompieron todos los esquemas establecidos, e incluso, en este siglo XXI, su humor gráfico sigue provocándonos alegría, risas, e inevitables carcajadas. Charles Addams fue un experto one-liner que, desde su adolescencia, destacó con un estilo único e inigualable a la hora de dibujar escenas donde el humor reina a placer. Años después, será inevitable su entrada en The New Yorker, la publicación más prestigiosa de la época donde podían aparecer los cartoons de un dibujante. Una posición de auténtico privilegio ganada a base de tesón, de trabajo, y de constancia en la realización de su obra. Inmerso en un momento de gran éxito en su carrera, Charles Addams vería publicada el día 6 de agosto de 1938 la primera entrega de su serie más conocida, “La Familia Addams”, protagonizada por unos personajes ya míticos que le llevarían a la fama mundial gracias a sus siniestras personalidades. Los cultos lectores de Lux Atenea ya conocen a Morticia, a Gómez, a Fétido, a Miércoles… Unos personajes que ya forman parte de la cultura gótica gracias a su ingenioso humor negro, y que sólo la virtuosa inteligencia artística de Charles Addams pudo dar alma en sus dibujos.

En estas atrayentes páginas podrán observar y disfrutar esa otra cara de la realidad urbana, de la intocable religión, de las relaciones de pareja fundadas en la apariencia, de la aséptica Ciencia, de la magia de lo mitológico, del encanto que ofrecen los cuentos, de la política siempre tan seria… Facetas humanas en manos de Charles Addams que en estos tiempos serían considerados como racistas, crueles, e, indiscutiblemente, como políticamente muy incorrectos en la supuesta era de la libertad de pensamiento y de expresión que estamos viviendo. Creo que al genial artista Charles Addams le dejaría absolutamente descolocado la censura actual, sobre todo en los Estados Unidos de América. Incluso algunas publicaciones actuales consideradas socialmente como trasgresoras, no creo que tuvieran el valor y el coraje necesario para publicar algunos de estos dibujos por miedo a la reacción que pudieran provocar en la opinión pública. A los bibliófilos lectores de Lux Atenea les fascinará esta magnífica edición, habiendo quedado muy claro en estas páginas cómo fue la libertad de expresión mostrada por Charles Addams en su obra, perfilando con suma inteligencia este humor negro irreverente en su estado más puro. Su admirable estilo a la hora de crear escenarios tan bellos como sacados de contexto, le permitió moverse con soltura en el complicado equilibrio existente entre la realidad y la ficción, provocando la sorpresa en el lector de la forma más sutil y directa. En estos dibujos comprobarán fielmente que prácticamente nada ni nadie quedó sin ser incluido en estos escenarios humorísticos. Con el paso de los años, la Familia Addams también tuvo su protagonismo y popularidad como serie de televisión y en películas destinadas a la gran pantalla, expandiendo a nivel mundial esta siniestra magia llena de sarcasmo, de sátira, de ironía, en una atmósfera tétrica y un tanto macabra que divierte (y seguirá divirtiendo) al gran público. Este es el siniestro encanto visual que Charles Addams ofreció al mundo con su arte humorístico, y con ideas reflejadas en dibujos con los cuales logró dar encanto y personalidad a los miembros de esta familia inspirada en el universo del terror gótico. Como apunte final, recomiendo la adquisición de esta preciosa edición de pequeño formato porque les asegurará inevitables risas en cada relectura de la obra. “La Familia Addams”, otra joya literaria publicada con estilo por la editorial Valdemar. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“The New Yorker no estuvo completo hasta que Addams empezó a publicar en él.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

“VAMPIROS Y ZOMBIS POSMODERNOS. LA REVOLUCIÓN DE LOS HIJOS DE LA MUERTE”, JORGE MARTÍNEZ LUCENA (Reseña #2153).

Reseña Cultural: 2153 // Reseña Literaria: 627
Reseña actualizada. Publicada el 6 de diciembre del año 2010 en Lux Atenea.

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Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing

Quiero dar las gracias a la editorial Gedisa por su cortesía al enviarme este promocional digital.

Publicado por: EDITORIAL GEDISA
ISBN: 84-9784-609-7
Edición: 2010 (Libro Digital Recibido Como Promocional)
Páginas: 192

“La principal diferencia que los no-muertos ostentan con respecto a los vivos es que los primeros no saben morir, porque su destino se ha convertido en algo presente y negativo.”

En la primera década del siglo XXI asistimos al sorprendente éxito entre el gran público (sobre todo adolescente) de un fenómeno cultural global antes dirigido únicamente a las personas que, de un modo u otro, estaban relacionadas con el gusto por la belleza siniestra y/o con la escena gótica. El pensamiento posmoderno está definiendo la estructura y las inquietudes sociales del nuevo mundo globalizado, y la decadencia que se está empezando a observar en la sociedad materialista tremendamente consumista que reniega totalmente de los planteamientos y de las creencias religiosas, está provocando en la franja más joven de la población una sensación de vacío existencial que se está apreciando hoy día muy claramente tanto en sus gustos, como en su identificación con un carpe diem de corte gótico basado en principios cercanos al Decadentismo existencial. Un vacío ético y moral que no ha tardado mucho en verse reflejado en el éxito comercial de obras artísticas que se presentan en forma de libros, películas, y series de televisión cuya temática está basada principalmente en el siniestro mundo de ficción relacionado con los no-muertos (vampiros, zombis…). Unas criaturas tenebrosas que, en pocos años, han pasado de causar miedo y temor en la sociedad a ser considerados como modelos morales y éticos de una perspectiva de la vida. Precisamente, las ansias posmodernas de tener una larga vida tienen su reflejo en estos seres tras haber logrado por fin esquivar a la muerte hasta hacer del tiempo algo casi circunstancial en su destino. El cuerpo eterno que no muere, provoca en estos seres cambios en su perspectiva con la cual observan y analizan el mundo de los seres humanos, y, curiosamente, esa misma lógica es la que está atrayendo a este porcentaje de la sociedad más joven que, dentro de tres o cuatro décadas, serán quienes la gobiernen y dirijan. Como los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán comprobar en este ensayo, estamos ante un modelo de perspectiva existencial absoluto. Para dar una explicación seria y razonada basada en hechos y datos de conocimiento público, el autor del libro ha escrito un extraordinario ensayo donde analiza esta corriente social que ha dejado a un lado lo puramente estético, para lanzarse de lleno a otra visión con la cual ver nuestro presente y futuro: lo siniestro.

