“LA PLENITUD”, RICH GOLD (Reseña #1581).

Reseña Cultural: 1581 // Reseña Literaria: 251
Reseña actualizada. Publicada el 6 de septiembre del año 2009 en Lux Atenea.

Quiero dar las gracias a la EDITORIAL GEDISA por su cortesía al enviarme este promocional físico.

Publicado por: EDITORIAL GEDISA, S.A.
ISBN: 84-9784-321-8
Edición: 2009 (RECIBIDO COMO PROMOCIONAL)

LA PLENITUD RICH GOLD

En las estanterías de una librería pueden encontrar gran variedad de títulos relacionados con los productos que dan vida a la sociedad de consumo, en la cual estamos inmersos actualmente. Pero si se fijan en sus autores y en los trabajos que desempeñan, comprobarán que muchos de ellos son profesionales que han trabajado prácticamente toda su vida en esa rama laboral. Está claro que la experiencia siempre será un don pero, en el caso de este interesante y reflexivo autor, estamos hablando de una persona cuyos inicios estuvieron dirigidos a expandirse en el mundo del arte de vanguardia. Una expansión coronada con el éxito que, pasados los años, le llevaría a colaborar con empresas de reconocido prestigio mundial como Sega, Mattel, o Xerox. Esta fusión en una misma mente de un artista de vanguardia con un visionario y diseñador de productos, es muy difícil de encontrar en el mundo comercial siempre tan competitivo. Esta curiosa característica convierte en una persona muy especial a Rich Gold (el diminutivo de su nombre, Richard Goldstein), y a sus ideas. Futurismo, Surrealismo, vanguardia audiovisual… Rich Gold está dedicado plenamente al estímulo constante de la mente, y su trabajo lo consideró siempre un juego, un juego tomado con la seriedad necesaria para dar sentido a su forma de vivir.

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“La Plenitud” es el nombre escogido por Rich Gold para dar trasfondo a este ensayo sobre nuestra sociedad de consumo. Una sociedad a la que define como un ecosistema plagado de cosas creadas por el ser humano para satisfacer sus deseos a través del placer. De esta forma, creación y consumo se hayan directamente unidos en ese objetivo para que el consumidor de rienda suelta a sus apetitos. Como los cultos lectores ya conocen, esto genera una gran cantidad de objetos que son adquiridos por cada ciudadano pero, por cada objeto adquirido, no tardará en salir al mercado otro nuevo que lo sustituya, provocando en ese mismo consumidor ansias de dejar de lado lo comprado para pasar a querer poseer la novedad. Así, ciclo tras ciclo de consumo, los objetos no dejan de entrar en sus posesiones, quedando arrinconados una cantidad de objetos cuya función queda obsoleta con cada nuevo producto actualizado. A nivel empresarial, en este libro también comprobarán cómo el conservadurismo empresarial y la innovación se encuentran siempre reñidos. El autor, con un claro espíritu transgresor, deja muy clara su postura al respecto con sus siete pautas de la innovación, dejando magistralmente expuesto ese mundo aparentemente difícil de entender.

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Rich Gold es la creatividad en estado latente, pero uniéndola siempre a una filosofía personal a la que denomina “las cuatro gorras de la creatividad”. Ciencia, Arte, Diseño, e Ingeniería, se convierten en cuatro zonas a veces relacionadas y compatibles, y otras no, definiendo el perfil de cada creador con absoluta perfección. Es admirable cómo Rich Gold nos explica de forma muy clara los fundamentos de cada una de esas ramas, y cómo cada persona creativa tiende a actuar de una forma concreta en función de sus cualidades, siempre encajables en esas cuatro áreas. A estas alturas ya del libro, el bibliófilo lector de Lux Atenea empezará a darse cuenta que este autor es algo más que un artista-diseñador. La filosofía va iluminando cada vez más cada una de sus palabras. Tecnología y funcionalidad, información y creatividad, todo queda integrado en la mente de esta persona polifacética y multidisciplinar. Dadaismo, juguetes, conferencias, esoterismo, pertenencia al Foro Económico Mundial… así es Rich Gold. Una mirada renacentista a la sociedad de consumo, y que dejará pensativo a cada lector que decida adentrarse en esta obra transformada en un universo mental. “La Plenitud”, cuando los deseos e ilusiones por la posesión de objetos y bienes condicionan completamente la pertenencia a esta sociedad que sigue pensando que los recursos en este planeta siguen siendo ilimitados. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

LA PLENITUD - RICH GOLD

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

ARTHUR SCHOPENHAUER “EL ARTE DE CONOCERSE A SÍ MISMO” (Reseña #1573).

Reseña Cultural: 1573 // Reseña Literaria: 247
Reseña actualizada. Publicada el 13 de enero del año 2011 en Lux Atenea.

