Reseña Cultural: 2161 // Reseña Literaria: 634 Reseña actualizada. Publicada el 22 de mayo del año 2009 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information: Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Publicado por: VISOR LIBROS ISBN: 84-7522-670-5 Edición: 2008 (EDICIÓN COMPRADA)
“Conservo la inocencia que tenía al nacer y miro al universo con asombro escucho al universo día y noche lo escucho y renace mi amor”
El descubrimiento de la magna obra de la poetisa nicaragüense Claribel Alegría ha sido una de las sorpresas artísticas más agradables que he tenido dentro del universo literario. No hizo falta más que leer unas pocas páginas de este libro, seleccionadas aleatoriamente, para quedar atrapado con estos versos luminosos escritos con palabras cristalinas. Con la mitología griega siempre presente en su mirada artística, estos versos reflejan fielmente la impaciencia que nos invade en la sala de espera de la transformación metafísica. Démeter, Hécate, Hermes, Zeus, Hades, Afrodita… sobrevuelan estos versos mientras Pigmalión, Aquiles, Perséfone, Pandora, Teseo… son nombres pronunciados por el eco de un pasado mítico. Aunque estos versos reflejan los pensamientos del alma perdida y desamparada, los bibliófilos lectores de Lux Atenea sentirán que no inspiran ni depresión, ni dejadez personal, ni melancolía. Las palabras de Claribel Alegría no son palabras enfermas, porque son los pensamientos de un espíritu que vaga por la vida sin ese norte que dé sentido al caminar, a la lucha por la existencia, al amor, al descubrimiento del sentido de todas las cosas. Es no saber a dónde ir, ni lo que se quiere, mientras en cada página el aire y la furia del viento están siempre presentes.
El extraordinario libro “Mitos y delitos” es poesía donde la ausencia de algo, o alguien, es tomada como ideal de una sutil compañía. Son los sentimientos de Adán y Eva nada más ser expulsados del Paraíso y convertidos en poemas, mientras se observan las grietas en todo lo que nos rodea. Aquí, la transformación se enmascara con la rojiza incógnita de la reencarnación, siendo Claribel Alegría absolutamente mística. Curiosamente, nos habla con insistencia sobre la no realización de uno mismo porque en esta vida uno puede estar protegido, tener una vida acomodada, o una vida sin problema alguno, y haberse lanzado al vacío existencial más profundo al no sentir el propio Yo, sino otro Yo que está viviendo nuestro presente. “Mitos y delitos” es soledad en verso, pero nos habla de esa otra soledad universal intemporal en un mundo mitológico sin vida. “Mitos y delitos”, delicatessen artística de esta nostálgica guinda poética destinada a decorar un pastel existencial sin forma. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Camino hacia la muerte y no he dejado huella el sendero que piso queda intacto. Quizá mejor así a nadie le haré daño con mis pasos inciertos.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2159 // Reseña Literaria: 633 Reseña actualizada. Publicada el 28 de mayo del año 2010 en Lux Atenea.
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Quiero dar las gracias a Ediciones Oblicuas por su cortesía al enviarme este promocional físico.
“El tiempo es algo que disfrutan las personas bellas.”
El libro “Tejidos Conjuntivos” es una magnífica obra que nos habla sobre el paso del tiempo y sobre su firme determinación a la hora de borrar las huellas que haya dejado una persona durante su existencia, por profundas que hayan sido. Personas importantes, hechos, protagonistas, obras… el tiempo parece no tener misericordia alguna con todo lo relacionado con lo humano, pese a la aparente trascendencia que debemos apreciar en todas nuestras acciones y vivencias. Somos una mota de polvo en el universo, pero nos vemos del tamaño de una galaxia. Los egos crecen constantemente, y nuevos egos nacen cada día con la ilusión de sobresalir por encima de los gigantes egos que observa a su alrededor. Pero la vida y la realidad siguen siendo muy ásperas pese a nuestros grandes avances tecnológicos y científicos, y ciudades colosales siguen albergando millones de almas solitarias que se sienten profundamente frustradas en su día a día, como así podrán sentirlo los bibliófilos lectores de Lux Atenea en estas páginas con toda su crudeza.
“Me gustan las tonalidades que adquieren las habitaciones con la televisión, parece que vayan mudando la piel cada instante.”
Jose de la Vega Fernández nos presenta los vicios de los personajes de esta obra como una expresión de la insatisfacción que cada uno de ellos siente en su vida. Perdidos en la ciudad, acaban convirtiendo cada uno de los locales y pubs desperdigados por la urbe en refugios de los desamparados sentimentales. Unos personajes que serán sentidos por los cultos lectores de Lux Atenea como paralelismos vitales de una realidad que observa a su alrededor en muchas personas de su entorno, o conocidas, o incluso, como posible reflejo de su propia existencia. Unos hombres y mujeres en edad adulta con ilusiones no cumplidas, o lo que es peor, con ilusiones rotas por otras personas también desilusionadas que no dudan en romper jarrones existenciales en busca de un tesoro vital interior que nunca parece. Solamente encuentran el vacío, la Nada. Una obra literaria reflexiva y llena de párrafos en los cuales respirarán profundos anhelos de posmodernidad con los que se identificarán, pero oscurecidos por los deshumanizados aires posindustriales donde las sonrisas nihilistas son omnipresentes. “Tejidos Conjuntivos”, la realidad y la acidez cotidiana descritas en negro sobre blanco. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Supo que había dejado de quererla cuando dejó de recordar el día que se conocieron, cuando dejó de hacerle sus bromas cómplices antes de acostarse, cuando al levantarse no se volvía para comprobar su respiración antes de ir al servicio.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2158 // Reseña Literaria: 632 Reseña actualizada. Publicada el 13 de junio del año 2010 en Lux Atenea.
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“¡Extraño poder, el de la guerra, que convierte en deber la degradación de nosotros mismos!”
“Los Siete Pilares de la Sabiduría” es uno de los libros de memorias que más me ha gustado leer y analizar en los últimos años. Como analista cultural creo que, en estas páginas, el bibliófilo lector de Lux Atenea va a encontrar esa frescura narrativa y esa riqueza descriptiva tanto de los imponentes paisajes del desierto saudí como de los pensamientos del propio Lawrence de Arabia, llevándole a poder disfrutar tranquilamente esta excelente obra literaria que invita a la reflexión. Incluso, en “Los Siete Pilares de la Sabiduría” podrán observar como Thomas Edward Lawrence (1888-1935) va pasando de la escritura de un libro de memorias a otra obra donde sus miedos y fantasmas interiores salen a la luz a través de palabras cargadas de sufrimiento. Y es que Lawrence de Arabia pasa de un idealismo romántico inicial en su mirada al mundo árabe, creyendo en el derecho de los árabes a ser independientes del imperio otomano dominante en la zona en aquella época, a ver convertidas sus palabras y promesas que eran ley para aquellas tribus saudíes, en humo y cenizas cuando descubre el trasfondo real de esa independencia a la cual Gran Bretaña estaba ayudando a hacerse realidad. Promesas que aparecen y desaparecen según sopla el viento de la geopolítica, pero siempre señalando la dirección que más interesa a Gran Bretaña. Y promesas económicas y militares que solamente llegarán cuando las tribus comandadas por Lawrence de Arabia consiguen hacerse con un objetivo militar turco considerado hasta entonces como inexpugnable. Sufrimientos, padecimientos, esfuerzos extenuantes que, junto a su gran capacidad para integrarse como un árabe más dentro de aquellas tribus, hacen que merezca la pena tanto calvario para hacer realidad su ideal de ver nacer una nación árabe en aquella península.
