Reseña Cultural nº: 1724 // Reseña Media nº: 77
Reseña actualizada. Publicada el 8 de mayo del año 2014 en Lux Atenea.
Director: SHINYA TSUKAMOTO
Guión: SHINYA TSUKAMOTO
Actores principales: SHINYA TSUKAMOTO (Goda), KIRINA MANO (Chisato), TAKAHIRO MURASE (Goto), TATSUYA NAKAMURA (Idei), KYÔKA SUZUKI (Kiriko), HISASHI IGAWA (Kudo)
País: JAPÓN Año: 1998 Productora: KANGJEGYU FILMS
Duración aprox.: 87 minutos
Publicado en España por: FILMAX HOME VÍDEO Año: 2003
Formato: DVD (EDICIÓN COMPRADA)
DVD: Película “Bullet Ballet”
EXTRAS: Ficha técnica y artística // Filmografía del director // Trailer
Rodada en blanco y negro como todo buen thriller que desee proyectar en sus imágenes un dramático ambiente de suspense, la extraordinaria película “Bullet Ballet” es una muestra clara del cine japonés underground donde la siniestra estética fotográfica queda inmortalizada en la modernidad cosmopolita, decadente, y sucia que refleja. Un drama posmoderno protagonizado por el individuo sobrepasado por la realidad, y fascinado a su vez ante la contemplación de esta sublime belleza urbana en movimiento donde él queda siempre empequeñecido tras la aceptación de su intrascendente existencia. Dirigido por el talentoso maestro japonés Shinya Tsukamoto, director de la película de culto “Tetsuo” (ya reseñada en Lux Atenea), en esta trágica historia poblada por personajes con vidas llevadas al límite también interpreta a su personaje principal, Goda. Con un tempo lento en su desarrollo que es perfecto para que el espectador no caiga en un histriónico estado de tensión y angustia ante tal avalancha de intensos estímulos, si a ello le unimos una espectacular banda sonora con música ambient e industrial compuesta por Chu Ishikawa, todo encuentra su más perfecto equilibrio en esta egocéntrica posmodernidad basada en la tecnología y en el materialismo para su perduración como sistema social. “Bullet Ballet” se presentará ante el cinéfilo lector de Lux Atenea como una colosal película de imprescindible visualización, y donde el cine japonés underground encuentra en esta segunda década del siglo XXI envuelta en la crisis, el entorno y el escenario ideal para su correcta valoración artística. Los amantes del Séptimo Arte descubrirán en “Bullet Ballet”, ese cine de autor situado al margen del mainstream como máxima garantía de independencia y de creatividad artística en su definición conceptual y en su producción.
Esta lúgubre historia comienza con Goda, trabajador con una existencia cotidiana normal cuya vida gira alrededor de su novia Kiriko, llevando diez años juntos. Un día, regresando a casa tras haber terminado su trabajo, verá cambiado su destino al encontrarse con la desagradable e inasumible sorpresa del suicidio de Kiriko tras haberse disparado con una pistola. En ese momento, todo su mundo se vendrá abajo, creciendo la tensión y la desesperación en su interior hasta caer poseído por una irresistible pasión por las armas que le llevará a entrar en un alocado y salvaje caos existencial. En las calles de Tokio se encuentra con una joven, Chisato, la cual vive en otro ambiente completamente distinto al suyo. Esa forma de vida violenta y extrema que late de forma oculta en las grandes ciudades, y que estimulará aún más la rabia y la ira interior de Goda en cuanto sea mínimamente provocado. Una agitada tensión interior que verá aumentará su desesperación cuando Goda descubra la auténtica realidad que provocó la muerte de Kiriko. En “Bullet Ballet”, el director Shinya Tsukamoto hace una excelente y convincente interpretación de este personaje en la película, ya que Goda achaca el origen de su difícil situación interior señalando siempre hacia fuera, hacia los demás. Goda no reflexiona. Únicamente actúa de forma violenta tratando de eliminar todo aquello que le perturba o molesta, y sin cambio o transformación interna, por lo que sus propios miedos y temores no hacen más que crecer, metiéndole de lleno en una violenta espiral de obscura y dramática