Reseña Cultural: 1836 // Reseña Literaria: 354
Reseña actualizada. Publicada el 9 de diciembre del año 2008 en Lux Atenea conmemorando el 400º aniversario del nacimiento del poeta inglés JOHN MILTON (9 de diciembre, 1608 – 8 de noviembre, 1674, Londres).
Publicado por: EDICIONES CÁTEDRA
ISBN: 84-376-0591-1
Edición: 2006 (EDICIÓN COMPRADA)
En Lux Atenea, la mejor manera de conmemorar el 400º aniversario del nacimiento del maestro de la literatura inglesa John Milton (1608-1674) es publicando esta reseña sobre su libro más conocido: “El Paraíso Perdido”. Tan genial artista, considerado por los expertos como el gran poeta inglés del siglo XVII, creó esta grandiosa obra literaria ya en edad avanzada y pese a estar completamente ciego, impedimentos físicos que no fueron obstáculo para crear esta joya cultural universal. Escrita con un estilo literario muy cercano al Clásico, la influencia de otras grandes obras de la literatura de la talla de “La Divina Comedia” se deja notar tanto en su estructura, como en su trasfondo incuestionablemente moral porque “El Paraíso Perdido” es un libro en el cual se señala al ser humano. En estas páginas, los bibliófilos lectores de Lux Atenea comprobarán cómo se le juzga, cómo se le condena inmisericordemente por sus intentos de transformación en dioses, pero Dios es Dios, y el ser humano es simple y llanamente individuos que se dejan llevar muy fácilmente por impulsos vanidosos y grandilocuentes, sin analizar las trágicas consecuencias que sus actos conllevan. Vertebrado por doce libros, en esta obra John Milton nos explica con claridad y con todo lujo de detalles desde la rebelión de Satanás contra Dios, hasta los actos de desobediencia que serán cruciales en el destino de los primeros seres humanos, Adán y Eva.
Pese a dar un trasfondo ético y moral a su belleza literaria, John Milton sabe muy bien cómo llevar al bibliófilo justo al centro de la acción que está leyendo para, a continuación, hacerle reflexionar sobre lo allí acontecido. Incluso, es capaz de llevar estas reflexiones morales a la mente de Satanás, sorprendiendo al lector con la diabólica lógica de sus pensamientos y de sus determinaciones. Eso sí, sin dejar de perder en ningún momento el norte en esas elucubraciones, ya que tienen como origen al poderoso ser que llevó al ser humano a perder el idílico paraíso en el cual vivía, y si hay una palabra clave en todo el libro que resume con exactitud la esencia de esta obra (y del propio ser humano), esa palabra es ‘Desobediencia’. ¿Cuántas veces el ser humano ha roto la norma o la ley respecto a aquello que no debería ser trasgredido? Ya sea a nivel social, a nivel familiar, a nivel de amistades, o simplemente a nivel personal, si algo caracteriza al ser humano como especie es precisamente eso mismo: un ser que se define mejor a través de sus defectos que con sus virtudes. Pese a que el ser humano es sin duda alguna el rey de la Creación sobre la Tierra, sus defectos no han dejado de complicar más y más la difícil existencia terrenal, y, en los últimos seis mil años, la dinámica en la cual está inmersa la Humanidad no parece mostrar indicio de mejora o de cambio alguno en vista al obscuro horizonte que se está percibiendo para los años venideros. Como especie somos así, nos guste o no, y con el reflejo de esa desobediencia como auténtico trasfondo literario, John Milton dio vida a una obra tan intemporal como nuestras debilidades y defectos.
Si los bibliófilos lectores de Lux Atenea deciden informarse un poco sobre la vida de John Milton, le estarán esperando alguna que otra sorpresa sobre su persona ya que mostró una doble cara. Por un lado fue un artista admirado pero, por otro, fue una persona que pensaba y decía una cosa, y actuaba de otra. Unas sensaciones contradictorias que ya encontré anteriormente en otro genio de la literatura, Percy Bysshe Shelley (1792-1822), grandioso poeta inglés del Romanticismo decimonónico que me sedujo con el mensaje de su obra pero cuya vida, en ningún momento reflejó ese luminoso aura que tanto proclamaba en sus versos. Como analista cultural, siempre he dicho que me apasionan las obras, y no los autores de las mismas y sus vidas, pero he de reconocer que cuando uno conoce a un gran artista que también ha sido una gran persona pese a las dificultades de la época que le tocó vivir (por ejemplo, William Blake a quien siempre admiraré), se crea un poderoso y expansivo impulso mental en el interior de uno que le permite seguir creyendo en ese ideal convertido en realidad, aunque sea a menor escala de la deseada, porque me siguen llegando al corazón y al alma ese sentimiento y esa perspectiva espiritual nacidas en el siglo XIX durante el Romanticismo en su primera etapa. A quienes ya conozcan esta ilustre obra literaria, les invito a su relectura como tributo a la memoria de este gran escritor en una fecha tan memorable y, a quienes no conozcan “El Paraíso Perdido”, les aconsejo que antes de adentrarse en sus páginas, piensen que la visión cristiana del mundo daba sentido a la sociedad inglesa del siglo XVII. John Milton simpatizó con las ideas puritanas defendidas por Oliver Cromwell (1599-1658) y, en “El Paraíso Perdido”, van a encontrarse con algunas referencias y reflexiones sobre la mujer que no tienen sentido en la sociedad occidental del siglo XXI. Una visión de la mujer que no comparto en absoluto, pero que no ha impedido que me apasione la lectura de esta impresionante obra. “El Paraíso Perdido”, quién esté libre de culpa, que tire la primera piedra. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Dondequiera que huya es el Infierno;
pues yo soy el Infierno; y en lo más
profundo del abismo otro se abre
más hondo que amenaza devorarme”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.