Reseña Cultural: 1916 // Reseña Literaria: 424
Reseña actualizada. Publicada el 20 de noviembre del año 2014 en Lux Atenea.
Quiero dar las gracias a la editorial LA ESFERA DE LOS LIBROS por su cortesía al enviarme este promocional físico.
Publicado por: LA ESFERA DE LOS LIBROS, S.L.
ISBN: 84-9060-210-2
Edición: 2014 (RECIBIDO COMO PROMOCIONAL)
Páginas: 272

“Vivimos una nueva época, algo nuevo está naciendo.”
En este siglo XXI, en Occidente estamos viviendo momentos de cambios en cuestiones sociales, económicas, tecnológicas… que resultaban inimaginables hace tan solo unas décadas. Una dinámica de cambios que también está ocurriendo dentro del mundo religioso cristiano desde el día 13 de marzo de 2013, cuando fue nombrado Francisco como Papa de la Iglesia Católica sucediendo a Benedicto XVI, el primer Papa de la Historia Moderna que haya renunciado al papado desde el siglo XV tras la dimisión del Papa Gregorio XII (1326-1417). Con el Papa Francisco, no solamente se ha nombrado al primer Papa hispanoamericano y al primer Papa jesuita de la Historia, sino que también se ha producido un cambio sustancial en la dirección religiosa que la Santa Sede estaba siguiendo desde los grandes cambios promovidos por Juan Pablo II (1920-2005), Papa que trató de llevar al estamento católico desde su desfasada visión de la realidad social hasta la modernidad pero sin perder sus raíces tradicionales, o sea, el código ético y moral directamente unido a su propia esencia religiosa. Con el Papa Francisco parece que ese impulso de actualización cobra una mayor fuerza gracias a su nueva visión del sentido y del protagonismo social del catolicismo en este siglo XXI y, dentro de las acciones de cambios institucionales por él promovidos, en el caso de España, la elección de Carlos Osoro como arzobispo de Madrid el pasado día 28 de agosto no ha hecho más que acelerar ese proceso de cambio a través de una persona de su absoluta confianza, compartiendo una misma visión sobre cómo debe ser la relación de la Iglesia con la sociedad y con el Estado basándose en los principios nacidos en el Concilio Vaticano II. El pasado 25 de octubre, en la catedral de la Almudena se ofició la ceremonia con la cual Carlos Osoro se convertía en arzobispo de Madrid sustituyendo a Antonio María Rouco Varela que, desde el año 1994, lo estuvo dirigiendo en una etapa marcada por la consolidación y por el fortalecimiento de la institución, pero que también ha traído consigo una de las etapas más difíciles de la Iglesia en España en cuanto al apoyo y popularidad social. Carlos Osoro hereda una institución con pocas grietas internas y que funciona a una, en una misma dirección, pero el desgaste que está viviendo la Iglesia en España con escándalos económicos, políticos, y humanos de gran repercusión social a través de su difusión en los grandes medios de información, ponen en tela de juicio su liderazgo espiritual en una sociedad española en constante cambio debido a los vientos de posmodernidad impulsados por la globalización y por las telecomunicaciones de alcance mundial en tiempo real. Un reto colosal que Carlos Osoro tendrá que superar como clave de su mensaje cristiano, y donde los hechos y no las buenas palabras son las que dictan la opinión favorable o no de la ciudadanía española en cuanto a la privilegiada posición que conserva la Iglesia Católica en la sociedad actualmente.

Recibí el interesante libro “Carlos Osoro, El Peregrino” como promocional por cortesía de la prestigiosa editorial La Esfera de los Libros. En estas páginas podrán conocer en profundidad quién es el nuevo arzobispo de Madrid, cuáles son las bases ideológicas en cuanto a su fundamento católico, cómo planea desarrollar los cambios institucionales y sociales que el Papa Francisco quiere provocar en España, y, sobre todo, bajo qué perspectiva analizará los grandes retos a los cuales se ha de enfrentar, y en qué sólidas bases éticas y morales va a apoyarse para dar firmeza y sostenibilidad a esta nueva etapa dentro de la Iglesia española. Carlos Osoro personifica la nueva imagen de la Iglesia de cara a una ciudadanía cansada de los abusos por ella protagonizados, dando ejemplo de diálogo no sólo a la hora de hablar sino de escuchar, uno de los aspectos de su personalidad que más hay que valorar ya que, cuando un líder espiritual abre su mente a escuchar otras visiones y perspectivas algunas veces contrarias a su ética y su moral, la cerrazón mental y el desprecio suele ser la norma. No es éste el caso de Carlos Osoro, sino más bien todo lo contrario. Una persona dialogante y tolerante con aquellos que piensan de forma distinta a él, y ello no le provoca ninguna incomodidad o rechazo en su visión del cristianismo como religión de puertas abiertas con los ciudadanos. Además, otro de los valores que atesora Carlos Osoro, apodado “el peregrino” por el propio Papa Francisco, es su incansable energía para el trabajo y para atender a las personas e instituciones que reclaman su presencia, su voz, su opinión… Su firme voluntad para estar con quienes buscan el encuentro con él sin estar atado a la rigidez del planning del día, muchas veces provoca que rompa esa planificación al anteponer siempre a las personas. Un valor humano que hay que destacar sobremanera en esta acelerada sociedad donde todo se ha convertido en un mecanicismo social sin alma de cara a los sentimientos y a la interactuación entre personas. En esta línea, en el libro “Carlos Osoro, El Peregrino”, los bibliófilos lectores de Lux Atenea podrán conocer la vida y la obra de Carlos Osoro con mayor detalle en una lectura amena y profunda sobre sus inquietudes, sobre sus pasiones, sobre el origen de su vocación sacerdotal tardía, y sobre su progresiva influencia dentro de la Iglesia Católica española.