“Los grandes sistemas filosóficos y teológicos ceden su espacio a los encuentros vitales, que no pueden ser obviados, traspapelados, retocados, reconstruidos o falseados ideológicamente y que trasiegan de pecho en pecho con la confianza que dan la amistad y el amor, y con la autenticidad que atestan las vidas intensas, cuya medida no agota el morir.”

En la actualidad, la Ciencia ha quitado toda la magia y toda la fascinación que provocaba la visión de la vida en los seres humanos. Esta misma Ciencia está analizando y tratando a la vida como si fuera un mecanismo de carácter orgánico al cual debe estudiar y comprender al detalle para saber cómo funciona. Planteamientos como el alma, el espíritu, Dios, el amor… son variables que la Ciencia desprecia por no ser reproducibles ni demostrables en un laboratorio, renegando además de quienes creen en ellos públicamente. Y en esta aspiración de los científicos para convertirse en nuevos dioses sobre la faz de la tierra, el calado de sus planteamientos en la sociedad es lo que ha permitido la identificación de los ciudadanos actuales con estos seres no-muertos que, pese a su naturaleza puramente ficticia, son vistos por sus seguidores como ejemplos de cómo ver y sentir el mundo en el que vivimos. El éxito comercial de la saga literaria “Crepúsculo” tras su traslado audiovisual a la pantalla, el éxito de otra saga literaria convertida en la serie de televisión “True Blood” destinada el gran público, las exitosas películas de la saga “Resident Evil” basadas en videojuegos, el éxito de la serie de televisión “The Walking Dead”… son claros ejemplos de este éxito comercial basado en el interés del público que disfruta viendo estas obras donde los no-muertos son los principales protagonistas. Aunque es verdad que esta temática cinematográfica tiene un pasado que se remonta a principios del siglo XX, parece que estas obras han encontrado en los ciudadanos del siglo XXI a ese gran público que las ha sacado de su etiqueta underground para re-etiquetarlas como novedosas y actuales. Obras cinematográficas tocadas con el beneplácito del gran público, y cuyo exitoso torbellino que generan está arrastrando en esta re-etiquetación pública de otros géneros anteriormente destinados a minorías como, por ejemplo, el cine gore. Películas como “Saw”, “Hostel”… han encontrado una aceptación social mucho mayor de lo que inicialmente esperaban las productoras, y sus macabras temáticas empiezan a encontrar un creciente porcentaje de espectadores ansiosos de sentir nuevas experiencias extremas en la gran pantalla, y sin que estos gustos cinematográficos sean vistos por la sociedad como algo inadmisible o rechazable. En este admirable ensayo, los bibliófilos lectores de Lux Atenea conocerán cómo los ciudadanos del siglo XXI quieren sentir experiencias cinematográficas fuertes que les impacten, pero siempre desde la seguridad que ofrece el visionado de unos hechos que racionalmente son vistos como ficticios, aunque les puedan llegar a impresionar y conmocionar.

“El peligro está en el punto de partida que tenemos, emboscados constantemente por la acechanza inconsciente de la muerte.”

Indudablemente, esta es una corriente social que está experimentando un fuerte crecimiento en todo el mundo en cuanto a su número de seguidores, y que, en España en particular, ha arrebatado en cinco años toda la base cultural que la escena gótica nacional tanto ha despreciado en el pasado, desprecia en la actualidad, y seguirá despreciando aún más en el futuro por haber sido tocada por la misma sociedad de la cual siempre se ha sentido muy superior. El conocimiento y el interés por la cultura gótica se ha extendido en la mayoría de los países desarrollados de todo el mundo gracias a la identificación de un gran número de personas con ella, y va a continuar siendo así en los próximos años. En el caso de España, esta corriente artística y social va a dejar apartada a un lado a la escena gótica nacional ya bastante obsoleta y desgastada por falta de renovación generacional, y cuya cerrazón mental les ha llevado a identificarse únicamente con su música y con su estética. Eso sí, siendo partícipes de una escena gótica condicionada totalmente por el impacto publicitario y por el consumo de todas estas obras siniestras creadas al margen suyo. “Vampiros y Zombis Posmodernos”, el análisis de esta corriente social posmoderna despejará dudas y revelará importante información a muchos de los lectores de Lux Atenea interesados en esta temática. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

“Sed de sangre, sed de carne, sed de una vida más potente que la muerte, sed de alma, sed de significado. Nuestra juventud manifiesta del modo más optimista posible, a través de nuestros nuevos mitos vampíricos.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.