“En medio de una locura surgida del horror de Tafas, matamos y matamos, ensañándonos incluso, con las cabezas de los caídos y de los animales, como si su muerte y la sangre en que nadaban pudiera mitigar nuestra agonía.”
Largas jornadas subido en un camello bajo un sol de justicia, arenas que se convierten en espejos cuyos reflejos son capaces de dejar ciego, agua convertida en el elemento clave que decide quién vive y quién muere en aquellas tierras, tácticas de guerrilla para hacer frente a un ejército turco muy numeroso y mucho mejor equipado… Y, como siempre en esta vida, la realidad de la cruel esencia humana acaba saliendo a la luz, y de su idealismo caballeroso inicial pasarán a ver a un Lawrence de Arabia sediento de sangre y venganza tras ser detenido y humillado por los turcos. Una detención provocada por un trágico error que comete fruto de su endiosado ego, engordado durante meses con el éxito en campaña y con la aclamación de aquellas tribus árabes que empiezan a creerse su sueño de independencia. Pero los instintos autodestructivos de Lawrence de Arabia empiezan a crecer en su mente. El sentimiento de haber roto aquellas promesas que nunca debería haber permitido que se rompieran, y más cuando se había ganado la confianza y la admiración de aquellas tribus árabes, son losas existenciales que empiezan a hacerse muy pesadas de llevar y que ganarán aún más peso cuando Lawrence de Arabia regresa a Inglaterra, y tiene que vivir de nuevo integrado en la sociedad occidental. Un contraste existencial absoluto que le llevará directo a una montaña rusa emocional y sentimental porque, lo quiera o no, el desierto y sus gentes se han adueñado de su corazón. Así de claro y sincero encontrarán los bibliófilos lectores de Lux Atenea a Lawrence de Arabia en esta apasionante obra, haciendo de cada una de sus páginas, una auténtica fuente de conocimiento sobre el ser humano, sobre la vida humana, y sobre su universo interior. “Los Siete Pilares de la Sabiduría”, el tremendo poder del peso de la conciencia en la vida de una persona. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Entre todos los peligros, prefiero los de carácter solitario.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2157 // Reseña Literaria: 631 Reseña actualizada. Publicada el 20 de mayo del año 2009 en Lux Atenea.
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“Ningún trabajo avergüenza por muy modesto que sea si se ejecuta con el corazón limpio y la voluntad clara. No os dejéis llevar de la amargura aun cuando, como en los últimos años, halléis ingratitud.”
A nivel bélico, la Segunda Guerra Mundial fue toda una revolución militar a la hora de utilizar los tanques dentro del campo de batalla. Mientras la infantería y la artillería se convirtieron en las piezas militares clave en la Primera Guerra Mundial para combatir en las trincheras de aquella guerra industrial, y el tanque se utilizó principalmente como apoyo de la propia infantería (ya sea en ofensivas para romper la línea defensiva del enemigo, o para dar mayor consistencia y fortaleza a una línea defensiva), en la Segunda Guerra Mundial será el uso de divisiones acorazadas apoyadas por la aviación, junto a unidades mecanizadas, lo que convertirá el frente de batalla en algo dinámico y en constante cambio debido a aquella guerra de movimientos. El Alto Mando Militar, tras comprobar el tremendo poder destructor que estas concentraciones de tanques mostraban en el campo de batalla, podían romper con eficacia las líneas enemigas e impedir con la movilidad de estas unidades que esas líneas rotas pudieran volver a establecerse para contener su avance. Esta guerra moderna con movimiento constante de tropas y sincronización entre unidades de tierra y aire en el ataque, se convirtió en el avanzado sello militar que caracterizó al ejército alemán para atacar y derrotar a las fuerzas militares de otros países mucho más numerosas, pero conceptualmente ancladas a un modelo de guerra estática totalmente obsoleta. Como los bibliófilos lectores de Lux Atenea interesados en esta temática ya conocen, a esta novedosa forma de hacer la guerra se le llamó “Guerra Relámpago”, en alemán “Blitzkrieg”, y, entre todos los mandos de la Wehrmacht que destacaron por sus éxitos en combate sobresalió un auténtico genio militar llamado Heinz Guderian (17 de junio, 1888, Kulm, Prusia Occidental – 14 de mayo, 1954, Schwangau, Alemania).
“El pueblo alemán no es de ninguna manera más guerrero que los demás pueblos de Europa, pero habita en el centro de la casa y, por consiguiente, en su larga y cambiante historia, sólo rara vez ha podido desviarse de los conflictos declarados en sus vecinos.”
Hablar de Heinz Guderian es hablar de todo un maestro militar en el uso de divisiones acorazadas durante el desarrollo de esta guerra de movimientos, como así podrán informarse los bibliófilos lectores de Lux Atenea en este libro. Pese a que pueda parecer todo un visionario en el uso de tanques en el campo de batalla futuro, Heinz Guderian llegó de rebote al mundo de las unidades mecanizadas dentro del ejército alemán. Fue, en cambio, el estudio minucioso de este tipo de armas lo que le llevó a analizar y a definir una nueva forma de uso de estas unidades en combate dentro de divisiones formadas únicamente por tanques. Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial, sus teorías pasan a convertirse en una realidad que desarrollará tal capacidad de destrucción en las fuerzas militares enemigas que el incremento en el número de divisiones acorazadas no se hace esperar. El cenit de esta guerra relámpago llegaría con la operación Barbaroja, el ataque de Alemania a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Una ofensiva que en sus inicios destrozará al ejército soviético hasta obligarlo a defender ciudades tan importantes como Moscú o Leningrado. Pero la falta de preparación material del ejército alemán para hacer frente al invierno, el error en la valoración del poder acorazado y mecanizado del ejército soviético, y, sobre todo, las constantes órdenes y contraórdenes que desde el Alto Mando Militar enviaba Adolf Hitler a las unidades y que llevaron a malgastar un tiempo que no disponían, terminó convirtiendo ese frente bélico dinámico en un nuevo frente estático. Con la derrota de la flor y nata del ejército alemán en la ciudad de Stalingrado, se inició la caída de su poder militar con las sucesivas derrotas militares que sufrirían en los frentes de combate hasta la rendición final del régimen alemán en el año 1945.
“¿Cómo estaba constituido Hitler? Era vegetariano, antialcohólico, no fumador. Éstas eran para él muy apreciadas cualidades de las que resaltaba el testimonio de una vida ascética. Pero fatalmente repercutían en su aislamiento como ser humano. No tenía un verdadero amigo. Incluso sus más antiguos compañeros de Partido eran ciertamente gentes de su séquito; pero no amigos. Por lo que yo pude ver, nadie era su íntimo. A nadie confiaba sus interioridades.”
“Recuerdos de un soldado” es la obra escrita por este prestigioso militar alemán cuya carrera militar fue intachable antes, durante, y después de la guerra. Admirado incluso por los Aliados por su valor, por su inteligencia, por su particular estilo a la hora de llevar toda situación militar al límite de sus posibilidades, y, sobre todo, por una más que demostrada caballerosidad y respeto a las tropas enemigas en tiempos de guerra, Heinz Guderian aumentó su prestigio ganado en el ejército alemán a lo largo de toda su vida. Este mérito adquiere más valor después de conocerse los horribles actos cometidos por una parte de aquel ejército alemán políticamente más fanático y, por consiguiente, más despiadado. Como los cultos lectores de Lux Atenea podrán leer en esta obra tan reveladora, el comportamiento ejemplar de Heinz Guderian también se vio reforzado por sus oposiciones a las órdenes de Hitler, motivo por lo cual fue incluso apartado del servicio y pasado a la reserva. Oponerse a Adolf Hitler tenía ese precio pero, por encima de todo, estaba su propia conciencia y la firme creencia en sus convicciones. El tiempo tiene la costumbre de poner a cada uno en el lugar que le corresponde, y Heinz Guderian ha quedado firmemente unido al honor, la mayor virtud que puede tener un buen militar. “Recuerdos de un soldado”, el análisis de quien conoció en primera persona el auge y declive del ejército alemán más poderoso del mundo hasta la fecha. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Lejos de mi ánimo defender o inculpar. Me he esmerado en describir mi propia vivencia.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2156 // Reseña Literaria: 630 Reseña actualizada. Publicada el 5 de septiembre del año 2008 en Lux Atenea.