Creo que es pronto todavía para poder valorar los efectos del liderazgo de Carlos Osoro dentro de la Iglesia como nuevo arzobispo de Madrid, pero creo que hay asuntos importantes que no se han tratado en este libro si se trata de englobar y focalizar la importante misión de Carlos Osoro en España. Es indudable que la entrada de la modernidad en la sociedad occidental ha sumido en una crisis irreversible a la Santa Sede en su posición de liderazgo espiritual. Con la modernidad, la ética y la moral cristiana en Occidente quedaron en una gran parte en entredicho de cara a la ciudadanía debido a la incompatibilidad existente entre la realidad social y los valores que la Iglesia promulgaba. Con el Papa Juan Pablo II, la Iglesia trató de recuperar parte de su posición perdida a través de una serie de cambios de corte conservador que situó a su ética y moral en un contexto social perfecto para la visión tradicional de la vida humana y de la sociedad. Con la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría, empezó la crisis de la sociedad moderna en Occidente con el nacimiento de la creciente posmodernidad que está definiendo de forma progresiva a las nuevas bases de la sociedad occidental en este siglo XXI. Cuando la Iglesia Católica estaba en proceso de adaptación a la modernidad, llega la posmodernidad, y la Iglesia entra en otra nueva crisis con la Santa Sede en disputa entre dos bandos opuestos enfrentados donde unos tratan de cambiar la institución para adaptarse a los nuevos tiempos, y otros tratan de fortalecerla y unificarla con su firme posición conservadora aunque ello suponga la pérdida de feligreses.

Como analista cultural, creo que el problema principal no es una cuestión de mayor o menor aperturismo por parte de la Iglesia Católica. La clave principal de por qué la Iglesia tiene muy difícil adaptarse a la posmodernidad viene dada porque en la sociedad posmoderna no se valora ni la ética ni la moral, bases esenciales e irrenunciables de la religión. La posmodernidad se basa a nivel social en la legalidad o no para dar legitimidad a un tema o asunto de importancia, o sea, si cumple o no las leyes vigentes. Si ya en la modernidad, la sociedad laica y el individuo adquieren un protagonismo esencial para el futuro de este modelo de sociedad, en la posmodernidad es el individuo en su relación con la sociedad el que se convierte en la base fundamental de esta nueva sociedad. Y, para el individuo, la ética y la moral quedan reducidas al ámbito personal y privado, no al público porque son las leyes las que rigen la sociedad, no la ética y la moral religiosas, cristianas en el caso en particular que aquí analizo. Por este motivo, creo que la Iglesia Católica va a tener una posición muy complicada de cara a la ciudadanía en una sociedad española cada vez más posmoderna, porque no ven práctica ni adecuada la relevancia de esa ética y moral cristianas cuando en la sociedad impera otra lógica, otra dinámica, otra realidad, y otro comportamiento en la vida cotidiana de los ciudadanos. Tanto es así que, en estos años, estamos viviendo una de las crisis económicas más graves que haya pasado España en la Edad Moderna y, contra todo pronóstico, las iglesias no se han llenado de feligreses en busca de apoyo espiritual para superar sus problemas.

Es indudable e indiscutible que el dios dinero es quien verdaderamente manda no sólo en la sociedad española, sino también en la propia Iglesia Católica, y en la sociedad posmoderna lo que se sobrevalora es el dinero y la visión materialista del mundo y de la realidad humana. A nivel de imagen de cara a la sociedad y de la opinión pública, debería ser clave en este nuevo rumbo de la Iglesia Católica en España el abordar temas tan importantes en su desgaste social como son los abusos en personas, las inmatriculaciones, los escándalos económicos, las relaciones con los poderes políticos, las opiniones mostradas sobre temas sociales de primer orden (aborto, homosexualidad, anticonceptivos, machismo…), el apoyo de la Iglesia a posiciones políticas independentistas y secesionistas… Estos son los factores que verdaderamente han desgastado a la Iglesia de cara a la visión y a la opinión que tienen de ella los ciudadanos españoles actualmente. Creo que tendrán que predicar más con el ejemplo, uno de los valores cristianos por cierto, y será la práctica y los hechos, y no la retórica y las buenas palabras, las que garanticen la posición de la Iglesia Católica en la sociedad española del siglo XXI. Es indudable que Carlos Osoro tiene buena voluntad y otra forma de ver la Iglesia en su relación con los ciudadanos, pero será el tiempo y sus obras las que definirán su imagen y su labor de cara a una ciudadanía cada vez más informada. “Carlos Osoro, El Peregrino”, la biografía de la persona más importante en la actualidad dentro de la Iglesia Católica en España. ¡¡¡Disfrútenlo!!!
“No podemos cortar dimensiones que son verdaderas en el ser humano.”

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.