Publicado por: ALIANZA EDITORIAL, S.A.
ISBN: 84-206-6095-0
Edición: 2009 (EDICIÓN COMPRADA)
Páginas: 137

arthur schopenhauer el arte de conocerse a si mismo

“Conócete a ti mismo”, grandiosa frase de profundo significado existencial que estaba grabada en el templo de Apolo situado en la mítica ciudad de Delfos, y con la cual perfectamente podíamos describir el sublime contenido de esta excepcional obra escrita por uno de los filósofos más importantes nacidos en Europa: Arthur Schopenhauer (1788-1860). Filosofía vista como una apertura mental al Conocimiento y como fuente de Sabiduría que, en su apartado práctico, adquiere el rango de experiencia de vida. Conocimiento, autoconocimiento, y experiencia dan forma y sentido a una estética existencial del individuo en manos del ilustre maestro Schopenhauer, pero siempre teniendo en mente que el autoconocimiento en su límite extremo lleva al individuo a caer en los mismos errores existenciales del mítico Narciso debido a que el Ego acaba absorbiendo totalmente la voluntad del ser hasta hacerlo esclavo de sus veleidosos caprichos. Por este motivo, la obra “El Arte de Conocerse a sí mismo” nos habla con nítida claridad sobre la determinación del individuo, sobre la apertura mental al mundo desde el autoconocimiento y la experiencia que acaban convirtiéndose en eficaces vacunas contra esa alegre mirada absolutamente irresponsable, y donde se ve al ser humano como especie que mira por el bienestar de sus semejantes. Una cultura enseñada en Europa desde hace siglos y que, en el caso en particular de Schopenhauer, provocaría un choque entre lo enseñado y su propia experiencia personal, llevándole a cambiar su visión del mundo radicalmente. En ese proceso de adaptación desde la Razón, Schopenhauer terminaría afianzando dentro de su ser tanto ese idealismo propio del pensamiento occidental, como un pesimismo absoluto ante la contemplación fría y analítica del mundo en el que vive. Incluso, a este gran filósofo se le ha llegado a considerar como el Maestro del Pesimismo, pero, desde mi punto de vista, creo que se ha confundido a un pesimista con una persona que ha visto y descrito al mundo tal y como es. Algo parecido le sucedió a Maquiavelo (como así comenté en mi reseña sobre su biografía), y creo que más que una persona pesimista por la absoluta crudeza con la cual observa el mundo, el gran maestro Schopenhauer es un pesimista debido a que ha logrado quitarse todas las sedosas vendas que tapaban sus ojos para ocultarle la auténtica realidad humana. En su obra “El Arte de Conocerse a sí mismo”, los bibliófilos lectores de Lux Atenea considerarán a Schopenhauer mucho más como un gran filósofo de la vida práctica que como un amargado pesimista.

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Si hay algo que destaca en el lenguaje que Arthur Schopenhauer utiliza para poder hablarnos sobre la existencia humana, es esa visión clara y reveladora del auténtico motivo que les mueve en la vida a la gran mayoría de las personas, independientemente de la época o cultura en la cual hayan nacido: sus ansias materiales. Schopenhauer, como experto a la hora de analizar y describir la radiografía de la verdadera raíz humana, encuentra en ese aferramiento a lo material precisamente lo opuesto a lo que a él verdaderamente le da vida en este mundo: lo intelectual. Ese choque frontal desembocará en su total desilusión con el mundo, y en esa absoluta incompatibilidad entre sus intereses intelectuales en la vida frente a una sociedad de individuos humanos únicamente interesados en satisfacer sus caprichos materiales a cualquier precio, llevándole a un periodo de reflexión y análisis que tendrá como resultado final esa visión pesimista de la vida al comprobar con nítida claridad, la amplia y extendida bajeza intelectual que le rodea. Pese a ese pensamiento filosófico basado en una realidad que la mayoría de los seres humanos no quiere ni oír ni conocer, nadie puede dudar de la sagaz inteligencia mostrada por Schopenhauer, de su entrega absoluta al mundo del intelecto como eje fundamental y sentido principal de la vida, y que sus reflexionados actos siempre fueron previamente analizados con exhaustividad antes de ser llevados a la práctica, por lo que su renuncia a ser aceptado por la sociedad adquiere un indiscutible peso moral y ético debido a la incompatibilidad de intereses existente.