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Cercana a la frontera conceptual de la novela negra, “Macbeth” es una extraordinaria obra trágica escrita por el ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616), tras haberse inspirado en la historia de Macbeth incluida en las crónicas de Holinshed publicada en el año 1587. Pese a que William Shakespeare situó la acción de esta dramática historia en Escocia, no se corresponde en absoluto con las tierras escocesas que todos conocemos. Un detalle muy importante que debemos tener muy en cuenta durante toda su lectura. En el año 1606, William Shakespeare escribió “Macbeth” como historia a representar en el teatro en presencia de su alteza Jacobo I, y siendo cortesía especial ante el rey de Dinamarca Christian IV, ilustre invitado de la Casa Real inglesa. Como analista cultural, una de las cualidades literarias que más me gusta de su mítica obra “Macbeth” es que se presenta como una trama en la cual William Shakespeare no busca solamente la justicia como eje principal de la obra, sino que también ve imprescindible provocar en el criminal ese cargo de conciencia necesario para dar más fuerza aún a la justicia que se ha de llevar a cabo. Además, hablando desde el punto de vista psicológico, “Macbeth” es una de sus obras más completas y complejas, e ineludiblemente terminará implicando al bibliófilo lector de Lux Atenea en una serie de cuestiones éticas y morales sumamente delicadas. Explotando con maestría este trasfondo literario, Willliam Shakespeare complicará un poco más el posible establecimiento de una línea entre lo correcto y lo incorrecto en este relato, moviendo todos los engranajes de la obra para que “el crimen pueda consumar lo que ha empezado el crimen”. Una expresión más suave a la hora de decir que “quién a hierro mata, a hierro muere” porque, en “Macbeth”, el poder del Mal llega a ser tan avasallador que el Bien y la bondad no son suficientes para apartarle de sus dominios. Aquí, el Bien queda simplemente como una idea deseable para poder corregir el rumbo tomado por el tirano en su mandato, pero William Shakespeare deja muy claro que es un pensamiento irrealizable a todas luces.
“Estoy en un mundo donde a veces se tiene por locura hacer el bien, y se tributan elogios a la maldad.”
Adentrándonos en esta apasionante obra, la victoria de Macbeth y Banquo sobre el rey Suenon de Noruega le sale muy cara al rey Duncan. Una deuda que pagará con su sangre. Tras esta victoria, el rey Duncan cometerá un grave error al nombrar a su hijo Malcolm como heredero al trono, sorprendiendo al culto lector de Lux Atenea por la inocencia, irresponsabilidad, e inmadurez que envuelve a este acto, siendo algo impropio en una persona de su posición frente a esa situación. La consecuencia de tales actos no se hará esperar, y será el origen de un horrible periodo marcado por asesinatos y muertes que dejarán huella en el futuro gobierno de Escocia. El rey será asesinado. Banquo encubrirá el crimen cometido por Macbeth pero, al conocer lo que nadie debe conocer, también quedará marcado su destino con el sello de la tragedia por orden del nuevo rey. Más aún, tras conocer Macbeth el augurio comentado por las brujas sobre el futuro de Banquo. Macbeth lucha contra su conciencia, pero le puede más su ambición y sus ansias de poder, por lo que no dudará un instante en hacer uso del asesinato no sólo para conseguir el poder supremo, sino también para que permanezca en sus manos. Personificando a la maldad, ejecutará sus acciones de manera precisa, instantánea, y fulminante sin que le tiemble el pulso, pero, curiosamente, Macbeth es una persona que tiene autocrítica, que se juzga a sí mismo con absoluta rigidez, y teme mucho más la mala opinión que él pueda llegar a tener de sí mismo, que la horrible visión que de él tengan el resto de las personas. Por este motivo, el peor enemigo de Macbeth se llamará Macbeth.
“Aquí las sonrisas son puñales.”
Macbeth es ambicioso y se muestra implacable con quienes se oponen a sus designios. Macbeth no teme a Dios, sino que se teme a sí mismo, y este elemento crucial de su personalidad provocará que se corrompa y aniquile desde dentro de sí mismo. Macbeth se ve como líder indiscutible de la comunidad pero, con el talón de Aquiles de su inestable personalidad, desconfía porque no se ni fiaría de sí mismo. Con esa rabia y ese fuego interior imposible de apagar, se comportará con el resto de las personas que le rodean de forma despótica hasta la saciedad y sin ningún tipo de límite, atrapando a sus súbditos en una tela de araña de corrupción y falta de ética que los llevará a vivir en la absoluta desconfianza entre ellos. En esta delicada situación, cada uno de sus vasallos terminará encerrándose en una individualidad forzosa porque, al encontrarse totalmente condicionados por el abusivo modo de gobernar del rey, sus inseguridades dan forma y solidez a su propia cárcel psicológica dentro de la prisión de sus pensamientos. Y si hablamos de Lady Macbeth, su esposa, sabe muy bien cómo manipular a Macbeth para conseguir que haga lo que ella desea pero, una vez Macbeth ha alcanzado el poder y es nombrado rey, pierde toda su influencia y su control sobre los hilos que permitían manejar a Macbeth según su antojo y criterio. Pese a que Lady Macbeth es cómplice y encubridora de los crímenes cometidos por Macbeth, y aunque pueda parecer al bibliófilo lector de Lux Atenea que posee una personalidad fría y calculadora, el sentimiento de culpa acabará afectándola igualmente. Terminará siendo prescindible para los intereses de su marido una vez ha conseguido lo que buscaba y, al final de la obra, Lady Macbeth acabará viendo la opción del suicidio como única salida a su desesperante situación.
“Muchas veces tenemos por amor lo que es verdadera desgracia.”
La presencia de lo sobrenatural es constante en toda esta historia. Espíritus que aparecen y desaparecen de la escena, sombras, sonambulismo, presagios… aspectos que dan un siniestro colorido literario a esta obra hasta dar una fuerza y un ambiente muy especial a las escenas que aquí se desarrollan. Además, la presencia de las brujas acabará sorprendiendo al lector por el mensaje de sus presagios, condicionando gran parte de sus pensamientos sobre las acciones leídas. Como gran momento estelar que resalta el protagonismo de estos hechos sobrenaturales durante la obra, destaca especialmente la escena donde Macbeth ve al espíritu de Banquo sentado en su asiento durante la cena. Una imagen que únicamente verá él entre todos los allí presentes. Una figura fantasmagórica que lo dice todo sin tener que decir nada. Malcolm versus Macbeth, el Bien contra el Mal, la luz frente a la oscuridad, y en un ambiente tan opresivo, el enfrentamiento entre Macbeth y Malcolm terminará siendo inevitable. En la lucha final, el ímpetu guerrero de Macbeth y su seguridad en la victoria se vendrán abajo tras descifrar con claridad la última profecía de las brujas. Eso sí, sin dejar de luchar acabará aceptando conscientemente el inexorable destino que ha vislumbrado. En definitiva, “Macbeth” es una atrayente historia de crueldad, de amoralidad, de violencia, y de ausencia de ética alguna como culto existencial al lema “El fin justifica los medios”. ¿Cuántas veces a lo largo de la Historia de la Humanidad se ha logrado alcanzar el poder a través de la traición y del derramamiento de sangre? “Macbeth”, el poder supremo, los miedos interiores, y la misantropía amalgamados en una sola persona. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“¿De qué sirve el poder sin la seguridad?”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2155 // Reseña Literaria: 629 Reseña actualizada. Publicada el 7 de septiembre del año 2013 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information: Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
“El método es, en nuestros días, más esencial que la doctrina misma, y además lo único susceptible inmediatamente de una plena regeneración.”