salida. Como analista cultural, disfruto viendo la magna obra artística de Shinya Tsukamoto porque es todo un maestro a la hora de reflejar en imágenes, esa actitud de indiferencia posmoderna que muestran los ciudadanos ante los dramáticos acontecimientos que suceden a su alrededor… hasta que ellos resultan ser los afectados. Así se representará ante el espectador cuando observe la imperturbable actitud de Goda al llegar al portal de su casa, instantes antes de conocer la dramática desgracia que cambiará su vida. La imagen casi constante de las calles de Tokio con la suciedad, la degradación, y la inmundicia dominando estos escenarios tan decadentes, unido a la lucha sin cuartel entre bandas urbanas, configuran esta talentosa fusión artística de lo industrial con lo ultraviolento a través de escenas tensas, amargas, adrenalínicamente ácidas. También hay que destacar la magnífica interpretación que hace la actriz Kirina Mano en el papel de Chisato. La frialdad emocional que muestra siempre la andrógina Chisato, junto a la sádica e irresistible atracción que siente hacia todo lo que represente dolor, sufrimiento, o muerte, son una muestra clara de la profunda soledad interior en la que vive, aunque Chisato viva el día a día cubierta por esa máscara de indiferencia, de estar por encima del Bien y del Mal, y de mostrar ese valor extremo ante las personas. La actriz Kirina Mano ha logrado convertir a Chisato en uno de los personajes principales de este largometraje, gracias a esta extraordinaria interpretación de hermética y enigmática personalidad.
El cine japonés underground es, sobre todo, trasfondo conceptual y existencial a través del adorado culto artístico a la imagen, a la estética, y al equilibrio incluso cuando se muestra extremo y transgresor. Así podrán comprobarlo y disfrutarlo los cinéfilos lectores de Lux Atenea en “Bullet Ballet” con esta visión cosmopolita bellamente reflejada en imágenes en blanco y negro, en el shock y en el bloqueo emocional que sufre Goda tras conocer la trágica noticia, cómo la paliza que recibe Goda a manos de la banda de Chisato le hace romper los límites del autocontrol, impulsándole a una nueva vida marcada por lo extremo y lo violento. Cautiva observar la inocencia inicial de Goda para moverse dentro de los bajos fondos y cómo el ser engañado y estafado le hace aprender, cómo Internet acaba convirtiéndose en la fuente principal donde Goda parece hallar el camino para conseguir el arma que tanto desea, o las contundentes imágenes donde se entremezclan secuencias bélicas y de la pistola como reflejo simbólico de los pensamientos de Goda. Es espectacular la escena del siniestro y decadente local underground caracterizada por estos giros de cámara, la impactante escena donde los instintos suicidas de Chisato hacen que Goda se enfrente con sus más terribles miedos y temores, la impresionante secuencia donde contemplamos el juego suicida que a Chisato le gusta practicar en los andenes de metro, y cómo ante la desesperación que tiene Goda para hacerse con un arma, aparece una oportunidad para conseguirla en el momento y de la forma más inesperada. Pero “Bullet Ballet” es extremo, como la brutal escena donde Goda convierte su entrada en lo violento en un salvaje ritual iniciático donde el valor es el antídoto para sus miedos, con la siniestra belleza que destila la escena del parque de atracciones, con la secuencia de Goda y Chisato en la azotea como imagen clara de las personas inmovilizadas por ese impasse existencial tras verse superadas por las circunstancias, con la imagen de Goda y Chisato en la escalera donde se refleja su situación al margen de esa sociedad alienante donde tratan de vivir y que también rechazan, o la terrible escena final como sangrienta apoteosis protagonizada por el tirador en una clausura propia del cine negro. “Bullet Ballet”, cuando el Séptimo Arte japonés es transgresor y completamente alejado del mainstream. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.