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Al igual que Plauto, Schopenhauer también acaba teniendo una visión del ser humano como principal depredador de su propia especie. Por este motivo, sus palabras inevitablemente destilan el inconfundible licor existencial de la misantropía, y pese a estar condicionado por sus propios miedos y temores como cualquier otro ser humano, al menos Schopenhauer tiene el carácter y el valor de construir una radical e inflexible base con la cual afrontar los difíciles y retorcidos retos que ofrece la existencia humana en este mundo a través de un desprecio que gusta endulzar con la más inteligente ironía. Como inconfundible alma inmortal, solitaria e independiente, la profunda desconfianza que muestra hacia la sociedad, hacia otros seres humanos, hacia la propia especie en su totalidad al estar únicamente interesada en el egoísmo material a través del falso fraternalismo y del constante uso de la mentira, es lógico que observe a la sociedad como ese entorno que limita su libertad como individuo, encadenándolo con leyes éticas y morales que considera ilógicas y que, además, acaban aplicándose o no según quién sea el afectado. Además, su choque conceptual con algunas innovadoras descripciones filosóficas escritas por Goethe, unido a su radical oposición al pensamiento de Hegel, le acabarían deparando innumerables enemigos dentro del ambiente académico imperante en Alemania en aquella época. Con su fuerte carácter y personalidad, con su rotundidad a la hora de mostrar su Filosofía como así podrán comprobarlo los cultos lectores de Lux Atenea en este libro, es normal que fuera un reducido número de personas los que llegaron a ganarse el corazón de Schopenhauer (Goethe, Fernow, F. A. Wolf, y muy pocos más, como así nos indica en esta obra). Grandes escritores, filósofos, y pensadores como Eurípides, Aristóteles, Cicerón, Horacio, Marcial, Plauto (con su revelador “homo homini lupus”), Marco Antonio, Ovidio, Petrarca, Shakespeare, Giordano Bruno, Gracián, Chamfort, Kleist, Lord Byron, Schiller, Samuel Johnson… completan esta apasionante obra que será muy apreciada por aquellas personas que valoran mucho más la inteligencia y el intelecto en su vida, que esas insaciables apetencias materiales que tantas insatisfacciones y conflictos han creado en la Humanidad desde la aparición del primer homo sapiens. Si es un amante de lo material, Schopenhauer le resultará demasiado radical, pero si su alma está entregada al cultivo de la mente a través del intelecto, de la Lógica, y de la Razón, en esta obra de Schopenhauer encontrará a un virtuoso filósofo que le hablará muy claramente sobre cómo solucionar aquellos problemas que puede padecer debido a su entrega espiritual. “El Arte de Conocerse a sí mismo”, la única obra escrita por Schopenhauer que no quiso que se llegara a publicar hasta después de su muerte. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

SCHOPENHAUER EL ARTE DE CONOCERSE A SÍ MISMO

Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.

“Lo Bello y Lo Siniestro”, Eugenio Trías (Ariel, 2001) (Reseña / Review #7).

Reseña Cultural nº: 7 // Reseña Literaria nº: 2
Reseña actualizada. Publicada el 25 de abril del año 2006 en Lux Atenea.

Publicado por: EDITORIAL ARIEL, S.A.
ISBN: 84-344-1219-5
Edición: 2001 (EDICIÓN COMPRADA)

EUGENIO TRIAS LO BELLO Y LO SINIESTRO

De nuevo he vuelto a releer este extraordinario libro que resulta imprescindible para poder reconocer con claridad y en todas sus variantes, la Belleza contenida en cualquier manifestación artística. Publicada originalmente en 1982, este ejemplar del libro pertenece a la edición del año 2001, habiendo sido publicado en varias ediciones debido a la relevancia de este detallado estudio sobre la Belleza, y sobre cómo es interpretada por la persona que la observa. Sin duda alguna, el libro “Lo Bello y lo Siniestro” se ha convertido en la referencia literaria de obligada lectura para cualquier persona interesada en analizar la Belleza dentro del Mundo del Arte, como así podrán comprobarlo fielmente los cultos lectores de Lux Atenea. Su autor, el filósofo español Eugenio Trías (1942 – 2013), profesor de Filosofía en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, tiene la difícil y elogiosa habilidad de explicar lo complicado con palabras sencillas, y de transformar lo complejo y conceptualmente escurridizo en algo perfectamente entendible y sencillo. Dividido en cinco grandes apartados (lo bello y lo siniestro, el cuadro que nunca fue pintado, el abismo que sube y se desborda, Freud y la tragedia griega, y, escenificación del infinito-interpretación del barroco-), en este libro, el ilustre catedrático Eugenio Trías sabe muy bien cómo despertar el interés del lector con habilidad, y sabe cómo estimular constantemente su curiosidad de forma didáctica hasta la última página. Partiendo de la base de que la Belleza es un concepto subjetivo íntimamente ligado a la moral social reinante, independientemente de los cánones de belleza establecidos por la sociedad, independientemente de la cultura o de la sociedad donde ésta se manifiesta, siempre tendremos tres categorías o niveles con los cuales poder clasificar a la Belleza: lo bello, lo sublime y lo siniestro. Indiscutiblemente, esta clasificación y esta valoración de la misma podrá ser tomada en este mismo orden, o en orden inverso, dependiendo de los valores morales y estéticos de la sociedad. Por este motivo, es conveniente diferenciar cada una de estas categorías o niveles definidos por el efecto que provoca la Belleza en el individuo que la observa:

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1- Lo bello será cuando una obra de Arte contenga lo infinito en su finitud. Cuando contenga ese halo divino palpable, asequible, y consiga hacer del ideal algo físico. Con lo bello, uno cree que lo ideal es físicamente posible y ese es el punto de ruptura de lo bello respecto a lo común, a lo cotidiano, y a lo normal. Lo bello será la primera etapa y el inicio del camino iniciático del ser humano hacia lo divino.

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2- Lo sublime será aquello que traspase los límites de lo bello y, por lo tanto, al estar más allá de lo bello provocará en la persona sentimientos de inferioridad. El individuo se encuentra frente a sus propios límites y, por este motivo, lo sublime hará que la Belleza le muestre una cara dolorosa al atacar su ego humano porque lo sublime hace bajar del pedestal al endiosado y soberbio ser humano. Al contrario que lo bello, lo sublime será aquel ideal físico intocable. Con lo sublime, ese límite obvio de lo bello queda eliminado y claramente se rompe el mapa del camino iniciático del ser humano hacia lo divino. El camino marcado desaparece y, frente a él, se pierden las pistas y las señales que le guiaban, irguiéndose ante él lo colosal, lo grandioso, lo etéreo, lo innabarcable… en resumidas cuentas, todo aquello que hace que la persona se vea en esta vida con la importancia y con la trascendencia de un grano de arena en mitad de un desierto. Por este motivo, la característica principal de lo sublime es el derribo del excesiva cualidad anti-natural que define al ser humano, ya que el ser humano está siempre intentando situarse al margen de las leyes de la Madre Naturaleza en su realidad existencial.

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3- Lo siniestro será aquello que está más allá de lo sublime. Lo siniestro será la condición límite de una forma estética o de una representación artística. Lo siniestro será tanto la intensa luz cegadora como la oscura sombra que algo oculta, siendo aquello que no se observa claramente pero se siente su presencia. Lo siniestro como límite de Belleza siempre se moverá en esa frontera que separa la máxima Belleza y el abandono del simbolismo representativo. La ruptura del idealismo estético a través de la visión cruda de la Belleza es otra de las características que definen lo siniestro y, por este motivo, habrá quienes nunca contemplen lo siniestro como límite de Belleza, sino como lo que está fuera de la Belleza, o lo que no es Belleza. Este es el riesgo que se corre cuando alguien se mueve en estos límites artísticos: podrá ser acusado de estar fuera de esos límites. Una de las características principales de lo siniestro es la reacción de rechazo que provoca cuando se manifiesta sutílmente en las cosas o en los entornos familiares, íntimos, sospechosamente apacibles, o en esas sensaciones propias de la infancia que permanecen aún vivas de forma oculta en el presente consciente de la persona. Además, lo siniestro es condición de lo místico, manifestándose en la doble lectura, en la lectura entre líneas, en la fantasía del deseo que se teme y que se convierte en realidad como vía de aprendizaje y de comprensión de nuestro Yo, resumiéndolo todo a su esencia fundamental que bajo la influencia de lo siniestro, esa misma Belleza produce un acercamiento a nuestra incomprensible alma y al obscuro universo de nuestro inconsciente. De ahí la atracción y la repulsión que a su vez provoca la mirada a lo siniestro.

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Lo bello es para el ser humano el inicio del camino hacia el sufrimiento, lo sublime es su subyugación psicológica, y lo siniestro es la materialización de sus temores y de sus miedos que, aunque presentidos, hasta ese momento permanecían ocultos. Nunca olviden los bibliófilos lectores de Lux Atenea que el Arte conduce a la Verdad, y no a la realidad que percibimos con nuestros sentidos porque el Arte confronta la Verdad con esa realidad. Una de las condiciones para que una obra sea Bella es su capacidad de revelación, y de ocultación (factor siniestro), porque el Arte tiene dos caras: es ilusión y, a su vez, es revelador. “Lo Bello y lo Siniestro”, cuando tener un ejemplar de este libro en su biblioteca personal y privada es un claro signo del profundo interés y de la eterna pasión por el Arte y por la Filosofía. ¡¡¡Disfrútenlo!!!

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Félix V. Díaz
En Lux Atenea solamente escribo y publico reseñas sobre ediciones originales que he comprado, o recibido como promocional.