De unos años a esta parte, algunas de las obras literarias que he seleccionado para su lectura y análisis tienen como punto en común el interesante universo de la sociología. Una temática científica en constante crecimiento dentro del complejo mundo del siglo XXI que estamos viviendo, y cuya importancia e influencia en la tecnificada sociedad posmoderna es haberse convertido en fundamental para su acertado análisis y comprensión. Uno de estos atrayentes libros que me ha llevado directamente al origen primigenio de esta corriente científica ha sido “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, escrito en el siglo XIX por uno de sus intelectuales más brillantes: el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857). Considerado por muchos expertos como el padre de la sociología, dentro del mundo de la filosofía, este destacado intelectual francés revolucionó su convulsa época con una nueva dimensión conceptual relacionada directamente con el inminente predominio del mundo industrial, fundiendo lo más avanzado del pensamiento científico con las incuestionables ventajas de las aplicaciones tecnológicas orientadas en su conjunto a la prosperidad social y al progreso. Auguste Comte se referirá a esta innovadora visión con el término “positivismo”. Bajo la sombra conceptual de esta mente adelantada a su tiempo, en su obra “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, los bibliófilos lectores de Lux Atenea pueden encontrar las bases que fundamentan a algunas de las claves que explican la profunda transformación experimentada por las sociedades occidentales más avanzadas del siglo XX entregadas en cuerpo y alma a la nueva era industrial. Por este motivo, la atenta lectura de una obra literaria tan innovadora se convierte en uno de los pasos obligados para poder analizar la importancia de la influencia de la Ciencia y de los avances tecnológicos en el colectivo social, siendo el positivismo, el intento de optimización de esta influencia bajo parámetros puramente científicos en pro del bienestar y de la prosperidad.
“Constituir sólidamente una activa moral universal, prescribiendo a cada agente, individual o colectivo, las reglas de conducta más conformes con la armonía fundamental.”
Mucho se ha hablado sobre la innegable influencia conceptual del ilustre conde de Saint-Simon, Claude-Henri de Rouvroy (1760-1825), en la nueva visión social englobada por Auguste Comte dentro del positivismo. Pero esa influencia es más orientativa que descriptiva debido a que la mente intelectual de Claude-Henri de Rouvroy es más teórica y filosófica que científica. En cambio, Auguste Comte, con su mentalidad puramente científica, es conceptual y filosóficamente opuesto a lo religioso y a lo metafísico, considerando su influencia en la sociedad como paso obligado en la inevitable evolución mental del colectivo humano. Uno de los apartados más cautivadores y atrayentes de este libro es precisamente donde Auguste Comte va describiendo y analizando esta evolución inevitable del ser humano desde una mentalidad religiosa y metafísica hacia otra científica mucho más real y avanzada, presentando con sumo detalle las características y los defectos de ese mundo religioso y metafísico incapaz de ofrecer mayor calidad de vida y una mejor aproximación a la realidad tanto a la sociedad como a los individuos en su expansiva esencia de crecimiento interno y exterior. Esa mayor aproximación a la verdadera realidad del mundo en el cual vivimos, esa transformación del entorno en pro del bienestar humano, esa explicación convincente y demostrable que ofrece la Ciencia a hechos y sucesos que la mente religiosa ha venido relacionando única y exclusivamente con la divinidad, es lo que sienta las bases de este positivismo social apoyado en el ideal científico como inevitable paso que la Humanidad debería dar para dar continuidad a su imparable transformación evolutiva. La Ciencia, bajo conceptos y normas positivistas, podía convertirse en ese pilar sobre el cual la sociedad pudiera quitarse ese lastre que le ha impedido abrir los ojos a una realidad más prospera y adecuada al espíritu humano. La sociedad industrial, como claro ejemplo del inicio del predominio de la influencia de la mente científica en la sociedad, queda establecida como una potente energía expansiva desarrollada por el colectivo humano en su intento de adaptar lo material a sus necesidades, transformando a su vez no solamente su sociedad sino también su mente. Auguste Comte, con su positivismo, trata de optimizar esa fuerte expansión para que el crecimiento también suponga una elevación del nivel de vida en toda la sociedad, unificada en pro del progreso. La realidad, finalmente ha supuesto la expansión de la sociedad industrial en el mundo del siglo XX y no ha traído precisamente esa Edad de Oro soñada por Auguste Comte dentro de su positivismo.
“Las convicciones racionales han podido apoyar a las creencias teológicas, o más bien sustituirlas gradualmente, a medida que la fe se ha ido apagando.”
Como en muchos otros libros filosóficos, la impresionante obra “Discurso Sobre El Espíritu Positivo” también nos ofrece dos caras opuestas en su dimensión conceptual aplicadas a su esencia y a nuestro presente. Tras su lectura y análisis, en este libro he encontrado algunas claves conceptuales que estoy seguro que serán aplicadas en un futuro más cercano que tardío cuando la imparable globalización termine de interconectar cada ciudad, nación, y continente en una red de interdependencia comercial y cultural que ya está dando forma a una nueva civilización cuyas fronteras abarcarán a todo el planeta por primera vez en nuestra historia. En cuanto este hecho sea una realidad, y no creo que tengan que pasar muchas décadas para alcanzar ese estado de globalidad cultural, económica, y social, algunas de las claves y de las bases del positivismo descritas por Auguste Comte pueden ser aplicadas en la sociedad futura con absoluta eficacia dado el carácter científico y tecnológico que caracteriza a la posmodernidad. La admirable precisión y el acertado pragmatismo que Auguste Comte presenta en esta obra ofrecen ese conocimiento práctico, y sería muy curioso que finalmente sea en la sociedad posmoderna y no en la industrial donde una parte de las bases del positivismo puedan encontrar su aplicación social más efectiva. Por otro lado, siendo conscientes de que el positivismo en su conjunto está conceptualmente superado, la inevitable influencia de lo tradicional en la mente de Auguste Comte deja en esta obra algunos conceptos del positivismo o completamente obsoletos, o demasiado anclados en un ideal humano íntimamente ligado al buenísmo. Pero, de lo que no cabe la menor duda es que Auguste Comte es esencial para poder conocer el incuestionable valor de la sociología como una de las corrientes científicas más pragmáticas, dinámicas, y eficaces en sus aplicaciones sociales en este siglo XXI, y para encontrar ese fundamento nítido y claro sobre la evolución de la mente del ser humano desde un origen religioso y metafísico a otro científico. Como último apunte, fue muy curiosa la experiencia que tuve mientras analizaba estas páginas cuando en una de sus hojas leí el lema creado por Auguste Comte para el positivismo: orden y progreso. Inmediatamente, tomé consciencia de que estas palabras ya las había visto o leído anteriormente y, sin hacer uso de la vía fácil que es la consulta en Internet, tratando de recordar su origen al final supe en dónde había visto escrito ese lema: en la bandera de Brasil, “Ordem E Progresso”. Posteriormente, investigando sobre la historia de la bandera brasileña comprobé que viene incluyendo el lema positivista de Auguste Comte desde el año 1889. Interesante presencia del positivismo en el mundo. “Discurso Sobre El Espíritu Positivo”, un libro fundamental para poder analizar y comprender la importancia del pensamiento científico en nuestra mente y en nuestra sociedad actual. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Perfeccionamiento, a fin de conocer mejor nuestra condición fundamental y el destino esencial de nuestra actividad continua.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2154 // Reseña Literaria: 628 Reseña actualizada. Publicada el 16 de diciembre del año 2009 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information: Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Publicado por: VALDEMAR ISBN: 84-7702-659-4 Edición: 2009 (EDICIÓN COMPRADA)
“El dibujo debía resaltar algún gesto verbal evidente por parte del personaje adecuado, o el texto debía sugerir en sí mismo y sin dejar lugar a dudas quién lo estaba pronunciando.”
Este genial artista estadounidense del dibujo llamado Charles Addams (1912-1988) revolucionó la viñeta humorística en su época dando un toque de modernidad, de frescura, una clase y un estilo hasta entonces nunca visto en esta rama artística. Sus ideas fueron novedosas hasta tal punto que rompieron todos los esquemas establecidos, e incluso, en este siglo XXI, su humor gráfico sigue provocándonos alegría, risas, e inevitables carcajadas. Charles Addams fue un experto one-liner que, desde su adolescencia, destacó con un estilo único e inigualable a la hora de dibujar escenas donde el humor reina a placer. Años después, será inevitable su entrada en The New Yorker, la publicación más prestigiosa de la época donde podían aparecer los cartoons de un dibujante. Una posición de auténtico privilegio ganada a base de tesón, de trabajo, y de constancia en la realización de su obra. Inmerso en un momento de gran éxito en su carrera, Charles Addams vería publicada el día 6 de agosto de 1938 la primera entrega de su serie más conocida, “La Familia Addams”, protagonizada por unos personajes ya míticos que le llevarían a la fama mundial gracias a sus siniestras personalidades. Los cultos lectores de Lux Atenea ya conocen a Morticia, a Gómez, a Fétido, a Miércoles… Unos personajes que ya forman parte de la cultura gótica gracias a su ingenioso humor negro, y que sólo la virtuosa inteligencia artística de Charles Addams pudo dar alma en sus dibujos.
En estas atrayentes páginas podrán observar y disfrutar esa otra cara de la realidad urbana, de la intocable religión, de las relaciones de pareja fundadas en la apariencia, de la aséptica Ciencia, de la magia de lo mitológico, del encanto que ofrecen los cuentos, de la política siempre tan seria… Facetas humanas en manos de Charles Addams que en estos tiempos serían considerados como racistas, crueles, e, indiscutiblemente, como políticamente muy incorrectos en la supuesta era de la libertad de pensamiento y de expresión que estamos viviendo. Creo que al genial artista Charles Addams le dejaría absolutamente descolocado la censura actual, sobre todo en los Estados Unidos de América. Incluso algunas publicaciones actuales consideradas socialmente como trasgresoras, no creo que tuvieran el valor y el coraje necesario para publicar algunos de estos dibujos por miedo a la reacción que pudieran provocar en la opinión pública. A los bibliófilos lectores de Lux Atenea les fascinará esta magnífica edición, habiendo quedado muy claro en estas páginas cómo fue la libertad de expresión mostrada por Charles Addams en su obra, perfilando con suma inteligencia este humor negro irreverente en su estado más puro. Su admirable estilo a la hora de crear escenarios tan bellos como sacados de contexto, le permitió moverse con soltura en el complicado equilibrio existente entre la realidad y la ficción, provocando la sorpresa en el lector de la forma más sutil y directa. En estos dibujos comprobarán fielmente que prácticamente nada ni nadie quedó sin ser incluido en estos escenarios humorísticos. Con el paso de los años, la Familia Addams también tuvo su protagonismo y popularidad como serie de televisión y en películas destinadas a la gran pantalla, expandiendo a nivel mundial esta siniestra magia llena de sarcasmo, de sátira, de ironía, en una atmósfera tétrica y un tanto macabra que divierte (y seguirá divirtiendo) al gran público. Este es el siniestro encanto visual que Charles Addams ofreció al mundo con su arte humorístico, y con ideas reflejadas en dibujos con los cuales logró dar encanto y personalidad a los miembros de esta familia inspirada en el universo del terror gótico. Como apunte final, recomiendo la adquisición de esta preciosa edición de pequeño formato porque les asegurará inevitables risas en cada relectura de la obra. “La Familia Addams”, otra joya literaria publicada con estilo por la editorial Valdemar. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“The New Yorker no estuvo completo hasta que Addams empezó a publicar en él.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2153 // Reseña Literaria: 627 Reseña actualizada. Publicada el 6 de diciembre del año 2010 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information: Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Quiero dar las gracias a la editorial Gedisa por su cortesía al enviarme este promocional digital.
Publicado por: EDITORIAL GEDISA ISBN: 84-9784-609-7 Edición: 2010 (Libro Digital Recibido Como Promocional) Páginas: 192
“La principal diferencia que los no-muertos ostentan con respecto a los vivos es que los primeros no saben morir, porque su destino se ha convertido en algo presente y negativo.”
En la primera década del siglo XXI asistimos al sorprendente éxito entre el gran público (sobre todo adolescente) de un fenómeno cultural global antes dirigido únicamente a las personas que, de un modo u otro, estaban relacionadas con el gusto por la belleza siniestra y/o con la escena gótica. El pensamiento posmoderno está definiendo la estructura y las inquietudes sociales del nuevo mundo globalizado, y la decadencia que se está empezando a observar en la sociedad materialista tremendamente consumista que reniega totalmente de los planteamientos y de las creencias religiosas, está provocando en la franja más joven de la población una sensación de vacío existencial que se está apreciando hoy día muy claramente tanto en sus gustos, como en su identificación con un carpe diem de corte gótico basado en principios cercanos al Decadentismo existencial. Un vacío ético y moral que no ha tardado mucho en verse reflejado en el éxito comercial de obras artísticas que se presentan en forma de libros, películas, y series de televisión cuya temática está basada principalmente en el siniestro mundo de ficción relacionado con los no-muertos (vampiros, zombis…). Unas criaturas tenebrosas que, en pocos años, han pasado de causar miedo y temor en la sociedad a ser considerados como modelos morales y éticos de una perspectiva de la vida. Precisamente, las ansias posmodernas de tener una larga vida tienen su reflejo en estos seres tras haber logrado por fin esquivar a la muerte hasta hacer del tiempo algo casi circunstancial en su destino. El cuerpo eterno que no muere, provoca en estos seres cambios en su perspectiva con la cual observan y analizan el mundo de los seres humanos, y, curiosamente, esa misma lógica es la que está atrayendo a este porcentaje de la sociedad más joven que, dentro de tres o cuatro décadas, serán quienes la gobiernen y dirijan. Como los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán comprobar en este ensayo, estamos ante un modelo de perspectiva existencial absoluto. Para dar una explicación seria y razonada basada en hechos y datos de conocimiento público, el autor del libro ha escrito un extraordinario ensayo donde analiza esta corriente social que ha dejado a un lado lo puramente estético, para lanzarse de lleno a otra visión con la cual ver nuestro presente y futuro: lo siniestro.
“Los grandes sistemas filosóficos y teológicos ceden su espacio a los encuentros vitales, que no pueden ser obviados, traspapelados, retocados, reconstruidos o falseados ideológicamente y que trasiegan de pecho en pecho con la confianza que dan la amistad y el amor, y con la autenticidad que atestan las vidas intensas, cuya medida no agota el morir.”
En la actualidad, la Ciencia ha quitado toda la magia y toda la fascinación que provocaba la visión de la vida en los seres humanos. Esta misma Ciencia está analizando y tratando a la vida como si fuera un mecanismo de carácter orgánico al cual debe estudiar y comprender al detalle para saber cómo funciona. Planteamientos como el alma, el espíritu, Dios, el amor… son variables que la Ciencia desprecia por no ser reproducibles ni demostrables en un laboratorio, renegando además de quienes creen en ellos públicamente. Y en esta aspiración de los científicos para convertirse en nuevos dioses sobre la faz de la tierra, el calado de sus planteamientos en la sociedad es lo que ha permitido la identificación de los ciudadanos actuales con estos seres no-muertos que, pese a su naturaleza puramente ficticia, son vistos por sus seguidores como ejemplos de cómo ver y sentir el mundo en el que vivimos. El éxito comercial de la saga literaria “Crepúsculo” tras su traslado audiovisual a la pantalla, el éxito de otra saga literaria convertida en la serie de televisión “True Blood” destinada el gran público, las exitosas películas de la saga “Resident Evil” basadas en videojuegos, el éxito de la serie de televisión “The Walking Dead”… son claros ejemplos de este éxito comercial basado en el interés del público que disfruta viendo estas obras donde los no-muertos son los principales protagonistas. Aunque es verdad que esta temática cinematográfica tiene un pasado que se remonta a principios del siglo XX, parece que estas obras han encontrado en los ciudadanos del siglo XXI a ese gran público que las ha sacado de su etiqueta underground para re-etiquetarlas como novedosas y actuales. Obras cinematográficas tocadas con el beneplácito del gran público, y cuyo exitoso torbellino que generan está arrastrando en esta re-etiquetación pública de otros géneros anteriormente destinados a minorías como, por ejemplo, el cine gore. Películas como “Saw”, “Hostel”… han encontrado una aceptación social mucho mayor de lo que inicialmente esperaban las productoras, y sus macabras temáticas empiezan a encontrar un creciente porcentaje de espectadores ansiosos de sentir nuevas experiencias extremas en la gran pantalla, y sin que estos gustos cinematográficos sean vistos por la sociedad como algo inadmisible o rechazable. En este admirable ensayo, los bibliófilos lectores de Lux Atenea conocerán cómo los ciudadanos del siglo XXI quieren sentir experiencias cinematográficas fuertes que les impacten, pero siempre desde la seguridad que ofrece el visionado de unos hechos que racionalmente son vistos como ficticios, aunque les puedan llegar a impresionar y conmocionar.
“El peligro está en el punto de partida que tenemos, emboscados constantemente por la acechanza inconsciente de la muerte.”
Indudablemente, esta es una corriente social que está experimentando un fuerte crecimiento en todo el mundo en cuanto a su número de seguidores, y que, en España en particular, ha arrebatado en cinco años toda la base cultural que la escena gótica nacional tanto ha despreciado en el pasado, desprecia en la actualidad, y seguirá despreciando aún más en el futuro por haber sido tocada por la misma sociedad de la cual siempre se ha sentido muy superior. El conocimiento y el interés por la cultura gótica se ha extendido en la mayoría de los países desarrollados de todo el mundo gracias a la identificación de un gran número de personas con ella, y va a continuar siendo así en los próximos años. En el caso de España, esta corriente artística y social va a dejar apartada a un lado a la escena gótica nacional ya bastante obsoleta y desgastada por falta de renovación generacional, y cuya cerrazón mental les ha llevado a identificarse únicamente con su música y con su estética. Eso sí, siendo partícipes de una escena gótica condicionada totalmente por el impacto publicitario y por el consumo de todas estas obras siniestras creadas al margen suyo. “Vampiros y Zombis Posmodernos”, el análisis de esta corriente social posmoderna despejará dudas y revelará importante información a muchos de los lectores de Lux Atenea interesados en esta temática. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“Sed de sangre, sed de carne, sed de una vida más potente que la muerte, sed de alma, sed de significado. Nuestra juventud manifiesta del modo más optimista posible, a través de nuestros nuevos mitos vampíricos.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2152 // Reseña Literaria: 626 Reseña actualizada. Publicada el 31 de agosto del año 2012 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information: Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
“Sólo se estima a las personas en función de las ayudas y beneficios que se espera recibir de ellas.”
Es obvio que la literatura escrita por el Marqués de Sade (1740-1814) fue una revolución y un escándalo social y artístico en su época. Es más, incluso en este avanzado siglo XXI, su sola mención sigue provocando reacciones de rechazo o repulsa en una gran parte de los ciudadanos al creer que sus obras fueron escritas por un degenerado, un depravado, o un libertino adicto al vicio más extremo, eso sí, basándose en una rumorología popular difundida por personas que no han leído ni analizado el trasfondo de estos libros. Una visión distorsionada de “Los Infortunios de la Virtud” que ha sido interesadamente provocada en su mayor parte por estructuras sociales tradicionales supuestamente defensoras de la moral y de la ética, o por mass media entregados al sensacionalismo informativo interesadamente deformado cuya visceralidad narrativa no es mal vista, siempre que ello suponga un share mayor que el de la competencia o un exitoso clickbait en Internet. Una difusión del Marqués de Sade y su obra literaria que no comparto en absoluto como analista cultural, porque estoy seguro que la mayor parte de quienes hablan en tales términos sobre sus libros, o no los han leído (la inmensa mayoría) o se han quedado en lo meramente superficial (o sea, en lo depravadamente carnal). Tanto una como otra opción no son muy fiables desde el punto de vista informativo para poder conocer el trasfondo latente en estas obras literarias extremas y reveladoras. Partiendo de la base de que el Marqués de Sade demostró a aquella anquilosada sociedad europea que no hacía falta ser afín a los gustos sadomasoquistas para poder leer cualquiera de sus sagaces obras, la clave de este rechazo social e institucional viene dado por las verdades humanas que Donatien Alphonse François de Sade describió en sus novelas, mostrándolas al público con toda su crudeza.
“Lamentablemente es muy cierto que la prosperidad suele acompañar al comportamiento más canallesco y que, en medio del desorden y de la corrupción más premeditada, lo que los hombres llaman felicidad puede acompañarles la vida entera.”
Parece un escándalo moral y ético que un escritor describa con tanto detalle estos actos psicológicamente tan crudos en sus libros, pero el bibliófilo lector de Lux Atenea puede informarse a través de los periódicos, de los informativos en radio y televisión, o directamente en Internet, y comprobar con sus propios ojos cómo muchas de estas acciones (e incluso peores y más terribles) son cometidas prácticamente a diario y con absoluta impunidad por los seres humanos en todo tipo de países, culturas, y sociedades, inclusive en las más avanzadas. El abuso de poder de unos seres humanos sobre otros, y el uso de la violencia para poder conseguir sus retorcidos fines si ello fuera necesario, no es únicamente propio de los asesinos en serie o de los psicópatas más macabros como algunos piensan. En ciudadanos aparentemente ejemplares y hasta en dirigentes en todo tipo de organizaciones e instituciones, tenemos claros ejemplos de sus acciones cometidas sobre otros seres humanos que, de cuando en cuando, son finalmente reveladas al público a través de diversos medios de comunicación de masas. Mayormente, esas personas no han leído un libro del Marqués de Sade y ni les suena en absoluto su vida y obra. El desafío moral y ético del Marqués de Sade en sus obras más que condicionar y alterar mentalmente a los lectores de sus libros, más bien viene causado por el revuelo social que provoca escribir y describir aquellos terribles actos que suele hacer el ser humano a sus semejantes en cuanto tiene el poder absoluto sobre ellos, mostrándose como un auténtico homo homini lupus. El contenido y el mensaje mostrados por el Marqués de Sade en sus tramas literarias tienen como trasfondo real el poder revelar públicamente aquello que no ha de ser revelado al conjunto de la sociedad, escribiendo con absoluta crudeza sobre la oscura esencia humana cuando la persona o las personas se sienten inmunes, hagan la barbaridad que hagan. Precisamente el escándalo literario creado por el Marqués de Sade en su época no viene dado por las crudas temáticas tratadas en sus libros, sino por escribir sobre aquello que, aunque real, no se ha de difundir socialmente. Una oculta presencia de estos actos en lo humano siempre presente en mayor o menor medida desde las primeras sociedades tribales, desde la creación de las primeras ciudades y de los primeros Estados, de las primeras religiones institucionalizadas, y todos los abusos de poder que trajeron consigo fueron transmitiéndose a todos los niveles en sus estructuras sociales.
“Que lo que se considera un delito en Francia deja de serlo a unas cien leguas de ella; que no hay ninguna acción que realmente sea considerada como un delito de modo universal y que, en consecuencia, en el fondo no existe razón alguna para que se le llame delito, que todo es una cuestión de criterio y situación geográfica.”
Estoy casi seguro que, en aquella época, algunos de los poderosos que señalaron y condenaron públicamente al Marqués de Sade se vieron reflejados como protagonistas de algunas de las brutales acciones que él había descrito con sumo detalle en sus libros. Una hipocresía social que perdura actualmente, y mucho más con la plaga de buenísmo existencial que parece haberse adueñado de la ciudadanía occidental desde principios del siglo XXI. Ese rechazo a la obra literaria del Marqués de Sade sigue formando parte de la hipocresía social actual, siendo su mayor baluarte el difundido mensaje con el cual establecen que quien lee al Marqués de Sade es un sádico. Si aplicáramos con la misma contundencia y firmeza ese lema a la ciudadanía en su totalidad, también quienes ven películas de cine negro son asesinos o mafiosos en potencia, quienes leen literatura erótica son viciosos, quienes leen libros sobre medicina son médicos, quienes ven documentales de animales son zoólogos o etólogos, quienes ven películas de terror son desequilibrados mentales que desean el horror en su vida cotidiana, quienes juegan a videojuegos son personas de mente infantil que solamente quieren pasarse la vida jugando, quienes disfrutan con los juegos de rol son potenciales asesinos en serie, quienes conducen potentes motos de gran cilindrada son violentos pandilleros que siembran el terror en las carreteras, quienes disfrutan viendo carreras de Fórmula 1 son potenciales conductores adictos a la velocidad que se saltarán todas las normas de circulación en las autopistas… y, prejuicio tras prejuicio, así podía estar poniendo un ejemplo tras otro sobre la absurda realidad humana y psicológica en la cual se basa ese mensaje socialmente aceptado en Occidente, y que señala a quienes leen al Marques de Sade como sádicos. Una vez aclarado este análisis y esta perspectiva a través de la cual analizaré esta obra literaria del Marqués de Sade, “Los Infortunios de la Virtud” (1787), adentrémonos en su libro más emblemático y con mayor difusión en su época.
“La crudeza de los ricos legitima las malas acciones de los pobres.”
Han pasado más de dos siglos desde que el Marqués de Sade escribiera esta obra como tentativa literaria inicial, terminándola posteriormente en su famosa obra “Justine y Juliette” que incluía dos visiones de la realidad humana a través de la virtud convertida en irrefrenable objeto de deseo carnal y de degradación (Justine), y en absoluto contraste con el vicio convertido en camino social para poder alcanzar la fama, el triunfo, y la riqueza (Juliette). En “Los Infortunios de la Virtud”, es Justine quien protagoniza este tortuoso camino por la vida a través de todo tipo de situaciones donde el denominador común será el abuso de su cuerpo por parte de todo tipo de personas, aprovechándose de su difícil y desamparada situación. En “Los Infortunios de la Virtud”, los cultos lectores de Lux Atenea irán comprobando cómo hombres y mujeres, ricos y pobres, religiosos y personas con una gran reputación social… van convirtiendo la desgraciada vida de Justine en un vía crucis donde en cada acto sufrido por Justine para el placer ajeno, el Marqués de Sade va desgranando paso a paso la cruda realidad del comportamiento del ser humano con sus semejantes en cuanto detecta cualquier atisbo de indefensión, de debilidad económica, de inocencia, de fragilidad social… no dudando en dar rienda suelta a sus instintos más bajos y demoníacos aprovechando esa oportunidad que se le presenta. Las apariencias de las personas, por bondadosas y amables que puedan presentarse ante Justine, siempre acabarán mostrándose en privado con el terrible rostro infernal que se ocultaba tras esa máscara pública. Además, serán precisamente las virtudes que posee Justine como persona las que se convierten en el origen de sus desgracias más atroces, tras haber pasado por el prisma demoníaco de la mente humana más corrupta y depredadora.
“En un mundo totalmente corrupto, jamás te aconsejaría otra cosa que no fuese el vicio. El que no sigue el camino de los otros inevitablemente pierde; todo aquel que se encuentra con él lo golpea y, como es débil, acaba necesariamente siendo aplastado.”
Habrá quienes quieran darle un análisis puramente carnal a la trama y a los actos que se suceden en “Los Infortunios de la Virtud”. Personalmente, creo que se quedan en un segundo plano en cuanto a su relevancia y a su importancia dentro del mensaje principal que fundamenta la obra. Más que el hecho en sí, por crudo que sea, es el trasfondo y el origen de ese acto lo que ha de ser analizado porque, por desgracia, tan terrible y tenebrosa realidad sigue estando presente en el siglo XXI a pesar de todos los avances y de todas las bondades que nos quieran vender para hacernos partícipes de esta sociedad aparentemente tan moderna y esplendorosa. Lo único que sí tienen las sociedades más avanzadas del siglo XXI es la comodidad que presentan en lo cotidiano y, por desgracia, la sociedad del bienestar que ha sido dominante en Occidente desde finales del siglo XX, está tocada de muerte. Paso a paso y de forma inexorable, vamos retornando a la jungla urbana marcada socialmente por el lema del “sálvese quien pueda”, y en esta creciente realidad que va a ser dominante a nivel social en las próximas décadas, los actos descritos por el Marqués de Sade en obras como “Los Infortunios de la Virtud” serán aún más cotidianos de lo que creemos porque el ser humano es verdaderamente así: el mayor depredador de su propia especie. Hay quienes analizan la sociedad y afirman que lo que mueve verdaderamente a la misma es el dinero. Siento no estar del todo de acuerdo con esa afirmación tan categórica porque, si bien es verdad que el dinero tiene la misma importancia en la sociedad que la sangre en nuestro cuerpo, en realidad son los vicios de todo tipo los que condicionan realmente el destino de cada sociedad. Son múltiples los ejemplos históricos, y haciendo referencia a todo tipo de culturas, sociedades, y pueblos, ya sean estos de Oriente o de Occidente, ya sean en sociedades tradicionales o industriales, ya sean en sociedades más ricas o más pobres, ya sean en sociedades laicas o religiosas… al final, son las consecuencias que traen los vicios en quienes tienen verdaderamente el poder, los que condicionan las decisiones finales que afectarán al conjunto de la sociedad. Esta forma de actuar lleva milenios establecida en el ser humano a todos los niveles sociales, de la misma forma que la mayor parte de los actos descritos por el Marqués de Sade en “Los Infortunios de la Virtud” están condicionados por el nivel de poder del individuo sobre la vida de otros que hayan entrado dentro de su área de influencia. Así de crudos, de salvajes, y de reales son los actos protagonizados por el ser humano sobre la faz de la tierra, y así fueron descritos con todo detalle por el Marqués de Sade en esta obra que, increíblemente, terminó en tan solo quince días (8 de julio de 1787). “Los Infortunios de la Virtud”, ¿perversión, misantropía, o realidad humana? ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“En toda la superficie de la tierra no encontramos más que hiel y espinas.”
Félix V. Díaz En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.
Reseña Cultural: 2151 // Reseña Literaria: 625
Reseña actualizada. Publicada el 17 de octubre del año 2007 en Lux Atenea.
Información Muy Importante / Very Important Information:
Esta reseña ha sido escrita por un ser humano, no por una Inteligencia Artificial / This review is a human writing, not an Artificial Intelligence writing
Publicado por : RBA
ISBN : 84-473-2932-1
Edición : 2003 (EDICIÓN COMPRADA)
“Dame un beso largo como mi destierro, dulce como la venganza.”
Si el culto lector de Lux Atenea quiere encontrar una obra del ilustre Maestro de la Literatura Inglesa William Shakespeare (1564-1616) con una trama intensa, tanto en hechos como en escenarios, el libro seleccionado será “Coriolano”, la historia de un laureado y valiente militar romano que acaba sufriendo la injusticia a manos de los mismos ciudadanos a los que defendió. En la obra “Coriolano” el combate se mostrará impetuoso, viril pero sin picardía, y sin esa visión maquiavélica que lo podría convertir en crucial, en invencible. Un combate que podría encumbrar hasta alcanzar el poder para no abandonarlo jamás porque Coriolano es la fuerza interior poderosa y desmedida, imparable, pero cuyo centro de gravedad puede ser manipulado por agentes externos en pro de su perjuicio personal. De por sí, en “Coriolano”, el refrán “más vale maña que fuerza” estará siempre presente durante todo el desarrollo de la trama. Es verdad que Coriolano es un héroe y, como buen militar romano, demuestra su culto al valor y a la valentía. La retirada, la derrota, y el deshonor no tienen cabida en su enérgico ser, pero en una persona de su posición y con su poder, un orgullo tan hinchado suele conducir al irremediable fracaso futuro. Un aspecto de su personalidad que queda más acentuado todavía al no ser magnánimo, ya que Coriolano es el orgullo extremo que no acepta oposición ni sombra, y siempre siente la clemencia como un intento de humillación. Coriolano también es una persona con grandes virtudes, y la codicia no lo tienta porque no es esclavo de lo material. La ambición tampoco osa decir su nombre porque en sus principios no tiene refugio, y la adulación o la pleitesía son rechazadas por su fétido olor. Coriolano es íntegro y noble, pero insensible al dolor que provoca la verdad que sale de sus labios y cae debido a su negativa a no decir la verdad porque, como hombre virtuoso que es, como héroe, desprecia la mentira. Por este motivo, termina despreciando al populacho por su falta de principios y se convierte en una persona solitaria enfrentada a una multitud hostil cuando, en realidad, deberían mostrar respeto y agradecimiento a Coriolano por los siglos de los siglos.
“Mejor quiero servirlos a mi manera, que mandar sobre ellos.”
Existe un nexo de unión entre Timón de Atenas y Coriolano: su pueblo y sus gentes los han despreciado y los han humillado. A Timón de Atenas (leer reseña) negándole una caridad de sobra merecida, y a Coriolano expulsándole de una ciudad que tantas veces había defendido y salvado de la catástrofe. Ambos casos son ejemplos claros del súmmum de la ingratitud. Coriolano es franco y muy claro como Timón de Atenas, dice las cosas que piensa sin importarle lo que la gente opine sobre ellas, y para Coriolano, las personas están con él o contra él, y no existe el término medio. Las cosas son blancas o negras, y los seres grises le parecen de lo más despreciable. Además, a la plebe le gusta ver caer a aquellos que poseen principios férreos e inamovibles, y oponen el victorioso peso de su número a la frágil perfección de la Bella Virtud. Coriolano desprecia lo plebeyo y le gusta someter a la plebe, y esta conducta tiende a irritarla y volverse en su contra. Desprecia la opinión pública y, si viviera en la actualidad, los bibliófilos lectores de Lux Atenea no tendrían ninguna duda de que sería considerado como “hombre políticamente muy incorrecto” y tildado de fascista hasta la médula. En esta extraordinaria obra también podemos ver el reflejo del inmenso poder de la palabra, capaz de derribar a la persona más poderosa si no lo tiene en cuenta ni atiende a sus provocaciones y desafíos. Por este motivo, Coriolano acaba siendo la valiente oveja rodeada por el rebaño de lobos disfrazados de tiernas y dulces ovejitas. El héroe cae derrotado ante tal avalancha opositora porque el héroe no ha nacido para vivir entre seres humanos, sino para tener su existencia en el Universo Celestial al lado de seres brillantes y cristalinos como él. Un heraldo del Poder Omnipresente, y la derrota en la tierra de los seres humanos se convierte en la garantía para entrar en lo divino. Lo terrestre tan solo es una prueba, la última y más dificultosa prueba antes de entrar en el Reino Sagrado de la Pureza y de lo Eterno.
“Nunca ha sido mi intención pedir limosna a los pobres.”
Coriolano es el personaje más cercano al pensamiento de William Shakespeare, caracterizado por el rechazo absoluto a la muchedumbre y al rebaño humano. Destellos de misantropía ante una unión humana basada en aspectos de lo más inhumanos, de lo más bajo, repugnante, y rastrero. La civilización siempre estará representada por el individuo brillante, especial, y poseedor de dones que permiten cambiar y evolucionar a la plebe porque el vulgo es en sí, caprichoso, degenerado, corrupto, y decadente. Si no fuera por los héroes y por los auténticos líderes, la existencia humana ya se habría podrido entre tanta suciedad mental y abandono existencial. Pero Coriolano también tiene su punto débil al ser muy fuerte su pasión, y al dar un valor exagerado a la familia, institución que incluso limita su independencia porque Coriolano es leal a la familia por encima de todo. Otra de sus debilidades es su ignorancia del amor, su nula caridad dada con nobleza, no ver y sentir el amor con la pureza de la inocencia, y no ofrecer su amabilidad ante lo justo, ante lo trabajado, ante lo que ha merecido esa recompensa por el esfuerzo realizado. Coriolano suele cegarse con la victoria, comportándose con los demás con unas formas muy despóticas y fuera de lugar, y esta ausencia de ecuanimidad se convertirá en el peor de los venenos para su persona con el paso del tiempo. En definitiva, Coriolano no ha aprendido que la masa humana es una veleta que gira siempre a favor del viento más fuerte, que no tiene memoria, que acostumbra a pasar rápidamente página a la hora de olvidar lo magnífico y lo extraordinario, y los vítores hacia su persona se evaporarán con la misma ligereza que fueron ofrecidos porque, en la masa humana, hasta lo perenne se acaba convirtiendo en caduco. “Coriolano”, lean apasionadamente este libro y… ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“La adversidad es la escuela de las almas.”
Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.